Todo fue normal en Chamart¨ªn, hasta el mal juego
Volvi¨® el f¨²tbol tras la jornada de huelga llevada a efecto por los jugadores. Castilla y Sabadell s¨ª disputaron esta vez el partido, que por razones obvias de horario, hab¨ªa supuesto el comienzo hist¨®rico de la huelga, y acaso lo peor que pueda decirse del espect¨¢culo futbol¨ªstico que ambos equipos dieron en Chamart¨ªn es que mantuvieron una l¨ªnea de mediocridad dificil de superar.El triunfo del filial blanco fue justo, y Husillos, que debut¨® apenas tuvo ocasi¨®n de demostrar nada especial. Los aficionados, por su parte, y al margen del bostezo general por el mal juego de unos y de otros, recibieron a los jugadores con divisi¨®n de opiniones, si bien, afortunadamente, predominaron los aplausos. La t¨®nica de normalidad de la jornada parece, pues, definida.
El inter¨¦s del encuentro se centraba a priori precisamente en conocer la reacci¨®n de los aficionados con respecto a los jugadores que iniciaron la huelga la semana anterior. De entrada cabe se?alar que la media de asistentes a Chamart¨ªn fue la normal de las ¨²ltimas semanas, y hay que apresurarse tambi¨¦n a reflejar que el comportamiento de los aficionados, a pesar de los augurios funestos que algunos presagiaban, fue tambi¨¦n el habitual. Se aplaudieron los goles, como siempre, y se criticaron los fallos, como siempre.
El partido, queda dicho, fue malo. Ni siquiera tuvo la chispa de los cuatro goles marcados. El Castilla se asegur¨® pronto un tempranero tanto de Roales, y el Sabadell en ning¨²n momento demostr¨® capacidad de reacci¨®n. El conjunto arlequinado caus¨® una pobre impresi¨®n, y tuvo la desgracia, adem¨¢s, de encontrarse en la segunda mitad con otros dos goles prematuros que afianzaron la superioridad blanca. Husillos, delantero argentino que debutaba en el equipo madridista, no realiz¨® un buen partido. Apenas un par de pases y el tercer tanto, con el agravante de su ilegalidad. No obstante, como suele decirse, habr¨¢ que aguardar a futuros encuentros.
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