Baja la Bolsa de Londres al conocerse el primer sondeo a favor del laborismo

El ¨ªndice de la Bolsa de Londres hab¨ªa bajado nueve puntos pocas horas despu¨¦s de la publicaci¨®n en el peri¨®dico Daily Mail del primer sondeo de opini¨®n de la campa?a electoral brit¨¢nica que otorga ventaja al Partido Laborista. La cotizaci¨®n de la libra esterlina tambi¨¦n se ha resentido a causa de una predicci¨®n, recibida por la l¨ªder conservadora con un comentario ir¨®nico: ?El ¨²nico sondeo que cuenta es el del jueves.?

A menos de 48 horas de la apertura de las urnas, la encuesta aparecida en el Mail, realizada sobre una muestra de mil personas y acabada a mediod¨ªa del lunes, sugiere una delantera laborista de menos del 1%. Concretamente, 43,1% para el primer ministro, Callaghan, y 42,4% para Margaret Thatcher. La popularidad del primer ministro sigue ganando puntos en relaci¨®n a la de la l¨ªder conservadora. Entre el 51 % y el 57 % de los brit¨¢nicos prefieren al se?or Callaghan. Los partidarios de la se?ora Thatcher oscilan entre el 31 % y el 33 %.Aunque nadie, salvo la City londinense, parece hacer mucho caso de los porcentajes, el hecho de que el laborismo mantenga su tendencia a la recuperaci¨®n en las intenciones de los electores ha inyectado cierta dosis de inseguridad en una campa?a dominada constantemente por la sensaci¨®n de que la ¨²nica inc¨®gnita de su desenlace era el tama?o de la victoria tory.

Optimismo liberal

David Steel, l¨ªder de los liberales, se muestra convencido de que Gran Breta?a camina hacia otro Parlamento sin clara mayor¨ªa de ninguno de los dos grandes, en el que su peque?o partido se har¨¢ con la balanza del poder. Steel, que denomina a esta situaci¨®n ?Parlamento del pueblo?, dijo ayer que los liberales han duplicado el n¨²mero de sus partidarios en las ¨²ltimas tres semanas, sobre todo a costa de desencantados laboristas, y vaticina veinte asientos para su partido, en vez de los catorce que ten¨ªa. El optimismo de Steel contrasta vivamente con las numerosas predicciones que sugieren un colapso liberal, e incluso de los partidos nacionalistas. Los augures de esta larga campana est¨¢n mayoritariamente de acuerdo en que las elecciones de ma?ana ser¨¢n ?una carrera entre dos caballos?.Los dirigentes del Partido Conservador dedican sus ¨²ltimas intervenciones a intentar minar la popularidad personal del primer ministro. La plana mayor tory est¨¢ jugando con todas sus fuerzas la carta de la ?amenaza roja? que se esconde tras el rostro tranquilizador de James Callaghan.

El todav¨ªa jefe de Gobierno se ha visto obligado a resaltar que sigue ejerciendo firmemente el control del Partido Laborista, y que bajo su liderazgo, que espera prolongar los pr¨®ximos cinco a?os, no hay ninguna posibilidad de que triunfe ese ?golpe de la extrema izquierda? que los conservadores explotan.

Junto con un demoledor ataque a la figura del ex l¨ªder tory Edward Heath -?el ¨²nico pol¨ªtico de este pa¨ªs que ha conseguido poner a veintitr¨¦s millones de trabajadores en una semana laboral de tres d¨ªas?-, el se?or Callaghan ha concentrado sus ¨²ltimos discursos en el tema de los precios y la perspectiva de desempleo masivo que se ofrece a una Gran Breta?a gobernada por los conservadores. El laisez-faire que predica la se?ora Thatcher ser¨ªa, en la pr¨¢ctica, una ?cat¨¢strofe nacional?, en los apocal¨ªpticos t¨¦rminos empleados por el jefe laborista.