La paz insegura de Oriente Pr¨®ximo
?El feliz resultado del viaje de Carter a Oriente Pr¨®ximo constituye un triunfo para el jefe del ejecutivo americano. Este podr¨¢ iniciar su campa?a electoral en algunos meses para asegurar su reelecci¨®n a la magistratura suprema. ( ... )La paz, virtualmente arrancada a los dos beligerantes, le costar¨¢ cara a Estados Unidos. Se cita la cifra de diez mil millones de d¨®lares, que ser¨¢n repartidos entre Israel, para cubrir los gastos de su retirada del Si na¨ª, y Egipto, que proyecta equipar su ej¨¦rcito y aprovisionar sus arsenales, esta vez para afrontar el peligro sovi¨¦tico en el Oriente Pr¨®ximo y en Africa.
La ayuda americana podr¨ªa servir para sostener la econom¨ªa egipcia en el caso de que los pa¨ªses ¨¢rabes productores de petr¨®leo decidiesen privar al presidente Sadat de los subsidios que le han permitido hasta el presente atenuar el malestar social. (...)
El jefe de Estado egipcio ha escogido lo desconocido, dijo el presidente Carter a su Ilegada a Washington. Se enfrenta con la hostilidad casi total de los pa¨ªses ¨¢rabes, que le reprochan concluir una paz separada, abandonando a su suerte Ia Siria y a Jordania.
El presidente Sadat parece confiar. ( ... ) Estima poder atenuar,y m¨¢s tarde suprimir, la animosidad de los pa¨ªses ¨¢rabes. ( ... ) Es verdad que los Estados moderados, grandes productores de petr¨®leo, se encuentran en un dilema. No quieren desestabilizar a Egipto ni aislarlo, pues temen ayudar al estallido de un movimiento revolucionario en el Nilo. Por otra parte, tampoco pueden asociarse a una empresa impopular en el mundo ¨¢rabe, condenada al fracaso. (...)?
Par¨ªs, 15 marzo
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