La pol¨¦mica socialista
Como consecuencia del XXXVIII Congreso del PSOE, estoy leyendo en las diversas noticias de la prensa los vaivenes y agitaciones de los militantes de dicho partido, a causa de dos principales tendencias aparentemente contrapuestas: las posibilistas cara al electorado, de Felipe Gonz¨¢lez, y las m¨¢s radicalizadas exigiendo un purismo de definici¨®n marxista.No soy militante de dicho partido, pero, pensando en alto, creo que Marx escribi¨® lo suficiente como, para ser interpretado de mil
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maneras diferentes. Cada persona puede realizar su ex¨¦gesis particular sobre sus escritos, pero en toda su trayectoria descolla el n¨²cleo central de su ideal: el deseo de justicia para el trabajador evitando la inhumana explotaci¨®n econ¨®mica del hombre por el hombre; al fin y al cabo, la esencia de su doctrina econ¨®mica se basa en que los factores principales de la riqueza a trav¨¦s del proceso productivo sin la materia prima, donada gratuitamente al hombre por la naturaleza, y la mano de obra, la cual, por medio de su trabajo transformador y creador, incorpora el valor a?adido a cada pedazo de materia arrancado a la tierra.
Como quiera que la c¨²spide final de toda gran idea o pensamiento es una utop¨ªa, todos los hombres del PSOE deber¨¢n tener presente que ¨¦sta es una tendencia para no perder el Norte, pero que en la b¨²squeda de caminos posibilistas y pr¨¢cticos que se les ofrecen a lo largo de su andadura, lo m¨¢s importante es aglutinarse en lugar de excluirse o desmembrarse. As¨ª podr¨¢n evitar el j¨²bilo oportunista de ?buitres? coyunturales que en todo lugar y tiempo han existido.
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