Ser¨¢ necesario multiplicar por diez los presupuestos de investigaci¨®n

?Espa?a dedica s¨®lo un 0,37% de su producto interior bruto a investigaci¨®n -se declara en el Informe sobre la investigaci¨®n universitaria, elaborado por los vicerrectores de las universidades espa?olas- Para hacerse una idea de la peque?ez de esta cifra, basta decir que la media para 67 pa¨ªses incluidos en el informe es del 0,9%. El esfuerzo econ¨®mico en investigaci¨®n de Espa?a no es superior al de muchos pa¨ªses africanos. ?Ante este hecho, ya reiteradamente conocido, pero, al parecer, indefinidamente postergado en su soluci¨®n m¨¢s radical, fuentes consultadas por EL PA?S han declarado: ?Creemos conveniente, ahora que se ha creado el Ministerio de Universidades e Investigaci¨®n, sacar a relucir el informe de los vicerrectores de investigaci¨®n de varias universidades espa?olas. Ante los problemas del anterior ministerio, la universidad hab¨ªa quedado generalmente relegada, en especial en su aspecto investigador. Ahora, al asociar ambos nombres, se pone en relaci¨®n directa la universidad con la investigaci¨®n. Este informe demuestra que las inversiones deben multiplicarse seg¨²n un factor nueve o diez. Este n¨²mero resulta, a su vez, del producto de dos factores tres por tres. Un factor tres resulta del hecho de que Espa?a debe incrementa el porcentaje de su producto nacional bruto dedicado a la investigaci¨®n, pasando del 0,35 % actual al 1%. El otro factor tres resulta del hecho de que la inversi¨®n por investigador universitario es, en general, una tercera o cuarta parte de la destinada para otros investigadores de centros estatales, con excepci¨®n quiz¨¢ del CSIC.?

Distribuci¨®n

Seg¨²n los especialistas en el tema, ?la realizaci¨®n de investigaci¨®n b¨¢sica y aplicada es indispensable dentro de una universidad que tiene la responsabilidad de formar investigadores y de contribuir a la soluci¨®n de problemas como consecuencia de la conexi¨®n de las tareas universitarias con la sociedad en la que est¨¢ inmersa?.Pero, seg¨²n las mismas fuentes, ?junto al objetivo anterior de crecimiento habr¨ªa de contemplarse otro de car¨¢cter redistributivo, de tal manera que el subsector de ense?anza superior pasea ocupar la importancia relativa que le corresponde, de acuerdo con el grado de desarrollo cient¨ªfico y tecnol¨®gico que se pretende alcanzar?.

Seg¨²n datos de la propia universidad, sumando todos los fondos que ha recibido la universidad espa?ola con destino a investigaci¨®n en 1977, se obtiene la cifra de unos mil millones de pesetas, ?incluyendo las ayudas paralelas a las becas, que extrae la universidad de sus propios presupuestos de actividades docentes. Dividiendo esta cifra entre los 5.000 profesores numerarios que aproximadamente tiene la universidad espa?ola, llegamos a una cifra de 200.000 pesetas por numerario. Pero si dividimos entre los 25.000 profesores universitarios, incluyendo los PNN, llegamos a la cifra de 40.000 pesetas/a?o por profesor?.

?Estas cifras -prosigue el informe- son rid¨ªculas si se las compara con los 40.000 d¨®lares por investigador que se invert¨ªan en Alemania, Francia y el Reino Unido en 1971 (ponencia del III Plan de Desarrollo), con los 30.000 d¨®lares de media mundial (Unesco, 1974), con los 2.000.000 de pesetas por investigador empleados en Espa?a en 1974... e incluso con los 9.000 a 20.000 d¨®lares empleados en varios pa¨ªses africanos.?

En otros pa¨ªses del mundo se ha optado por la soluci¨®n de crear un Ministerio de Educaci¨®n y otro de Ciencia y Tecnolog¨ªa. El de Educaci¨®n se ocupa, en esos casos, de todos los problemas relacionados con la ense?anza, tanto la superior como la secundaria. El Ministerio de Ciencia y Tecnolog¨ªa, por su parte, cubre la investigaci¨®n en organismos que en nuestro pa¨ªs dependen de otros ministerios. En el caso espa?ol esto afectar¨ªa al CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas), a la JEN (Junta de Energ¨ªa Nuclear), INTA (Instituto Nacional de T¨¦cnica Aeroespacial)..., que actualmente est¨¢n encuadrados en ministerios diferentes. ?Otra de las ventajas de esta forma de estructurar la investigaci¨®n -declararon las mencionadas fuentes a EL PA?S- en relaci¨®n directa la ciencia con la tecnolog¨ªa o la investigaci¨®n fundamental con la aplicada. ?

Los profesionales consultados opinan que para la creaci¨®n de la pol¨ªtica cient¨ªfica y la elaboraci¨®n de los grandes programas de investigaci¨®n se podr¨ªan crear comit¨¦s formados por cient¨ªficos y parlamentarios, tal como se hace en otros pa¨ªses. ?Estos comit¨¦s -concluyen las declaraciones- discutir¨ªan las propuestas presentadas por el Gobierno, as¨ª como las mociones de los propios miembros del Parlamento. Asimismo, podr¨ªan discutir asuntos relacionados con la pol¨ªtica cient¨ªfica y elaboraci¨®n de objetivos y programas a escala nacional (en sanidad, urbanismo, energ¨ªa, etc¨¦tera).?