Por primera vez, mujeres espa?olas estudian para polic¨ªas
Las 42 primeras mujeres que hacen en Espa?a la carrera para acceder al Cuerpo Superior de Polic¨ªa no han comenzado a¨²n a disparar. Han comenzado sus pr¨¢cticas, que les ser¨¢n retribuidas al mismo nivel que al resto de los funcionarios, y en el curso de la mismas tendr¨¢n oportunidad de ejercitarse con las pistolas Star nueve mil¨ªmetros parabellum, con las que ayer hicieron una simulaci¨®n de tiro para beneficio de los fot¨®grafos.
Estas futuras mujeres-polic¨ªa comenzaron sus estudios, que durar¨¢n tres a?os, el primer d¨ªa de febrero. Conviven en las clases con otros 443 aspirantes masculinos a funcionarios del Cuerpo. Los 485 son los que aprobaron el ingreso de acceso a la Escuela Superior de Polic¨ªa de Madrid. Opositaron 2.263 para cubrir las mil plazas convocadas por el citado centro docente. Algunas de las mujeres aprobadas proceden del Cuerpo Auxiliar Femenino de la Polic¨ªa. Otras han hecho carreras liberales, como Derecho, Farmacia, Magisterio o Ciencias Qu¨ªmicas. La media de edad no supera los veinticuatro a?os.La direcci¨®n de la Escuela organiz¨® ayer una reuni¨®n con los informadores para que un grupo de cuatro alumnas explicaran sus sentimientos ante la profesi¨®n que han escogido. No pudieron pronunciarse sobre sus posibles convicciones pol¨ªticas, porque el director del centro docente, Federico Cavero, estim¨® oportuno responder por ellas: ?La polic¨ªa es apol¨ªtica. La Escuela tambi¨¦n lo es. En la esfera individual todo el mundo tendr¨¢ un ideal pol¨ªtico, pero en la colectividad el ¨²nico ideal de la polic¨ªa es el servicio a la ley constitucional. ?
Las alumnas elegidas para responder a los periodistas consideran que el hecho de que ¨¦sta sea la primera vez en la historia de Espa?a en que ocurre que mujeres estudian para polic¨ªas no supone que estas agentes femeninas vayan a hallar traumas en el ejercicio de su labor. ?Nosotras -dijo una de ellas- venimos a realizar una profesi¨®n como personas, no como mujeres. Tampoco venimos a cubrir un hueco, sino a realizar las mismas tareas que nuestros compa?eros. No se producir¨¢n situaciones de discriminaci¨®n, ni salarial ni de ning¨²n tipo.? Ninguna de estas alumnas milita en movimientos feministas.
Las alumnas aspirantes a polic¨ªas ponen mucho ¨¦nfasis en las circunstancias en que han entrado en la Escuela: se les ha exigido un nivel preuniversitario. Sobre el porvenir de su profesi¨®n no fueron demasiado expl¨ªcitas, porque ellas opinan que se trata de una situaci¨®n cambiante. En cuanto a los destinos, alguna de ellas opin¨® que ir¨ªa al Pa¨ªs Vasco si as¨ª se le indicaba al final de sus estudios, ?pero, preferir¨ªa quedarme en Madrid, que es donde viven mi familia y mi hijo?.
Con respecto a la imagen que la polic¨ªa ha tenido y tiene a¨²n en Espa?a, una de las alumnas -ninguna de ellas accedi¨® a que se diera su nombre completo- se?al¨® que ?la labor policial es la de atender a la seguridad ciudadana, a respetar la ley y a hacerla cumplir. Ya no estamos en tiempos de Torquemada; uno debe saber d¨®nde la propia ¨¦tica indica los fines del buen comportamiento de un profesional?. La evoluci¨®n social, por otra parte, dijo Federico Cavero, ?har¨¢ que cambie esa, imagen, porque, como los periodistas, los polic¨ªas son gente de mente abierta ?.
Las alumnas de la Escuela Superior de Polic¨ªa consideran que, en efecto, la suya puede parecer, desempe?ada por una mujer, ?una profesi¨®n ex¨®tica?, pero se niegan a admitir como reales las aventuras de personajes como los que aparecen en la serie televisiva Los ¨¢ngeles de Charlie, o como los de la serie James Bond.
En el ejercicio de la labor policial, dijo una de las alumnas seleccionadas para hablar con los periodistas por la Escuela Superior de Polic¨ªa, ?m¨¢s vale ma?a que fuerza, y lo digo yo, que provengo del Cuerpo Auxiliar Femenino?. Las estudiantes esperan que sea esa ma?a, y no otras circunstancias, las que les ganen respeto entre sus compa?eros masculinos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.