Caos econ¨®mico y reino del pudor
Dos meses y medio de purificaci¨®n de costumbres no han bastado para exorcisar los problemas iranles. M¨¢s bien, al contrario. Durante este tiempo no ha habido ning¨²n plan econ¨®mico, no se han elaborado ni tan siquiera los presupuestos internos de los ministerios y tampoco se ha pensado una nueva pol¨ªtica petrol¨ªfera que sustituya a la antigua. Es cierto que han sido abundantes las fugas de capitales y que los inversores extranjeros muestran muchas reservas. Pero esto ¨²ltimo es perfectamerrte comprensible cuando se ha llegado a anunciar (para luego desmentir) una amnist¨ªa econ¨®mica para aquellas entidades iran¨ªes que debiesen dinero a empresas extranjeras.El resultado de todo es que menos de la mitad de las empresas funcionan y que m¨¢s de un tercio. de los iran¨ªes en edad de trabajar se encuentra en paro. De una poblaci¨®n activa de diez millones, tres millones y medio (seg¨²n fuentes oficiales) est¨¢n sin trabajo. S¨®lo hace un par de semanas se acaba de crear el seguro de desempleo. Todav¨ªa no funciona.
M¨¢s de tres millones de arados
A estos tres millones y medio de desocupados habr¨ªa que a?adir los 250.000 t¨¦cnicos extranjeros que se han marchado y los varios cientos de miles de afganos, paquistan¨ªes e hind¨²es que han sido expulsados del pa¨ªs. El pasado 21 de abril finaliz¨® el plazo de residencia en el pa¨ªs para todos aquellos extranjeros que desempe?aban tareas no cualificadas. El pr¨®ximo 21 de junio a cabar¨¢ el de los obreros especializados. Naturalmente, al no existir ning¨²n plan econ¨®mico, estas expulsiones han sido decretadas completamente a ojo, siguiendo la ola de xenofobia, y sin calcular que algunos sectores de la econom¨ªa pueden paralizarse m¨¢s a¨²n.
Este tipo de decisiones no meditadas han sido muy frecuentes. Hace tres semanas, por ejemplo, Jomeini mand¨® suspender toda la importaci¨®n de carne de cordero procedente de Australia y Nueva Zelanda, temiendo que los animales no hubiesen sido sacrificados siguiendo la pr¨¢ctica isl¨¢mica. Naturalmente, el precio de la carne de cordero aument¨® vertig¨ªnosamente. El embajador australiano prometi¨® que su pa¨ªs, que cuenta con un fuerte mercado en los pa¨ªses isl¨¢micos, respeta las creencias religiosas de sus clientes y para ello cuenta incluso con la colaboraci¨®n de varios mulahs que asesoran sus mataderos. Las promesas no bastaron. La exhibici¨®n por televisi¨®n de un documental que acreditaba lo afirmado, tampoco. En estos d¨ªas, una comisi¨®n de religiosos y carniceros recorre Australia en visita de inspecci¨®n. De ah¨ª partir¨¢n a Nueva Zelanda, Argentina y Rumania, tambi¨¦n exportadores de corderos.
Esta historia ser¨ªa completamente divertida si no fuera porque polariz¨® las energ¨ªas de varios. miembros del Gobierno (incluido el presidente) cuando la situaci¨®n econ¨®mica seguia empeorando d¨ªa a d¨ªa. Pero el im¨¢n hab¨ªa pedido que fuese as¨ª...
Sin embargo, los deseos del im¨¢n no son siempre respetados por todos. Buena parte de las mujeres del norte de Teher¨¢n (la parte m¨¢s moderna de la ciudad) no llevan chador. Incluso podr¨ªa afirmarse que ahora lo llevan muchas menos que hace tres meses, cuando el velo negro tradicional era toda una bander a en la lucha contra el sha. Los cines (que exhiben exclusiva mente pel¨ªculas de karate, pol¨ªticas o muy puritanas) tienen ante las taquillas colas de varias horas. Las discotecas comienzan a abrir sus puertas. De las farmacias ha desaparecido casi el alcohol m¨¦dico y, donde se encuentra, su precio es ocho veces superior a lo habitual. Tampoco se puede comprar agua destilada para cargar las bater¨ªas de los autom¨®viles. Una mezcla de agua destilada, alcohol m¨¦dico y az¨²car quemada da lugar a un suced¨¢neo del vodka. Resultado inmediato de la ley seca: cada d¨ªa varias personas son ingresadas en los hospitales con ceguera o en estado de coma, a consecuencia de haber ingerido alcohol met¨ªlico. Los m¨¢s exquisitos, o los m¨¢s ricos, pueden conseguir whisky escoc¨¦s en el mercado negro, a 5.000 pesetas la botella. Tambi¨¦n a precios astron¨®micos sigue existiendo la prostituci¨®n. Mientras tanto, el gerente del hotel Hyatt (el ¨²ltimo en adoptar la ley seca) parece no creer todav¨ªa la destrucci¨®n de la valiosa bodega de su establecimiento. M¨¢s de setenta millones de pesetas en vinos y licores desaparecieron por los desag¨¹es en una minuciosa operaci¨®n en la que intervinieron diez miembros de los comit¨¦s revolucionarios y que dur¨® doce horas.
Una soluci¨®n para los j¨®venes parados ha sido pedir el ingreso en los comit¨¦s revolucionarios o en el Ej¨¦rcito. Cerca de 100.000 muchachos han pedido entrar en las fuerzas armadas en las ¨²ltimas seis semanas. El descontrol de los comit¨¦s y la escasa selectividad del reclutamiento ha favorecido, seg¨²n algunos, el que algunos milicianos se dediquen a la extorsi¨®n.
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