Protestas en Portugal contra el programa nuclear espa?ol
, A las protestas iniciadas en Portugal contra el programa nuclear espa?ol, en cuanto ¨¦ste afecta a las zonas de viticultivo pr¨®ximas a la frontera espa?ola, donde, seg¨²n fuentes portuguesas, se va a construir la central nuclear de Sayago, se sum¨® la interpelaci¨®n p¨²blica del diputado democristiano portugu¨¦s Lucas Pires al presidente Su¨¢rez en su visita al Consejo de Europa en Estrasburgo el pasado d¨ªa 31 de enero.
El diputado portugu¨¦s pidi¨® una respuesta p¨²blica al presidente del Gobierno espa?ol acerca del plan nuclear espa?ol en cuanto pod¨ªa afectar a la poblaci¨®n de la frontera portuguesa -en especial la construcci¨®n de la central de Sayago- y a la contaminaci¨®n de los r¨ªos. Adolfo Su¨¢rez, en respuesta a esta interpelaci¨®n, dijo que la construcci¨®n de dicha central no hab¨ªa sido decidida todav¨ªa por el Gobierno ni por el Parlamento espa?ol, y que el problema de la poluci¨®n de los r¨ªos ya hab¨ªa sido tratado en diversas ocasiones dentro del cuadro de las negociaciones bilaterales de los dos pa¨ªses.Precisamente las primeras protestas contra el programa nuclear espa?ol surgieron, seg¨²n fuentes portuguesas, por el inicio de la construcci¨®n del birreactor nuclear destinado a Sayago, localidad espa?ola situada a pocos kil¨®metros de la ciudad portuguesa de Miranda do Douro.
Los habitantes de la comarca, viticultores a la cabeza, han desarrollado una campa?a de oposici¨®n que ha calado hondo en la preocupaci¨®n de los portugueses. Si, como afirman los t¨¦cnicos locales, la utilizaci¨®n casi total del caudal del Duero para refrigeraci¨®n de la central tiene como consecuencia la elevaci¨®n de tres a cinco grados de la temperatura de las aguas del r¨ªo, estar¨ªa amenazado el miniclima del alto Duero portugu¨¦s. Y quien dice alto Duero dice vino de Oporto, ese precioso ?brevaje? que Portugal exporta hace siglos al mundo entero
Las centrales nucleares necesitan grandes cantidades de agua para enfriar sus reactores y por esto se construyen generalmente cerca de r¨ªos caudalosos. Todos los r¨ªos espa?oles que ofrecen las cualidades necesarias, de abundancia y regularidad, tienen su curso inferior en Portugal.
Un programa reciente de la televisi¨®n portuguesa, que cont¨® con la participaci¨®n de t¨¦cnicos nucleares espa?oles, intent¨® calmar las preocupaciones de los pueblos ribere?os. A pesar de sus objetivos de querer tranquilizarles, puede decirse que el programa consigui¨® el resultado opuesto.
Por m¨¢s que un ingeniero espa?ol emul¨® delante de las c¨¢maras el gesto heroico del embajador de Estados Unidos en Espa?a tomando un ba?o en Palomares, al beberse un vaso del agua del r¨ªo que corre al pie de la central, este gesto no convenci¨® a nadie. No fue tampoco eficaz el argumento de otro t¨¦cnico espa?ol al pretender demostrar que la poluci¨®n de una central nuclear no es m¨¢s importante que la que provoca su hijito al hacer pis en el agua del r¨ªo. Despu¨¦s de los recientes accidentes registrados en una serie de centrales de diversos pa¨ªses, nadie est¨¢ dispuesto a creerse que ?la poluci¨®n nuclear es m¨ªnima e inofensiva, y el peligro de accidentes, remot¨ªsimo.
El movimiento reivindicativo ha comenzado a tomar forma. Se formulan, en la prensa portuguesa, exigencias precisas. La primera es que Espa?a firme las convenciones internacionales existentes sobre el uso internacional de los r¨ªos. Es el ¨²nico pa¨ªs europeo que todav¨ªa no lo ha hecho. En caso negativo, se pide al Gobierno portugu¨¦s que lleve el tema a los tribunales internacionales.
Seg¨²n estas reivindicaciones, las autoridades portuguesas deber¨¢n ser consultadas a la hora de decidir sobre la localizai¨®n de toda nueva central, que no deber¨¢ nunca situarse a menos de cien kil¨®metros de la frontera.
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