Los cient¨ªficos de la NASA, sorprendidos ante la exploraci¨®n de J¨²piter
Portavoces de la NASA han manifestado su sorpresa ante los primeros resultados de la exploraci¨®n del gigantesco J¨²piter, un astro 1.200 veces mayor que la Tierra, que, al parecer, irradia energ¨ªa propia, como un segundo Sol, y que tiene en torno suyo un verdadero sistema planetario, formado por gigantescos sat¨¦lites en los que ya se han detectado casquetes polares. J¨²piter y sus sat¨¦lites est¨¢n siendo estudiados a una distancia inferior a la que separa a la Tierra de la Luna. La investigaci¨®n se hace mediante el Voyager 1, ingenio norteamericano que en el oto?o de 1977 inici¨® un largo viaje hacia los planetas exteriores y que hoy se desplaza a una velocidad cercana al mill¨®n de kil¨®metros por d¨ªa.
La nave va a pasar el pr¨®ximo lunes 5 de marzo a menos de 276.400 kil¨®metros del gigantesco astro, una distancia menor de la que separa la Tierra de la Luna. En menos de 48 horas, el Voyager explorar¨¢ seis astros: J¨²piter y cinco de sus sat¨¦lites, lo, Gan¨ªmedes, Europa, Calixto y Amalt¨¦. Todo ello supone un incre¨ªble reto tecnol¨®gico, porque, si bien podr¨ªa pensarse que una distancia como la de la Tierra a la Luna es una magnitud considerable, J¨²piter es un planeta de colosales dimensiones. por lo cual esta distancia es de una escalofriante proximidad. Mientras todo ello sucede, el viajero explorador se desplaza a una velocidad de 800.000 kil¨®metros por d¨ªa.En realidad, el gigantesco planeta J¨²piter se ha comparado con una estrella. Los cient¨ªficos piensan que se trata de una enorme esfera de hidr¨®geno y helio, una mezcla de gases y l¨ªquidos, probablemente con un n¨²cleo muy peque?o de material s¨®lido constituido por rocas ferrosas. Seg¨²n algunas teor¨ªas, J¨²piter no ser¨ªa un trozo de Sol que se enfri¨® alg¨²n d¨ªa, como otros planetas de nuestro sistema solar, sino que se trata realmente de otra estrella, una estrella, por supuesto, en decadencia. Lo que hoy llamamos sistema solar habr¨ªa tenido su origen, seg¨²n estas hip¨®tesis, en un sistema de estrellas dobles. Una de ellas -el Sol- continuar¨ªa en actividad, mientras la otra -J¨²piter- habr¨ªa entrado en el citado proceso de agotamiento.
Atm¨®sfera desconcertante
De hecho, en torno al coloso planeta J¨²piter giran, como si de otro Sol se tratase, por lo menos, trece sat¨¦lites conocidos, algunos del tama?o de otros planetas peque?os del sistema solar, planetas que constituyen un fascinante terreno para la exploraci¨®n y la b¨²squeda de vida. En algunos de ellos se ha detectado ya la existencia de casquetes polares.La espesa atm¨®sfera que rodea al astro rey de ese otro sistema solar dentro del nuestro es una misteriosa capa de gases que ha constituido, a la vez, un medio perturbador para la observaci¨®n de los fen¨®menos que est¨¢n teniendo lugar all¨ª. ?Verdaderamente, los cient¨ªficos est¨¢n desorientados, pues no tienen ni idea de lo compleja que es la atm¨®sfera jupiterina -acaba de declarar a la prensa Frank Bristow, portavoz del laboratorio de la NASA-. La nave ha detectado una enorme turbulencia, que agita, deforma y arrastra espesas nubes, en las que est¨¢ envuelta la superficie visible de J¨²piter. Adem¨¢s, el planeta est¨¢ rodeado de oscuros cinturones de nubes separados por zonas que aparecen con colores brillantes. Una de estas zonas de su superficie, la que m¨¢s intriga a los sabios, es una gran mancha roja que se asemeja a un gigantesco hurac¨¢n, cuyo di¨¢metro es varias veces el de la Tierra. Esta mancha fue descubierta hace tres siglos y todav¨ªa no se conoce su causa.
Hasta la fecha se sab¨ªa, gracias al an¨¢lisis espectrogr¨¢fico que permite el estudio a distancia de la materia, que en la atm¨®sfera de J¨²piter se producen grandes cataclismos, en los que juegan un papel decisivo el metano y el amon¨ªaco. Se ven¨ªa suponiendo que la atm¨®sfera del gran astro est¨¢ constituida por cristales de amon¨ªaco que nadan en un oc¨¦ano de metano. Se ha detectado tambi¨¦n en ella un intenso campo magn¨¦tico muy superior al de la Tierra, siendo la densidad de las part¨ªculas contenidas en este cintur¨®n un mill¨®n de veces mayor que para el cintur¨®n terrestre.
El planeta muestra emisiones de energ¨ªa muy irregulares, impulsos de uno o varios segundos de duraci¨®n. El conjunto de estas radiaciones se prolonga durante per¨ªodos de duraci¨®n comprendidos entre algunos minutos y varias horas. Su naturaleza parece muy similar a esas gigantescas eyecciones de grandes masas de gas a temperaturas elevadas que se observan en la corona del Sol.
Todos los enigmas que presenta el segundo gran astro del sistema solar han entrado en v¨ªa de observaci¨®n directa. La naturaleza o estado de la materia del planeta, el sorprendente dinamismo de su atm¨®sfera, la gran mancha roja que recuerda un hurac¨¢n de tama?o equivalente a varias veces el de la Tierra y las sorpresas que puedan deparar esos grandes sat¨¦lites para los que J¨²piter es su sol, van a ser conocidos muy de cerca por el hombre en las pr¨®ximas semanas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.