China-EEUU: m¨¢s all¨¢ de la coexistencia
EL VIAJE de Teng Hsiao-ping (Deng Xiaoping en el sistema, de transcripci¨®n moderna pinyin, propuesto por China) a Estados Unidos no deja de recordar el que hizo Krutschev en septiembre de 1959: los albores de la coexistencia, hoy en cierta crisis. El viaje sovi¨¦tico fue un continuo espect¨¢culo, una irisaci¨®n de frases brillantes y de actitudes pintorescas de quien fue un genio de las relaciones p¨²blicas. El viaje chino tiene una seriedad sonriente y representa una amistad feliz, pero preocupada. La URSS no pudo llevar demasiado lejos su desestalinizaci¨®n. China, en cambio, est¨¢ avanzando a pasos gigantescos en el proceso de desmapizaci¨®n y hasta de conversi¨®n del comunismo en lo que puede ser, al menos, una tercera v¨ªa, si no una occidentalizaci¨®n futura. Esta coexistencia tiene m¨¢s velocidad que aqu¨¦lla. En estos d¨ªas, Gromiko ha visitado Italia para advertir del ?peligro chino?, de una naci¨®n que ?ha predicado durante a?os la doctrina de la guerra inevitable? y se ha encontrado con la respuesta de Andreotti y del ministro de Asuntos Exteriores, Forlani: ?China ya no es un peligro.? Jam¨¢s, desde Occidente, se ha dicho lo mismo de la URSS.Los ¨²ltimos datos de la evoluci¨®n china, que han precedido el viaje de Teng, inciden en la rapidez de la evoluci¨®n. Hay una confirmaci¨®n de que Teng tiene en sus manos todo el aparato del partido, despu¨¦s de los relevos de puestos importantes en estos ¨²ltimos d¨ªas de enero, hechos con hombres de confianza de Teng, que incluso ahora envuelven y rodean al presidente Hua Kuo-feng (Hua Guofeng), cuyo poder es cada vez m¨¢s te¨®rico que pr¨¢ctico. Los corresponsales en Pek¨ªn se?alan que la palabra ?democracia?, como ideal, aparece cada vez m¨¢s en conversaciones y escritos, generalmente ligada a la consigna del momento, ?modernizaci¨®n?; que los profesores recomiendan a sus alumnos de ingl¨¦s la escucha -para practicar- de las emisoras de Estados Unidos, cuando antes esa escucha costaba a?os de trabajos forzados en un ?campo de reforma?. En los murales de Pek¨ªn aparecen demandas para la instalaci¨®n de un sistema de partidos, parlamento abierto y elecciones de los cargos m¨¢s importantes, mientras parece que en el poder se estudia la posibilidad de inventar una democracia que no pierda el control y la direcci¨®n de las masas, lo cual parece coincidir con las aspiraciones de Estados Unidos, que desear¨ªa que las multinacionales que corren ya a instalarse en China encontraran todav¨ªa los beneficios de una mano de obra barata, eficiente, minuciosa y sumisa, no minada por las huelgas. Pero con ?est¨ªmulos econ¨®micos?. Ya la ?burguesia nacional? ha sido rehabilitada y probablemente recibir¨¢ la devoluci¨®n de lo que en Pek¨ªn se describe como ?enormes sumas de dinero? depositadas en los bancos y hasta ahora bloqueadas; entre estas devoluciones estar¨¢ el oro, las propiedades y las piedras preciosas, confiscadas durante la revoluci¨®n cultural. El vicepresidente de la Asamblea Nacional, Ulanhu, anuncia que ?la calidad de los exponentes de la burgues¨ªa nacional dar¨¢n todos sus frutos en el campo de la ingenier¨ªa, de la tecnolog¨ªa y en la direcci¨®n industrial?; y los hijos de los ?burgueses nacionales?, no ser¨¢n discriminados como lo eran hasta ahora para su ingreso en el partido o en la Liga de las Juventudes, ni en los centros de estudio o de trabajo.
Teng Hsiao-ping est¨¢ ahora diciendo en Estados Unidos que la muralla de la democracia permanecer¨¢ abierta indefinidamente, que la libertad de expresi¨®n est¨¢ ya plenamente instalada en el aparato del partido y que las demandas del pueblo se est¨¢n escuchando y tratando de cumplir, pero sin destruir la autoridad del sistema: son las palabras que se quer¨ªan o¨ªr. Las repetir¨¢ indudablemente a Carter, con quien va a tener tres entrevistas, lo cual es un signo tambi¨¦n de excepcionalidad de la visita. El protocolo se?ala que un visitante extranjero no debe ser recibido m¨¢s de dos veces por el presidente de Estados Unidos.
No faltan en esta visita feliz los incidentes adversos. La oposici¨®n de los ?duros?, de los ?halcones?, que siguen viendo en China el enemigo y que mantienen la doctrina, que procede de los tiempos de la ?ruptura ideol¨®gica? entre China y la URSS, de que Estados Unidos tiene ahora dos enemigos en lugar de uno; y las manifestaciones de formosanos o de chinos exiliados con pancartas obsoletas que llaman a Teng el Emperador Rojo o que le instan a que ?elija la libertad? y se quede en Estados Unidos en lugar de regresar a Pek¨ªn. Pero todo ello no es m¨¢s que un folklore. Como el que procede de la otra parte, de los chinos mao¨ªstas, que le acusan de revisionista y de romper la obra de Mao. Y casi en el folklore se inscribirla la frase de bienvenida de Carter. Como la visita de Teng coincide con el primero de a?o chino, Carter ha dicho: ?La tradici¨®n quiere que en las v¨ªsperas del a?onuevo se abran en China las puertas y las ventanas, significando que los odios se han olvidado y todo est¨¢ abierto a los esp¨ªritus de buena voluntad.?
Por encima de todo esto, la visita de Teng tiene un significado de consolidaci¨®n de algo que va m¨¢s all¨¢ de la coexistencia -que, despu¨¦s de todo, era un concepto restrictivo, y ten¨ªa un significado de concurrencia y de competici¨®n-: se habla de la venta de armas, que no ha podido detener la amenazadora carta de Brejnev, se habla de planes de modernizaci¨®n, de instalaci¨®n de industrias, de la apertura hacia Occidente -a partir, naturalmente, de Estados Unidos-, de un inmenso mercado de compradores que podr¨ªan comenzar a gustar los dudosos frutos de la sociedad de consumo, de aqu¨ª a unos a?os. Se habla de estrategia global, de contenci¨®n de la Uni¨®n Sovi¨¦tica en el mundo y de los ?derechos humanos?, que Carter no dejar¨¢ de explicar a su gran invitado.
La visit¨¢, una vez m¨¢s, produce la inquietud de Mosc¨². Pero quiz¨¢ no m¨¢s all¨¢ que la que produjo en Pek¨ªn la visita de Krutschev a Estados Unidos y los primeros signos de la coexistencia pac¨ªfica. Habr¨¢ que convenir en que China ha sabido dar la vuelta entera al panorama en veinte a?os. Y tal vez, como dicen algunos comentaristas inquietos, dentro de Estados Unidos, que si hace todav¨ªa veinte a?os Estados Unidos consegu¨ªa, por la diplomacia y otras presiones menos delicadas, utilizar a China para su pol¨ªtica con respecto a la URSS, es ahora China quien manipula a Estados Unidos y le lleva al terreno de su nueva revoluci¨®n burguesa y de su defensa contra la Uni¨®n Sovi¨¦tica.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.