El encuentro anual con Antonio Chac¨®n
Una vez al a?o nos encontramos con Antonio Chac¨®n y su toreo gustoso, de cadencia y aroma. Para ello hay que venir a Sevilla, pues en otra parte no ejerce. No es que se niegue a salir de la tierra; es que el taurinismo se las gasta as¨ª: tiene unos cuantos toreros interesantes en hibernaci¨®n permanente, y de tarde en tarde los saca al sol, como haci¨¦ndoles un favor.Antonio Chac¨®n es uno de ellos, a pesar de que el a?o pasado hizo el mejor toreo de capa de toda la feria. Sevilla entera y parte del extranjero estaban con la lupa, a ver si le ve¨ªan pegar un lance a Curro, y cuando levantaron el ojo se encontraron con que el que los daba, adem¨¢s de gran categor¨ªa, era este Chac¨®n, que a muchos ni les suena.
Plaza de Sevilla
Primera corrida de feria. Toros de Salvador Guardiola, de gran presencia, aunque se ven¨ªan abajo, salvo el primero (con genio) y el tercero (muy noble). Rafael Torres: pinchazo y bajonazo (silencio). Bajonazo (silencio). Gabriel Puerta: bajonazo descarado y descabello (silencio). Pinchazo, estocada perdiendo la muleta y cuatro descabellos (silencio). Antonio Chac¨®n: estocada ca¨ªda (oreja). Estocada baja (vuelta al ruedo).
Por este camino, naturalmente, no sonar¨¢ nunca. Ayer hizo una magn¨ªfica faena, cort¨® una oreja en un toro, dio la vuelta al ruedo en otro, y si san Diodoro no lo remedia (con un puestecido en la isidrada, por ejemplo), volver¨¢ al invernadero, hasta 1980, para su encuentro anual con la afici¨®n. Y as¨ª, hasta que se estrelle, como es habitual.
Hay que apresurarse a decir, sin embargo, que le correspondi¨® el mejor toro de la corrida, acaso el ¨²nico bueno de verdad; un toro jam¨®n serrano en lonchas, para hartarse de torear, que le dio todas las facilidades imaginables. Ya que los hombres no hacen justicia, la hac¨ªa un guardiola, ya ves. Pero debemos a?adir que Chac¨®n le mulete¨® con garbo y empaque; sac¨® bell¨ªsimas tandas de naturales y derechazos, y se adorn¨® con pinturer¨ªa. A veces dejaba la patita atr¨¢s, a veces le entraba una debilidad y asomaba su miajita de pico, pero en seguida correg¨ªa los defectos, y hasta hubo momentos en que bord¨® el toreo. As¨ª de f¨¢cil y de bien.
Al sexto, un precioso lucero calcetero, se le tuvo por bravo porque iba de largo a los caballos, pero era un toro desigual que si romaneaba, luego se iba suelto. En el ¨²ltimo tercio ped¨ªa tablas, y Chac¨®n lo sac¨® a los medios, donde no pudo lucirse porque el guardiola estaba inc¨®modo y se defend¨ªa. Cuando volvi¨® al terci¨®, el toro ya era un animalucho agotado y apagado sin m¨¢s intenci¨®n que escapar por los chiqueros.
Los guardiolas
Todos los guardiolas, salvo el muy noble ya dicho y el primero de la tarde, se vinieron abajo despu¨¦s del primer tercio, donde les pegaron fuerte y tap¨¢ndoles la salida. A los pocos muletazos se quedaban cortos, con la cara a media altura, incluso gazapeaban y no hab¨ªa posibilidad de sacarles un pase. Gabriel Puerta puso mucha voluntad en sus dos enemigos, y Rafael Torres lo mismo en el cuarto. El que abri¨® plaza, en cambio, pegaba unas arrancadas que encog¨ªan el ¨¢nimo, y, naturalmente, se lo encogieron a Rafael Torres. ?C¨®mo exigirle serenidad y habilidad dominadora a un torero que, como ¨¦l, se viste tan poco de luces?
Hubo su goteo de quites y lances, y ¨¦sta es una buena noticia. El mejor, precisamente de Torres, cuando uno de sus peones se vio atropellado a la salida de un par y le salv¨® cruz¨¢ndose y llev¨¢ndose el derrote embebido en la muleta. Hubo en el tercero unas chicuelinas reposadas de Chac¨®n que luego intent¨® mejorar Rafael Torres con otras m¨¢s aut¨¦nticas, aunque m¨¢s movidas tambi¨¦n. Y sobre todo las ver¨®nicas con que Chac¨®n recibi¨® al sexto, bajas las manos, con quietud y mando, diluyendo en suavidad y armon¨ªa la ciega embestida del toro.
Los guardiolas fueron muy serios, de impresionante trap¨ªo, A ver si esta impecable presentaci¨®n del ganado se repite hoy con las figuras; Curro, en el cartel.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.