Sovi¨¦ticos y norteamericanos reanudan las negoaaciones sobre sat¨¦lites asesinos

Sovi¨¦ticos y norteamericanos iniciar¨¢n ma?ana, lunes, en Viena, la tercera ronda de negociaciones sobre la utilizaci¨®n para fines b¨¦licos de los sat¨¦lites y otros ingenios espaciales. De esta reuni¨®n podr¨ªa salir un acuerdo que prohibiera durante un a?o la experimentaci¨®n de los llamados ?sat¨¦lites de caza? o ?sat¨¦lites asesinos?.

Este tipo de sat¨¦lites, que busca y destruye al enemigo en el espacio, ha sido probado con aparente ¨¦xito por la Uni¨®n Sovi¨¦tica en los ¨²ltimos a?os. Estados Unidos tiene en marcha tambi¨¦n un programa experimental, pero las primeras pruebas no se realizar¨¢n hasta el a?o pr¨®ximo.Seg¨²n fuentes norteamericanas, la URSS no ha experimentado este tipo de sat¨¦lites desde mayo del a?o pasado, cuando el Cosmos 1.009 destruy¨® en el espacio al Cosmos 967. El ?sat¨¦lite asesino? se sit¨²a a escasa distancia del ?sat¨¦lite-blanco? y explota, destruy¨¦ndose a s¨ª mismo y al objetivo.

Dada la utilizaci¨®n de los sat¨¦lites para misiones de espionaje electr¨®nico y para las comunicaciones militares, especialmente con los submarinos nucleares, la potencia que viera destruidos sus sat¨¦lites quedar¨ªa literalmente ?ciega y muda? ante el enemigo.

Para evitar una transposici¨®n al espacio de la carrera de arinamentos, las dos superpotencias vienen negociando desde hace a?os sin resultados notables. Los norteamericanos propondr¨¢n, posiblemente, en la nueva ronda de conversaciones, la detenci¨®n durante un a?o de los experimentos con ?sat¨¦lites de caza?. Y dado que los sovi¨¦ticos llevan casi doce meses sin efectuar este tipo de pruebas, existen posibilidades de que se alcance un acuerdo.

Estaciones en China

El tema es especialmente importante en v¨ªsperas de la firma de un segundo tratado sobre limita.ci¨®n de. armamento estrat¨¦gico (SALT II), cuyo cumplimiento deber¨¢ ser verificado principalmente a trav¨¦s de sat¨¦lites de espionaje. Tras la p¨¦rdida de sus puestos de escucha electr¨®nica en Ir¨¢n, Estados Unidos necesitar¨¢ a¨²n m¨¢s los datos suministrados por los sat¨¦lites sobre las actividades militares de la URSS. Del mismo modo, los sovi¨¦ticos usar¨¢n sus sat¨¦lites-esp¨ªas para vigilar a los norteamericanos.

Por otra parte, la Administraci¨®n Carter manifest¨® ayer que no est¨¢ interesada en instalar en China estaciones de espionaje electr¨®nico para sustituir a las desmanteladas en Ir¨¢n. El viceprimer ministro chino, Deng Xiao ping, hab¨ªa admitido esta posibilidad, a preguntas de un congresista norteamericano, pero con la condici¨®n de que las estaciones fueran operadas por personal chino y que Pek¨ªn compartiera con Washington los datos obtenidos sobre los misiles sovi¨¦ticos.

El sofisticado equipo electr¨®nico de estas bases de escucha se considera como secreto militar y nunca han permitido los norteamericanos que personal extranjero trabajase en sus estaciones de Ir¨¢n o Turqu¨ªa, por lo que dif¨ªcilmente podr¨ªa aceptar las condiciones chinas.