Actuaci¨®n en Madrid de Robert Fripp, ex l¨ªder de King Crimson
Fin de semana lleno de rock enloquecido, y para empezar una presentaci¨®n casi fantasma de Robert Fripp, l¨ªder m¨ªtico de King Crimson. Hace varios a?os (en 1974) Fripp disolvi¨® su grupo por considerarlo fuera del tiempo. Ha llegado el momento de las unidades peque?as m¨®viles e inteligentes enfrentadas a los conglomerados grandes y torpes que tanto puede ser un grupo como Emerson Lake and Palmer, como el ej¨¦rcito de Estados Unidos contra la guerrilla vietnamita. As¨ª pues, Fripp, que vuelve a la actividad tras haber pasado por un largo retiro, se convierte en una unidad arquet¨ªpica y recorre el mundo con su guitarra y su consola de pedales, tocando tanto en una pizzer¨ªa, como en una tienda de discos o para la gente de la industria. ?Esta gira es en realidad una excusa para encontrar gente?, explica Fripp, que introduce su actuaci¨®n diciendo que lo que va a hacer no es algo importante ni siquiera serio, que lo mismo puede salir bien que salir mal, que la gente salga o se quede, que vuelva o no, que cada uno haga lo que le d¨¦ la gana y que, por favor, no se sientan obligados.Y a continuaci¨®n coge su guitarra, pone en marcha un magnet¨®fono (el otro se hab¨ªa quemado) y sobre unas bases de guitarra abstracta comienza asoltarsonidos tambi¨¦n abstractos, inusuales, seg¨²n una secuencia no premeditada que va surgiendo en cada momento: m¨²sica ambiental improvisada y en lo absoluto impositiva. El personal permanec¨ªa quieto, enrroll¨¢ndose o aburri¨¦ndose bajo las oleadas de inconcreci¨®n musical que se le ven¨ªan encima cuya ¨²nica coherencia ven¨ªa dada por el propio desarrollo espont¨¢neo de las ideas de Fripp. De pronto la cosa se para y Fripp nos aconseja que vayamos a tomar una copa con ¨¦l, y despu¨¦s vuelve a tocar para unos cuantos (ya enganchados) seguir con lo que ¨¦l llama Frippertronics.
Babelia
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