Entierro del escritor y pol¨ªtico Maurici Serrahima
En la tarde de ayer tuvo efecto, en la parroquia del barrio de Sarri¨¢, de Barcelona, el sepelio del escritor, abogado y hombre p¨²blico Maurici Serrahima Bofill, fallecido en la ma?ana del domingo, a la edad de 76 a?os.
De ideolog¨ªa democristiana, Serrahima -hijo, nieto y padre de abogados- representaba todo un sector de opini¨®n surgido del catolicismo liberal e inmerso en los avatares de un catalanismo pol¨ªtico que hab¨ªa resultado ser, en su dimensi¨®n dominante en los a?os de la Rep¨²blica, claramente laico.Bajo la Rep¨²blica, Serrahima llev¨® a cabo el dif¨ªcil equilibrio de ser fiel a un proceso que afectaba a las instituciones de su religi¨®n. Sus primeros art¨ªculos aparecieron en el diario El Mat¨ª (La Ma?ana), representativo de los cat¨®licos fieles a la Rep¨²blica y a la autonom¨ªa de Catalu?a, cuya actuaci¨®n pol¨ªtica se plasmaba en el partido Uni¨® Democr¨¢tica de Catalunya, en el que milit¨® Serrahima. La principal figura de este partido, Manuel Carrasco Formiquera, muri¨® fusilado por Franco mientras gritaba nada menos que ??Visca Jes¨²s, visca Catalunya! ? (?Viva Jes¨²s, viva Catalu?a!).
En plena guerra, por venganza personal, Serrahima fue denunciado como jefe de la quinta columna. ?Afortunadamente -recordaba Serrahima-, me acusaron de ser alguien tan importante que mi caso fue a parar de inmediato a altos jefes del SIM, que comprendieron en seguida que era una falsedad. No pas¨® nada.? Tras un corto exilio en Francia, Serrahima volvi¨® a Barcelona, a su inolvidable bufete de la calle de Petritxol. Aquella Barcelona vencida, destrozada, ocupada, v¨ªctima de un puro genocidio cultural y pol¨ªtico, queda plasmada en sus memorias, que llevan por t¨ªtulo Del passal quan era present (Del pasado cuando era presente).
En aquellos negros a?os, Serrahima us¨® y abus¨® del hecho que ¨¦l fuese, como sobre el papel lo era el r¨¦gimen, cristiano y cat¨®lico. Lo hizo en beneficio de todos los catalanes y con el fin de derribar o acortar la dictadura. Son los a?os de las reuniones en Montserrat, en el convento de C¨¢puchinos del barrio de Sarri¨¢ -donde reside toda la enorme saga Serrahima- e infinitas casas particulares. R¨¢pidamente, en el bufete de Serrahima, a partir de ¨²ltimas horas de la tarde, se produce una curiosa especializaci¨®n. Serrahima se ocupa de la conspiraci¨®n cultural, y su pasante, el hoy senador Josep Benet, de las cuestiones m¨¢s estrictamente pol¨ªticas. Ambos abaiidonan pronto su militancia democristiana, para situarse claramente a la izquierda.
En el terreno literario, Serrahima cultiva dos profundos amores, a quienes lee y relee: Chesterton y Maritain, con preferencia hacia el primero. Su obra personal se centra en el ensayo y, desde luego, es escrita ¨²nicamente en catal¨¢n: La crisi de la ficc¨ª¨®, Vida i obra de Joan Maragall, Coneixences y Realitat de Catalunya (¨¦ste ¨²ltimo, fruto de una pol¨¦mica con Juli¨¢n Mar¨ªas).
En uno de sus primeros viajes a Catalu?a, el entonces pr¨ªncipe de Espa?a tiene el acierto de pedir a Serrahima que le visite. El escritor sali¨® encantado. Repetidas veces record¨® c¨®mo el actual Rey hab¨ªa coincidido con ¨¦l en la apreciaci¨®n de la persecuci¨®n sufrida por Catalu?a, la cultura y lengua catalanas. Fruto de aquel contacto personal fue el nombramiento de senador real.
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