?Aplausos para los GEO?
Me lo tem¨ªa. Como casi alguna de las pesadillas se hizo realidad: los peliculeros Hombres de Harrelson, hechos carne en la Espa?a de hoy, como inevitable posdata en este consolidar de las democracias; no en vano tomaron alma de los GSG 9 alemanes.Esta vez no era el consabido telefilme, era el telediario, se trataba de la presentaci¨®n al p¨²blico del Grupo Especial de Operaciones. Las im¨¢genes no iban de mentira, eran lo preocupadamente malo de ser ciertas.
Saltando la an¨¦cdota -por otro lado, ya caracter¨ªstica cuando concierne a las fuerzas de seguridad del Estado- de no informar a los ciudadanos contribuyentes del cuanto nos ha costado y nos seguir¨¢ costando la puesta en marcha y mantenimiento de este GEO, y superando el trance de ver ciertos aires clandestinos -caras tiznadas de negro, nombres falsos- en la presentaci¨®n de esta nueva ¨¦lite policiaca, quiero manifestar mi preocupaci¨®n por lo que este hecho pueda tener de contribuci¨®n a la creaci¨®n de otra especie de ?le¨®n dormido?... y, por a?adidura, de temor de los de a pie al posible despertar de ¨¦ste.
Personalmente no creo que sea el camino. No se puede llamar progreso humano a esta desorbitada b¨²squeda de nuevas armas y m¨¦todos cada vez m¨¢s sofisticados de eliminar al contrario. Podremos hablar de evoluci¨®n de la especie. de verdadero ?servicio?, cuando hayamos superado la ley del ojo por ojo y diente por diente. Cuando nos hayamos desconvencido de que por la violencia no se puede combatir la violencia, ya que estamos engordando la espiral del odio y la venganza. Cuando definitivamente hayamos olvidado la idea de que la violencia no es un valor en s¨ª mismo e inevitable manera de resolver los conflictos con los otros.
Mucho coraje hace falta, y no precisamente sangre fr¨ªa, para disponer medios, hombres y presupuestos en la investigaci¨®n de otras formas de defensa que est¨¦n radicalmente desvinculadas de la violencia. Aqu¨ª s¨ª que la poblaci¨®n civil tendr¨ªa un papel protagonista, y no de dudosa complicidad colaboradora con el Estado.
En definitiva: me resulta muy dif¨ªcil creer en esa paz que se mantiene ya que en el fondo lo que puede estar encubriendo es una situaci¨®n de injusticia. Y con palabras de Lecom aunque se me demostrara que por la violencia mi ideal tendr¨ªa posibilidad de realizarse. seguir¨ªa dici¨¦ndole ?no?, porque no se crea una sociedad humana sobre montones de cad¨¢veres.
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