Cita en lo desconocido
EGIPTO E Israel eligen lo desconocido al firmar su tratado bilateral: la definici¨®n es del propio presidente Carter, acogido en Washington al regreso de su aventura como un aut¨¦ntico campe¨®n de la paz. ?Pero saben que tendr¨¢n a su lado a Estados Unidos.? Esta cita en lo desconocido de los tres Estados es bastante inquietante, y quiz¨¢ matice mucho el entusiasmo por los acuerdos tan espectacularmente conseguidos. Y tan caros. El Congreso de Estados Unidos va a tener que aprobar ahora (para ayuda de los dos pa¨ªses) 4.000 millones de d¨®lares; se dice que la cantidad total pasar¨¢ realmente de los 10.000 millones, obtenidos de otros cap¨ªtulos presupuestarios menos evidentes. Egipto los va a necesitar probablemente, porque le podr¨ªan faltar los subsidios y ayudas que ahora est¨¢ recibiendo de otros pa¨ªses ¨¢rabes para ayudar a Sadat a mantener una situaci¨®n social bastante dif¨ªcil, a la que se puede mezclar el descontento pol¨ªtico. Muchos egipcios sienten como reales las acusaciones que les hacen de haber traicionado directamente a Siria y Jordania por haber firmado una paz por separado de una guerra que fue conjunta, por haber abandonado a los palestinos y por haberse desolidarizado de la causa com¨²n. Sobre todo, en un momento en que el antisionismo, unido a una renovaci¨®n de la fe musulmana, renace desde el progresismo de Ir¨¢n.Entre lo desconocido est¨¢ la posibilidad de una guerra. Los ministros de Defensa de los pa¨ªses comprometidos se han reunido para estudiar las posibilidades militares a las que tendr¨ªan que enfrentarse: y se han reunido en Washington, donde el Pent¨¢gono les puede ayudar notablemente. Incluso se habla de unas alianzas militares directas entre Estados Unidos y cada uno de los dos pa¨ªses. Sim¨®n Peres, jefe de la Oposici¨®n -laborista- en el Parlamento de Israel, ha advertido ya a Begin que no acepte esa alianza: ?Perjudicar¨ªa la imagen de Israel en el mundo -ha dicho- y podr¨ªa fomentar una intervenci¨®n directa de la URSS en la zona.? Mientras, el general Keagan -en la reserva, ex jefe del servicio de informaci¨®n del Ej¨¦rcito del Aire de Estados Unidos- describ¨ªa el posible cuadro futuro en el caso de que su pa¨ªs se aliara con Egipto para ,reemplazar la p¨¦rdida de Ir¨¢n: ?Lo que fracas¨® en Ir¨¢n no tiene la menor posibilidad de triunfar en Egipto. Sadat ser¨ªa liquidado en uno o dos a?os; el r¨¦gimen de Arabia Saudita se derrumbar¨ªa antes de tres a?os. Mientras tanto, Israel habr¨ªa evacuado el Sina¨ª, que es una posici¨®n esencial para su defensa y, no lo quiera Dios, puede que tambi¨¦n CisJordania. Poco valor tendr¨ªa entonces para Israel un tratado con Egipto o una alianza con Estados Unidos. Israel, la ¨²nica fortaleza de Occidente entre el Atl¨¢ntico y el Jap¨®n, se encontrar¨ªa a merced de los comunistas y de sus aliados.?
No tiene forzosamente que suceder as¨ª, pero es una de las posibilidades. Carter es perfectamente realista al advertir que se trata de un paso Bacia lo desconocido; frase que recuerda la temible pol¨ªtica defendida por Foster Dulles -secretario de Estado cuando Eisenhower era presidente y Nixion vicepresidente: el gran tr¨ªo de la guerra fr¨ªa-, que Estados Unidos sigui¨® durante un tiempo: ?La pol¨ªtica al borde del abismo.? Pero, probablemente, Carter no ten¨ªa otra elecci¨®n. El petr¨®leo de la zona es vital para sus intereses, as¨ª como la existencia de Israel en forma de fortaleza. Despu¨¦s de la ca¨ªda de Ir¨¢n y de la extensi¨®n del musulmanismo como fuerza, Estados Unidos no pod¨ªa hacer m¨¢s que reforzar la zona o abandonarla, y esto ¨²ltimo ser¨ªa suicida para sus intereses. El riesgo de verse envueltos en una guerra existe, con alianzas o sin ellas; una guerra similar, de alguna forma, a la del Vietnam, pero mucho m¨¢s extensa. Abordar ese riesgo es, probablemente, menos grave para su'pol¨ªtica, su econom¨ªa y su estrategia que el abandono puro y simple; un abandono que har¨ªa caer a todos los pa¨ªses ?moderados? -productores de petr¨®leo- y que efectivamente pondr¨ªa en riesgo de desaparici¨®n a Israel.
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