La izquierda portuguesa censura en el Parlamento al Gobierno Mota Pinto
El Parlamento portugu¨¦s tendr¨¢ que pronunciarse esta semana sobre las dos mociones de censura presentadas ayer por el Partido Socialista y el Partido Comunista.El resultado, diferente, de las iniciativas de los dos partidos de la izquierda parlamentaria es conocido de antemano: los comunistas no tienen ninguna esperanza de ser apoyados por m¨¢s de tres independientes y por el diputado ¨²nico de la UDP, por lo que su moci¨®n ser¨¢ rechazada. En cambio, los socialistas, que cuentan con el apoyo comunista, tienen asegurada la victoria, aunque el partido de Mario Soares est¨¦ muy interesado en conseguir otros votos de la ?mayor¨ªa de izquierda?.
Por primera vez desde 1975 los socialistas portugueses parecen seriamente empe?ados en provocar la clarificaci¨®n de la situaci¨®n pol¨ªtica. Su decisi¨®n de hacer caer al Gobierno aun sin atender previamente la condici¨®n impuesta por el presidente Eanes sobre la obtenci¨®n de un acuerdo de mayor¨ªa para sustituir al actual ejecutivo, y esto a escasamente diez d¨ªas de la celebraci¨®n del congreso del segundo partido portugu¨¦s, puede alterar profundamente el juego pol¨ªtico portugu¨¦s.
Abierta o t¨¢citamente, todas las dem¨¢s fuerzas pol¨ªticas y sociales han jugado hasta ahora con la voluntad del PS de mantenerse en el Gobierno, primero, y luego de evitar las elecciones anticipadas, con un juego complicado de presiones y chantajes que llev¨® al mayor partido portugu¨¦s al borde de la desintegraci¨®n interna y del descr¨¦dito electoral.
Con el asunto de la amnist¨ªa, la jerarqu¨ªa militar ha entrado a su vez en el juego de las intimidaciones. Pero al contrario del PCP, el Partido Socialista parece convencido de que a un a?o del fin del ?per¨ªodo de transici¨®n?, impuesto a la democracia portuguesa, es mucho mejor clarificar el juego acerca de unos cuantos problemas, como, por ejemplo, el papel de presidente de la Rep¨²blica y el de las fuerzas armadas.
En el discurso pronunciado el pasado domingo en la fiesta anual del PS, Mario Soares ha recobrado el estilo y la agresividad de la campa?a de 1975. Queda por ver si encontrar¨¢ eco en la base y el electorado, abrumados por las dificultades y cansados de los malabarismos pol¨ªticos de los dos ¨²ltimos a?os. Es preciso tambi¨¦n que el PS se muestre capaz de resistir a las presiones de los clientes si el PSD, o sus disidentes, o el propio presidente Eanes le ofrecen volver al Gobierno hasta 1980.
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