La Paz egipcio-israel¨ª, primer reconocomiento ¨¢rabe del Estado jud¨ªo
Una tarde de julio de 1977, el reci¨¦n estrenado primer ministro israel¨ª, el ex guerrillero sionista Menahem Begin, recibi¨® una urgente visita del director de su Servicio de Inteligencia (MOSSAD), Sus agentes hab¨ªan descubierto, por casualidad, un supuesto plan libio, dirigido personalmente por el coronel Gadafi, para asesinar al presidente egipcio Anuar el Sadat.Tras treinta a?os en la oposici¨®n, el ahora primer ministro Begin no sab¨ªa qu¨¦ hacer con el sorprendente informe. ??C¨®mo actuaron mis predecesores en estos casos??, pregunt¨®. ?Normalmente, este tipo de informaciones se pasa directamente a la CIA para que Washington, si lo considera oportuno, suministre la informaci¨®n a los servicios ¨¢rabes por los canales habituales?, se le respondi¨®. ?Esta vez -pens¨® Begin- vamos a actuar de una forma diferente.?
El 16 de septiembre de 1977, apenas dos meses despu¨¦s de haberse descubierto el complot para asesinar a Sadat, los teletipos de las agencias internacionales de prensa escup¨ªan una noticia de dificil credibilidad. Moshe Dayan, el h¨¦roe esrael¨ª de la guerra de los seis d¨ªas de 1967 y un famoso aguila de la pol¨ªtica israel¨ª, se encontraba sin previo aviso ni ulterior comunicaci¨®n en Rabat. El nuevo ministro de Asuntos Exteriores israel¨ª hab¨ªa llegado a la capital marroqu¨ª como llegado a la capital marroqu¨ª como resultado de aquella decisi¨®n deBegin. Su objetivo era iniciar el primer contacto directo con un funcionario ¨¢rabe que jam¨¢s habla tenido un alto cargo israel¨ª. Su interlocutor era el viceprimer ministro de la presidencia egipcia. Un titulo extra?o y un hombre tambi¨¦n raro. Pero Hassan el-Toham era el hombre de confianza del presidente Sadat y, seg¨²n algunas versiones, la eminencia gris del r¨¦gimen egipcio.
El encuentro de estos dos hombres, que luego dar¨ªa pie al hist¨®rico y sorprendente viaje, el 19 de noviembre de 1977, de Sadat a Jerusal¨¦n, no se hab¨ªa producido por casualidad. Sesenta d¨ªas antes, el presidente Sadat hab¨ªa recibido, de manos de un israel¨ª, el informe secreto del MOSSAD sobre el su puesto plan libio para asesinarle. La decisi¨®n de Begin de enviar el informe secreto directamente a El Cairo hab¨ªa sorprendido y conmovido a Sadat. Su sorpresa se convirti¨® en coraje cuando la polic¨ªa egipcia descubri¨® in fraganti a los palestinos extremistas, que, ya instalados en El Cairo, pensaban asesinarle por ¨®rdenes de Gadafi. Su emoci¨®n se disip¨® cinco d¨ªas despu¨¦s, cuando las Fuerzas Armadas egipcias lanzaron una inexplicable guerra fronteriza contra el ?hermano y vecino Estado ¨¢rabe de Libia?.
Del encuentro de Rabat a la visita a Jerusal¨¦n
El encuentro de Rabat, capital elegida por mutuo acuerdo en raz¨®n a los previos intentos del rey Hassan II de mediar entre ¨¢rabes e israel¨ªes en el pasado. apenas recibi¨® publicidad. Su existencia incluso fue desmentida por el Gobierno israel¨ª -aunque m¨¢s tarde la admitieron, seg¨²n el libro Untold stoy of The Mideast Talks, de Sidney Zion y Uri Dan. Times Books. New York. 1979-. Pero la entrevista fue la que condujo a que el presidente Sadat abordara un avi¨®n el 19 de noviembre de 1977 en El Cairo y se convirtiera en el segundo jefe de Estado ¨¢rabe (el primero fue el rey Hussein en 1974, en una visita secreta), en visitar Jerusal¨¦n en los treinta a?os de guerra oficial entre el Estado de Israel y sus vecinos ¨¢rabes.
Hist¨®ricamente, la visita de Sadat a Jerusal¨¦n, su abrazo con el sionista Begin y su mensaje de paz al Parlamento israel¨ª trastroc¨® radicalmente todo el esquema de conversaciones de paz que se hab¨ªan llevado a cabo hasta la fecha desde la creaci¨®n del Estado de Israel, en 1948. En los casi treinta a?os pasados, el Oriente Pr¨®ximo hab¨ªa sido un polvor¨ªn. Cuatro violentas guerras, 12.000 muertes israel¨ªes y casi cinco veces m¨¢s de ciudadanos ¨¢rabes, varios planes de paz, varias conferencias internacionales y casi una docena de resoluciones de las Naciones Unidas eran testigos irrefutables de que la iniciativa de Sadat se sal¨ªa de los moldes cl¨¢sicos en los que se hab¨ªan desarrollado las relaciones -o ausencia de relaciones- entre ¨¢rabes e israel¨ªes.
