Puebla, una de las ciudades m¨¢s conservadores de Am¨¦rica
El papa Juan Pablo II ha visitado en su gira mexicana Puebla, Guadalajara, Oaxaca y Monterrey, ciudades en donde los cat¨®licos poderosos ?llevan al calvario a los obreros, campesinos y empleados?. La fama de Puebla proviene, entre otras cosas, de su conservadurismo ideol¨®gico, pol¨ªtico y religioso.Su poblaci¨®n es campesina, industrial, comerciante, ganadera y tambi¨¦n dedicada a la actividad forestal. En las inmediaciones se asienta una de las mayores plantas armadoras de autom¨®viles en Am¨¦rica Latina: la Volkswagen, con cerca de 7.000 obreros, que de cuando en cuando se convierten en 7.000 peticiones de mejoras salariales. La conflictividad laboral supone casi siempre una amenaza: trasladar la factor¨ªa al vecino pa¨ªs de Guatemala.
Esta bella ciudad colonial (fundada en (1531) ocasion¨®, en su d¨ªa, la reacci¨®n de un sector importante del empresariado mexicano cuando se design¨® a Puebla la sede de la III Conferencia Episcopal Latinoamericana (Celam). Calificaron el documento de trabajo como socializante y subversivo y dijeron que Puebla ser¨ªa ?una tribuna para la guerrilla, un foro contra la libre empresa?.
Eduardo Garc¨ªa Su¨¢rez, dirigente patronal, propuso, para contrarrestar, el Foro Latinoamericano Empresarial. Los ultras mexicanos lo respaldaron, as¨ª como la organizaci¨®n de extrema derecha guerrilleros de Cristo Rey, que se asienta en la zona, el Comit¨¦ de Cristianos y Dem¨®cratas M¨¦xicanos y el Frente Universitario Anticomunista, entre otros.
A esta clase de empresarios no les gusta que el rector de la Universidad Aut¨®noma de Puebla sea ateo y que, a nivel nacional, la instituci¨®n cuente con un alto prestigio. No les gustan los marxistas.
En su tiempo tambi¨¦n fueron descalificados por otros grupos empresariales. Sin embargo perdura una vieja consigna del que fue arzobispo de Puebla, Octavio M¨¢rquez: ?Cristianismo s¨ª, comunismo no?.? La frase ech¨® ra¨ªces y se extendi¨® por todo el pa¨ªs.
La ciudad ha sido testigo de enfrentamien tos estudiantiles. La proliferaci¨®n de grupos de extrema derecha enfrentados con izquierdistas es com¨²n. ?Desde entonces la Iglesia poblana es como un s¨ªmbolo del esp¨ªritu de cruzada, de defensa de la fe frente a los comunistas.? La apertura del actual arzobispo, Rosendo Huesca, contrasta el pasado.
Sin embargo, no se olvida que en el M¨¦xico-68, cuando la sociedad se estremeci¨® por la represi¨®n durante el movimiento estudiantil-popular, en un pueblo cercano a Puebla ?mataron universitarios en nombre de la religi¨®n?. En Canoa, azuzados por un cura, lincharon a varios estudiantes.
Comparada con Oaxaca, Puebla es un privilegio. La ciudad est¨¢ muy bien comunicada. Poco m¨¢s de una hora en autom¨®vil. En Oaxaca hay miseria. Su poblaci¨®n ind¨ªgena es muy superior. El Papa escuch¨® las s¨²plicas de los campesinos pobres, v¨ªctimas de caciques, implorando la justicia celestial que le niega la ley del hombre.
Y desde Guadalajara, la segunda ciudad m¨¢s importante del pa¨ªs, el Papa tuvo oportunidad de volar sobre la estatua de Cristo Rey, en el monte del Clibilete, cuna de los temidos guerrilleros de Cristo Rey, cuya localizaci¨®n ideol¨®gica exacta es la extrema derecha.
Puebla y M¨¦xico han sido plataformas de lanzamiento de las actividades de Juan Pablo II.
Pero ha sido una l¨¢stima, se?alaron observadores pol¨ªticos mexicanos, que el Papa no haya recordado su lucha antifascista, en uno de los centros fascistas del pa¨ªs: Puebla.
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