Primeras audiciones de Boulez y Wemer Henze
Escuela Superior de Canto.Grupo Koan.
Director: Jos¨¦ Ram¨®n Encinar.
Solistas: A. Garc¨¦s, J. Molina y A. Dom¨ªnguez.
Obras de Gonibau, Boulez, Straninsky y Werner Henze.
11 de mayo.
El ¨²ltimo concierto del I Ciclo de M¨²sica Actual (organizado por el CINFE y patrocinado por la SIMC) estuvo a cargo del Grupo Koan, dirigido por Encinar y con el clarinetista Adolfo Garc¨¦s, el tenor Juli¨¢n Molina y la arpista Angeles Dom¨ªnguez corno solistas. El programa, bien penlado y realizado, se abri¨® con M¨²sica para ocho, de Gerardo Gombau, escrita en 1968 en homenaje a don Jos¨¦ Eugenio de Baviera. Todos hablamos con frecuencia de Gombau, recordamos sus valores humanos y art¨ªsticos y ensalzamos su extraordinaria capacidad de evoluci¨®n, que, partiendo de la tradici¨®n tonal y hasta nacionalista, le llev¨® a formulaciones de absoluta actualidad. Lo importante, cuando volvemos a escuchar una obra como M¨²sica para ocho, no son los datos y consideraciones hist¨®rico-human¨ªsticas, sino comprobar que se trata de algo que muy bien pod¨ªa haberse escrito ayer mismo. Concisa, clara, incisiva -los tres adjetivos exactamente escogidos por el an¨®nimo comentarista del programa-, estupendamente estructurada y dotada de comunicatividad, la obra de Gombau fue acogida con largos aplausos.
Domaines (1968-69), protagonizada por el formidable clarinetista Adolfo Garc¨¦s, es una larga p¨¢gina en la que Boulez muestra todo su saber, toda su fe en la ?invenci¨®n organizada?, por m¨¢s que sea flexible y su gran inventiva estructural y sonora. El solista act¨²a a,modo de ?provocador? de cuanto hacen los grupos instrumentales, pero en la segunda parte de la obra, basada en la ?vuelta atr¨¢s? del discurso, las cosas suceden un tanto al contrar¨ªo. En todo momento estamos ante una aventura que ha de seguirse con suma atenci¨®n, en escucha lo m¨¢s concentrada posible, a fin de no perder tantos episodios como encierra esta m¨²sica artesanal y no poco l¨²dica, ?escrutadora -como pod¨ªa decir el mismo Boulez- del fen¨®meno musical, sin perseguirlo a trav¨¦s de soluciones improvisadas o provisionales?. Tant¨® el papel solista como el de todos los instrumentistas es dificil de abordar, pero Garc¨¦s y loscomponentes del Koan, guiados con seguridad de criterio por Encinar, lograron una versi¨®n excelente.
La muerte de Dylan Thomas nos priv¨® de la obra que proyectaba en colaboraci¨®n con Strawinsky, que ?deb¨ªa tratar del redescubrimiento de nuestro planeta despu¨¦s de una cat¨¢strofe at¨®mica?, seg¨²n declaraciones del compositor a Robert Craft. De camino hacia Hollywood, para entrevistarse con Strawinsky, Thomas muere repentinamente en Nueva York. Del tr¨¢gico suceso nace In Memoriam Dylan Thomas, canci¨®n y c¨¢nones f¨²nebres, en la que, tras los antecedentes del Septeto y las Tres canciones de Shakespeare, el autor de Petruchka se sumerge en la pr¨¢ctica serial.
En M¨²sica de c¨¢mara, el alem¨¢n Werner Henze, despu¨¦s de un per¨ªodo de acercamiento al serialismo, nos da su versi¨®n de In Lieblicher Blaue, de Holderlin, dentro de su caracter¨ªstica ideolog¨ªa y su personal lenguaje, en los que caben herencias muy diversas. Expresivista y con su carga posrom¨¢ntica -no en vano Henze declara que su compositor del siglo XX preferido es Alban Berg-, la invenci¨®n es varia, el mundo po¨¦tico-musical se transforma en cada n¨²mero de los trece que consta la partitura, mudan los recursos sonoros y habla a trav¨¦s de la voz individual quien escribe sus obras ?con amor al p¨²blico?, seg¨²n propia confesi¨®n. El tenor Juli¨¢n Molina, la arpista Angeles Dom¨ªnguez, los profesores del Koan y Jos¨¦ Ram¨®n Encinar dieron de la obra de Henze una versi¨®n fiel y comprensiva.
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