De la Conferencia de Ginebra a los acuerdos de Camp David
Tambi¨¦n el encuentro marcaba el punto quiz¨¢ m¨¢s cr¨ªtico en la historia del conflicto del Oriente Pr¨®ximo. En Washington, un nuevo presidente, Jimmy Carter, trataba de hacer creer al mundo que su liderazgo superaba la experiencia de un ex cosechador de cacahuetes o de gobernador de un Estado sure?o. Su plan para convocar la conferencia de paz de Ginebra fracasaba de una manera alarmante. Begin, un famoso ¨¢guila israel¨ª y comandante del grupo terrorista Irgum Zvai Leumi -de triste recuerdo para los palestinos por la matanza de Deir Yassim-, todav¨ªa insist¨ªa en el viejo sue?o de crear el Israel b¨ªblico, con Judea y Samaria (Cisjordania) formando parte de ¨¦l. Sadat, molesto con los sovi¨¦ticos y con los libios, sospechaba de los radicales ¨¢rabes y tern¨ªa que la creaci¨®n de un Estado palestino le aislara a¨²n m¨¢s en el mundo ¨¢rabe. Su viejo temor de los, sovi¨¦ticos, a los que no quer¨ªa vek sentados en la misma mesa, le hac¨ªa desconfiar de la Conferencia de Paz de Ginebra. Por su parte, el ocupante de la Casa Blanca se hubiese cogido a un clavo ardiente para salir del punto muerto en que se encontraba toda la din¨¢mica de conversaciones de paz en la regi¨®n.
Y en este contexto naci¨® Camp David. Iniciativa personal del presidente Carter, las conversaciones tripartitas Carter-Begin-Sadat marcaban el abandono formal por Washington de su pol¨ªtica de convocar la Conferencia de Paz de Ginebra, puesta a¨²n m¨¢s de relieve por la famosa declaraci¨®n conjunta sovi¨¦tico-norteamericana del 2 de octubre de 1977. En la declaraci¨®n, dific¨ªlmente conseguida en Nueva York por el secretario de Estado, Cyrus Vance, Washington y Mosc¨² se hab¨ªan puesto de acuerdo para resucitar la Conferencia de Ginebra, mecanismo diplom¨¢tico pues a lo en marcha tras la ¨²ltima guerra en 1975 (de Yom Kippur, para los israel¨ªes, y de Ramad¨¢n, para los ¨¢rabes) y que, al menos, hab¨ªa servido para conseguir un alto el fuego aun sin que se llegase a reunir formalmente nunca.
La declaraci¨®n sovi¨¦tico-norteamericana, que reconoc¨ªa por parte de Washington el derecho de los palestinos a su propia ?entidad nacional? y el papel de la Uni¨®n Sovi¨¦tica a participar en cualquier iniciativa de paz en la regi¨®n, tambi¨¦n significaba el abandono formal por Estados Unidos de la ?diplomacia de paso a paso?, un invento del ex secretario de Estado Henry Kissinger que por lo menos hab¨ªa alcanzado un acuerdo interino, firmado en Ginebra el 4 de septiembre de 1975, entre Egipto e Israel que, sin ser ninguna declaraci¨®n de paz, permiti¨® a los egipcios concretar sobre el papel su ?victoria psicol¨®g¨ªca? en la guerra de octubre de 1973. Bajo dicho acuerdo, Israel realiz¨® su primera retirada del Sina¨ª.
Los acuerdos de Camp David fueron, de hecho, el documento base del actual tratado de paz entre Egipto e Israel. Firmados bajo la etiqueta de ?marco de acuerdo?, solventaban la cuest¨ª¨®n de la retirada total de Israel del Sina¨ª y establec¨ªan un principio de aceptaci¨®n por Tel Aviv del. hecho palestino y su derecho a laautonom¨ªa en Gaza y Cisjordania.
Las guerras de 1967 y 1956
Si Camp David fue la superaci¨®n de la ?diplomacia paso a paso? de Kissinger, ¨¦sta marc¨® el fin del llamado plan Rogers, otro intento norteamericano que el secretario de Estado de entonces, William Rogers, trat¨® que el presidente Nasser, de Egipto, y la prinier ministro israel¨ª, Golda Meir, aceptaran para acabar de nuevo con el estado de guerra y con1as consecuencias del conflicto de los seis d¨ªas de 1967. El plan Rogers lleva fecha del 9 de octubre de 1969, y aunque aceptado en principio por Egipto, Jordania e Israel, el. septiembre negro (1970) del rey Hussein contra los palestinos dio tambi¨¦n al traste con esta iniciativa.
