Ian Dury, Robert Gordon y los conciertos de la semana
Esta noche y ma?ana, lunes, va a tener lugar en Madrid un concierto que puede hacer ¨¦poca, marcar un hito o dos y dejar a los asistentes metidos en la sana marcha del m¨¢s sano rock & roll. Se trata de lan Dury con sus Blockheads, por un lado, y Robert Gordon con Chris Spedding, por otro.
Ninguno de los dos son rock-stars rutilantes; de hecho, Dury es un antiguo poliomiel¨ªtico que exagera la nota y que por no poder moverse juega en escena con un pa?uelo. Si s¨®lo fuera esto, no merecer¨ªa demasiado la pena, pero es que lan Dury canta y compone como poca gente en la actualidad. Los mismos t¨ªtulos de sus canciones, Ven y haz el amor conmigo, Golp¨¦ame con tu palo r¨ªtmico o Sexo y drogas y rock & roll, indican hasta para el m¨¢s torpe cu¨¢l es la cuerda de Dury: un cruce de vitalidad sadomasoquista con un ritmo b¨¢rbaro, no muy r¨¢pido, pero pesado y efectivo. Dury es de casi siempre.Hace a?os ten¨ªa un grupo llamado Kilburn and The High Roads (Kilburn es un barrio no muy chic de Londres), que a pesar de ser unos ¨ªdolos del circuito de pubs londinense, no acabaron de conseguir nada demasiado positivo. Pero hete aqu¨ª que aparece el punk, que con todo su feismo a cuestas no pod¨ªa por menos que abrazar la causa de este tarado, que adem¨¢s hac¨ªa mejor m¨²sica que casi todos ellos juntos. De ah¨ª sale su nuevo nombre, lan Dury ant The Blockheads, estos ¨²ltimos junto a Rockpile y el acompa?amiento de Lene Lovich, uno de los mejores y m¨¢s alucinantes grupos que pululan hoy en d¨ªa por las islas. Y, aparte de todo, el bueno de Dury vende mucho, much¨ªsimo, y est¨¢ bien, pero ser¨ªa igual de bueno aunque no vendiera una escoba.
Lo que ocurre con estos eventos es que el telonero puede ser a priori tan atractivo como el mismo capo di concerto. Robert Gordon, neoyorquino ¨¦l, comenz¨® hace unos a?os en grupo punkie llamado Tuff Darts. Sin embargo, en alg¨²n momento decidi¨® que el rock de los cincuenta todav¨ªa no estaba muerto y pas¨® a peinarse con un tup¨¦ engominado, a realizar versiones de superci¨¢sicos y a aliarse con un guitarrista m¨ªtico y extra?o: el indio (americano) Link Wray. Junto a ¨¦l, Gordon grab¨® dos ¨¢lbumes para Private Stock (el segundo, editado en Espa?a), pero todo se vi no abajo cuando el due?o de la firma se fug¨® con el dinero de la misma al Caribe, movimiento este que oblig¨® a Gordon a emigrar hacia RCA, casa de seriedad probada. Le acompa?a Chris Spedding, guitarrista incre¨ªble, que habiendo pasado por infinidad de grupos, de estilos y de estudios (junto a Ollie Hasaal es uno de esos tipos cuya guitarra aparece en todas partes), no ha obtenido el ¨¦xito que se merece.
En fin, unos conciertos que resultar¨¢n bien si la organizaci¨®n ha pensado alg¨²n m¨¦todo para evitar foll¨®n, bofetadas y las subsiguientes cargas policiales. El festival celta demostr¨® que no obligatoriamente un concierto tiene por qu¨¦ ser un calvario. Hay formas de evitarlo con elegancia.
Por otra parte, los d¨ªas,5, 6, 7 y 8 actuar¨¢ en Madrid Sisa, que presentar¨¢ su ¨²ltimo disco y show. Algo que tambi¨¦n merecer¨¢ la pena.
Por otra parte, el d¨ªa 9, a las catorce horas, y en el estadio del Rayo Vallecano, tendr¨¢ lugar un festival de nueve horas que puede resultar uno de los mayores que se hayan celebrado en Espa?a. Actuar¨¢n Cr¨¢ter, Burning, The Bishops, Stranglers y Flamin Groovies.
Madrid, mal que le pese a los agoreros, se convierte cada vez con m¨¢s pujanza en una de las ciudades m¨¢s divertidas de la Europa occidental. Conciertos de m¨²sica pop, Feria del Libro, zocos espont¨¢neos que inundan las calles principales, corridas de toros y un largo etc¨¦tera, en el que por no faltar no falta ni un Parlamento cada vez m¨¢s autocr¨ªtico, ¨¢gil y divertido. Esta semana puede pasar a la historia cotidiana de la ciudad como una de las semanas grandes m¨¢s y mejor recordadas. Atr¨¢s queda la tristeza y el dolor ocasionado por los fan¨¢ticos.
Babelia
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