Cuesti¨®n previa

?El, Rey, tal como era de suponer, tras el resultado de las elecciones legislativas, ha propuesto a don Adolfo Su¨¢rez para candidato a la presidencia del Gobierno. Ninguna fuerza parlamentaria, por m¨ªnima que sea su representaci¨®n, puede quejarse de no haber sido previamente o¨ªda por el monarca. Por tanto, con plena legitimidad, por mayor¨ªa simple o absoluta, el se?or Su¨¢rez se suceder¨¢ a s¨ª mismo al frente del equipo gubernamental. El nombramiento oficial se producir¨¢ una vez se someta el voto de investidura, anunciado para la sesi¨®n plenaria de ma?ana, viernes. Esta ha sido convocada, pese a la oposici¨®n del PSOE y de Convergencia, entre otros. Consideraban estos partidos que el candidato a la presidencia deb¨ªa esperar a las elecciones municipales, a fin de no influir en ellas el discurso de investidura. Desatendida la petici¨®n de demora, la controversia estriba ahora en un punto no previsto en las reglas constitucionales: el orden del debate de investidura. ( ... )Lo que tratan ahora los partidos de oposici¨®n es que, con anterioridad a la celebraci¨®n de las elecciones, no sea tan s¨®lo el presidente quien haga uso a sus anchas de la palabra en la primera tribuna del pa¨ªs. (... )

La Oposici¨®n est¨¢ en su derecho reclamando esta oportunidad. Y el partido mayoritario tambi¨¦n en el suyo, rechaz¨¢ndolo. Roto el consenso, es natural que cada cual haga su juego. Ahora bien, iniciar una nueva etapa de Gobierno con una votaci¨®n en la que s¨®lo participen las fuerzas gubernamentales, como amenazan los socialistas, ser¨ªa ofrecer un triste panorama. M¨¢xime cuando algunos de los que est¨¢n dispuestos a apoyar al se?or Su¨¢rez son partidarios del debate previo. ( ... )?

29 marzo