La guerra de 1967, aparte de la ocupaci¨®n por las tropas israel¨ªes de la pen¨ªnsula del Siria¨ª, de las rnontafias sirias del Gol¨¢n y de Cisjordania y Jerusal¨¦n, trajo consigo el primer documento hist¨®rico para una soluci¨®n global al conflicto entre ¨¢rabes e israel¨ªes. La resoluci¨®n 242 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, de 22 de noviembre de 1967, habla directamente de la retirada israel¨ª de ?territorios ocupados en el clonflicto reciente? (existen diferencias de interpretaci¨®n entre si esta retirada abarca a territorios -posici¨®n israel¨ª- o todos los territorios -versi¨®n ¨¢rabe-) y pide una soluci¨®n para el problema de los refugiados palestinos.
El problema de los refugiados palestinos, expresi¨®n sem¨¢ntica que con la creaci¨®n de las organizaciones corno la OLP y otras disidentes encierra lo que Carter llam¨® .recientemente el problema de la ?entidad palestina?, fue, sin ninguna duda, el que ha matizado todas las guerras e iniciativas diplom¨¢ticas de paz desde la creaci¨®n del Estado de Israel, en 1948. Los palestinos, o refugiados palestinos desplazados de sus propiedades y patria, han estado reivindicando su propia configuraci¨®n nacional desde la desaparici¨®n de Palestina tras la salida brit¨¢nica de la regi¨®n el 14 de mayo de 1948. El problema palestino, por otro lado, se vio agravado con las sucesivas guerras y en especial, con la de 1956, en la que una campa?a victoriosa de los israel¨ªes, que contaron con el apoyo de franceses y brit¨¢nicos durante la ocupaci¨®n del canal de Suez, les permiti¨® extender sus fronteras a regiones no previstas en el plan de repartici¨®n de Palestina de las Naciones Unidas del 29 de noviembre de 1947.
El origen de Israel como Estado y su expansi¨®n
Precisamente fue una expresi¨®n sem¨¢ntica, pronunciada en 1917 por lord Balfour, la que, hist¨®ricamente, dio origen a la idea de la creaci¨®n del Estado de Israel. El presidente Carter, cuando el a?o pasado habl¨® de ?entidad palestina?, copi¨® deliberadamente la expresi¨®n del lord brit¨¢nico que, sesenta a?os antes, habl¨® por vez primera de la ?jewish national home? o entidad nacional jud¨ªa.
Por presiones brit¨¢nicas, francesas y norteamericanas, la Asamblea General de las Naciones Unidas abole el 29 de noviembre de 1947 el mandato brit¨¢nico de 1922 sobre Palestina y crea en dicho mandato dos Estados: uno israel¨ª y otro ¨¢rabe. Seg¨²n los ¨¢rabes, la Asamblea General contradice la propia Carta de la ONU, al imponer soluciones sobre los pueblos que no han sido aceptados por ellos (art¨ªculo 1 de la Carta). El mismo d¨ªa de la retirada unilateral brit¨¢nica, el 14 de mayo del a?o siguiente, Ben Guri¨®n proclama el Estado jud¨ªo, en contradicci¨®n tambi¨¦n con una resoluci¨®n de la ONU que dice que los Estados creados ?s¨®lo comenzar¨¢n a existir dos meses despu¨¦s de la retirada de todas las fuerzas armadas?. Un d¨ªa m¨¢s tarde, los ej¨¦rcitos conjuntos de Egipto, Libia, Transjordania, Siria e Irak atraviesan sus fronteras e invaden Palestina. La primera guerra ¨¢rabe-israel¨ª comienza. Cuando se termina, el 7 de junio de 1948, Israel dispone. de un 30% m¨¢s de territorio del previsto ocho meses antes por la ONU. En 1956, segunda guerra, ese territorio se ensancha a las actuales fronteras, y en 1967, interinamente (dicen los israel¨ªes entonces), abarca ya al Sina¨ª, al Gol¨¢n y a Cisjordania.
La duda del primer tratado de paz entre el Estado de Israel y otro ¨¢rabe -Egipto-, en el que formalmente se reconoce la existencia de Israel por un Estado ¨¢rabe, es si esta ¨²ltima anexi¨®n interina ser¨¢ permanente para el caso de Cisjordania, territorio que, seg¨²n Beg¨ªn, es ?parte b¨ªblica del gran Israel?.
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