El siglo de las luces
SPLEEN DE MADRID
Cuando el Siglo de las Luces, resulta que escrib¨ªan con vela. Me lo dec¨ªa Alejo Carpentier en Par¨ªs:-El primer artefacto ilustrado que lleg¨® a Am¨¦rica fue la guillotina.
Pedro Crespo, jefe del Gabinete de Informaci¨®n de la Presidencia de Butano, SA, me pide mi opini¨®n, no sobre la guillotina, sino sobre el butano. Est¨¢bamos en pleno siglo de las luces franquistas, la noche en que llegu¨¦ al Caf¨¦ Gij¨®n, o sea a media luz los dos -Franco y los espa?oles-, cuando en esto que aparece -mediados los sesentaPedrito Crespo con una moto, una carrera empezada de medicina, una carita de repelente ni?o Vicente y una carta derecomendaci¨®n de Lula de Lara o cosa as¨ª. Como el chico val¨ªa, hizo carrera en Abc, en huchas y concursos, en s¨¦samos y cosas, en jurados de cine y gabinetes de prensa Butano, SA.
En este oficio tan facultado, tan cient¨ªfico y tan informativo se produce la natural selecci¨®n darwiniana de supervivencia del m¨¢s apto. El m¨¢s apto suele estar en un gabinete de prensa de la cosa y las piernas, parias, lumpen y toda la basca, estamos en mitad de la calle haciendo colaboraciones y contestanto gratis las encuestas de los otros, de los listos, de los situados, de los engabinetados:
-Querido Paco, que qu¨¦ tipo de energ¨ªa es, en tu opini¨®n, la m¨¢s correcta, la m¨¢s con eniente.
-Bueno, yo creo que la energ¨ªa moral.
Y empiezo a largar sobre los profesores de energ¨ªa que propugnaba Nietzsche, profesores que, con el tiempo, ascendieron a sargentos nazis.
Pero, teniendo en cuenta que la pregunta viene de Butano, SA, parece que Pedrito no va por ah¨ª:
-El se?or Valero Bermejo -le digo-, sin ir m¨¢s lejos, presidente un d¨ªa de Butano, y no s¨¦ si ahora ha sido siempre un magn¨ªfico profesor de energ¨ªa.
-Es que nosotros hablamos del gas, del petr¨®leo y sus licuados, de las energ¨ªas nuclear y solar, de la energ¨ªa e¨®lica y las mareas.
-Ah.
Buero Vallejo publica en Austral su obra sobre Larra. Larra, entre la Ilustraci¨®n y el Romanticismo, escribi¨® a la luz de un quinqu¨¦. El sol de Grecia dio a Her¨¢clito. El cirio laico dio a Voltaire. La luz de gas dio a Larra y todav¨ªa lleg¨® a iluminar los primeros terrores de Lovecraft, ahora biografiado por Sprague de Camp en Alfaguara. ?La luz el¨¦ctrica qu¨¦ nos ha dado? A Vizca¨ªno Casas.
-Estoy por el quinqu¨¦ de Larra, Pedrito.
Pero se hace una luz en las tinieblas de esta entrevista.entre amigos y compa?eros: es la carta enc¨ªclica Redemptor hominis, del sumo pont¨ªfice Juan Pablo II, donde la ,Iglesia proclama su fe en el hombre, pero le devuelve a la luz de las lamparillas devotas, a la penumbra de las catedrales rom¨¢nicas, a los hachofies que incendian por una punta toda la quincaller¨ªa musical del gregoriano, al rayo de luz que atraviesa el cristal sin romperlo ni mancharlo, a la lengua de fuego demag¨®gico sobre los pescadores analfabetos, al resplandor rojo del Purgatorio, s¨®lo soportable con un escapulario del Carmen como visera. Al irracionalismo hist¨®rico, con perd¨®n.
-La Iglesia va a butano, Pedrito, como algunos taxis. Por eso va m¨¢s. despacio.
Pablo VI iba a pilas. Juan Pablo II va a butano.
En este nuevo siglo de las luces, cuando a m¨ª me echan el rayo l¨¢ser para mejorarme el estilo, cuando estamos conmemorando a Einstein, el hombre que aprendi¨® de nuestro gran Tono que ixtodo es relativo? -as¨ª se lo dijo Tono en USA-, en este nuevo siglo, digo, de las luces sin guillotina, pero con Jomeini (Marisa Ares anda por el mundo persiguiendo al sha para una exclusiva), los padres del pueblo, aqu¨ª en Madrid lleyan la bombona de la oreja, como un ni?o cabezorro con escarlatina, porque escasea el butano, que a lo mejor es que el se?or Valero Bermejo, si sigue siendo el baranda de la cosa, env¨ªa todos los pedidos a Wojtila para alimentar la sala de m¨¢quinas de la nave de San Pedro y confeccionar aureolas de butano a Monse?or Escriv¨¢ y otros beatos menores y lugare?os de la cat¨®lica y tercermundizada Espa?a.
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