"En el Centro Pompidou se accede a la cultura con libertad"
Entrevista con Jacques Mullender, director del Centro de Creaci¨®n Industrial
El director del departamento de creaci¨®n industrial del Centro Nacional de Arte y Cultura Georges Pompidou (Beaubourg) de Par¨ªs, Jacques Mullender, lleg¨® ayer a Madrid con objeto de explicar hoy, a las 7.30 de la tarde, en el Instituto Franc¨¦s, la experiencia cultural de los dos a?os de funcionamiento del Centro Pompidou, y participar en el I Encuentro Internacional de Dise?o que se desarrolla estos d¨ªas en el Museo Espa?ol de Arte Contempor¨¢neo. ?El Centro Pompidou -declar¨® a EL PAIS- demuestra la necesidad de acceder a la cultura en una atm¨®sfera de gran libertad y poder tener al alcance de la gente una mezcla de las diferentes formas de cultura.?
El Centro Georges Pompidou, m¨¢s conocido como Centro Reaubourg, por estar situado en la zona de Les Halles-Beaubourg, se abri¨® al p¨²blico a comienzos de 1977. En sus distintos departamentos funcionan el Centro de Creaci¨®n Industrial, el Instituto de Investigaci¨®n y Coordinaci¨®n Ac¨²stica Musical y el Museo de Arte Moderno, que cubren con sus actividades todas las manifestaciones art¨ªsticas. Una vez superadas las iniciales pol¨¦micas pol¨ªticas y urban¨ªsticas, el p¨²blico ha refrendado con su asistencia la vida cultural del centro. Durante el primer a?o de funcionamiento ha sido visitado por seis millones de personas y en el segundo a?o se ha superado esta cifra en un 10%, con una media diaria de 23.000 visitantes.?El Centro Beaubourg -se?ala Jacques Mullender- no se puede considerar como una pieza pol¨ªtica. En los debates pueden participar todos los partidos pol¨ªticos, pero no realizan manifestaciones propias. Si alg¨²n d¨ªa se hace un centro parecido en Madrid, aconsejar¨ªa que no se apoderara de ¨¦l ning¨²n partido pol¨ªtico. El edificio no ha causado problemas urban¨ªsticos, ya que el terreno estaba libre de toda construcci¨®n desde 1934. Lo que est¨¢ en discusi¨®n, ahora m¨¢s atenuada, es la arquitectura del edificio y su entorno. El centro no destaca en la ciudad y, por otra parte, no se pod¨ªa hacer en un barrio hist¨®rico un edificio supuestamente hist¨®rico o de arquitectura internacional, sino un edificio de verdadera ruptura, del siglo pr¨®ximo. El proceso de ingenier¨ªa es conocido desde hace ochenta a?os y tiene como innovaci¨®n la total libertad de disposiciones en el interior. Las previsiones de asistencia se han duplicado, lo que responde ¨¢ una necesidad de acceder a la cultura de una forma libre y tener al alcance una mezcla de las diferentes formas de cultura. Cada d¨ªa hay veinte programas diferentes, junto con dos grandes bibliotecas.?
La amplia difusi¨®n de productos culturales est¨¢ resumida en un ?esp¨ªritu Beaubourg? que se extiende por Francia y el extranjero, con unas 45 exposiciones itinerantes que crean focos de discusi¨®n locales. ?Este elemento de apertura de las bellas artes tradicionales es una forma de cultura menos elitista y m¨¢s abierta que incide en el conjunto de la vida cotidiana, como han demostrado varias exposiciones realizadas sobre el entorno urbano?.
El profesor Mullender opina que los programas culturales de la televisi¨®n pod¨ªan jugar un papel de difusi¨®n parecido al del Centro Pompidou, aunque las emisiones de las tres cadenas francesas no se emiten en las horas de mayor audiencia. ?Incluso se pod¨ªa pensar que si la televisi¨®n asumiera todo su papel cultural no habr¨ªa tanta necesidad de un centro como el Pompidou. De los dos medios se puede esperar lo mismo: que se modifique la mirada del mayor n¨²mero de personas, que puede llegar a un cambio de comportamiento; las dos acciones tienen que combinarse.?
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