Miles de personas huyen de los combates en Managua entre guerrilleros y la Guardia Nacional

Miles de nicarag¨¹enses huyen de Managua para escapar a los encarnizados combates entre guerrilleros sandinistas y las fuerzas de Anastasio Somoza. Los enfrentamientos contin¨²an tambi¨¦n en las ciudades de Le¨®n, Chinandega, Matagalpa y Estel¨ª. En Managua falta el agua y la energ¨ªa el¨¦ctrica, y los barrios perif¨¦ricos siguen ocupados por los guerrilleros. La aviaci¨®n somocista ha bombardeado posiciones sandinistas y destruido las instalaciones del diario La Prensa, ¨²nico ¨®rgano informativo nicarag¨¹ense de car¨¢cter independiente. El centro de la Cruz Roja en Managua aloja ya a m¨¢s de 10.000 refugiados. La embajada norteamericana complet¨® ayer la evacuaci¨®n de un primer contingente de familiares de su personal diplom¨¢tico, y hoy llega a Managua un avi¨®n militar espa?ol para recoger a setenta de nuestros compatriotas.

Una iniciativa diplom¨¢tica del Pacto Andino para resolver el conflicto ha fracasado por la intransigencia del dictador nicarag¨¹ense. Seg¨²n fuentes venezolanas, Somoza dijo a los enviados latinoamericanos que considera ?tener un mandato popular hasta 1981?. Los cancilleres andinos reiteran a Somoza la solidaridad de sus cinco pa¨ªses con Costa Rica, sugiriendo abiertamente que cualquier ataque nicarag¨¹ense a su vecino centroamericano encontrar¨ªa una respuesta concreta por parte de las naciones del acuerdo de Cartagena.Las instalaciones del diario La Prensa, en Managua, caracterizado desde hace d¨¦cadas por su radical oposici¨®n al r¨¦gimen de la dinast¨ªa somocista, quedaron totalmente destruidas en la tarde del lunes por un incendio provocado, seg¨²n testigos presenciales, por aviones de combate de la Guardia Nacional nicarag¨¹ense. Seg¨²n dichas fuentes, los aparatos lanzaron cohetes contra la nave principal del peri¨®dico, que r¨¢pidamente qued¨® envuelta en llamas.

Aunque este extremo no se ha podido confirmar, parece que perecieron varias personas que se encontraban en el edificio, situado en la carretera que conduce al aeropuerto de Managua. Una gran columna de humo era visible desde cualquier punto de la ciudad. En varias ocasiones se escucharon explosiones, presumiblemente producidas por la ignici¨®n de materiales inflamables.

La noticia del ataque sufrido por el diario se extendi¨® con rapidez entre los corresponsales extranjeros presentes en Nicaragua. Desafortunadamente no fue posible llegar hasta la sede de La Prensa, pues la carretera Norte est¨¢ cortada desde hace 48 horas por guerrilleros del Frente Sandinista. Las acciones de limpieza iniciadas por la Guardia Nacional en esa zona no han conseguido a¨²n dejar expedita la carretera; vital para la comunicaci¨®n entre la capital y su aeropuerto.

La destrucci¨®n de La Prensa ha despejado una de las grandes contradicciones del r¨¦gimen de Anastasio Somoza, cuya naturaleza estaba y est¨¢ en abierta oposici¨®n con los postulados de respeto a la libertad y a la democracia que el peri¨®dico de Pedro Joaqu¨ªn Chamorro mantuvo durante toda su trayectoria. Durante mucho tiempo, la diaria aparici¨®n de La Prensa fue uno de los argumentos favoritos de Anastasio Somoza para confirmar que en Nicaragua se respetaban las opiniones ajenas y aun las francamente opuestas.

Pero bajo esta fingida complacencia anidaba el disgusto y el rencor. Los responsables del diario saben de las innumerables presiones sufridas durante los ¨²ltimos meses, y a¨²n se preguntan las razones que causaron la muerte de Pedro Joaqu¨ªn Chamorro, que fue, m¨¢s que un director de peri¨®dico, una alternativa de poder, respetada y admirada.

No se han producido cambios notables, en las ¨²ltimas horas, en la cr¨ªtica situaci¨®n que vive la ciudad de Managua desde la noche del s¨¢bado. Guerrilleros sandinistas mantienen el control en numerosos barrios de Managua, y varios de los accesos a la ciudad est¨¢n cortados todav¨ªa. La Guardia Nacional trata de aislar estos n¨²cleos para, en operaciones posteriores, desalojar a los insurrectos. Estos ofrecen fuerte resistencia, lo que hace suponer que disponen de suficientes municiones. No as¨ª armas, pues en diversos puntos de la ciudad hemos podido ver personalmente a muchachitos de catorce y quince a?os empu?ando pistolas de corto alcance o carabinas de peque?o calibre.

Llama la atenci¨®n la deliberada lentitud con que la Guardia Nacional realiza las operaciones de rastreo. Es como si no tuvieran ninguna prisa en terminar con esta situaci¨®n, que se hace cada d¨ªa m¨¢s dram¨¢tica. Patrullas de diez o doce hombres, protegidas por tanquetas, recorren lentamente los per¨ªmetros de los barrios, sin atreverse a entrar en ellos en la mayor¨ªa de los casos. De cuando en cuando, el ca?¨®n del veh¨ªculo blindado dispara contra las barricadas levantadas por los sandinistas en las entradas de las calles.

El p¨¢nico producido por los constantes e intensos tiroteos, que disminuyeron en intensidad en la noche del lunes y madrugada del martes, ha producido un masivo ¨¦xodo de familias enteras fuera de sus lugares habituales de residencia. El lugar m¨¢s frecuentemente escogido para la b¨²squeda de refugio es la sede de la Cruz Roja nicarag¨¹ense, donde en la tarde del lunes nos informaron de que ya hab¨ªan registrado a m¨¢s de 12.000 refugiados. La mayor¨ªa de ellos son enviados al seminario de Managua. Algunas de estas personas hicieron pat¨¦ticos relatos sobre la crueldad de la Guardia Nacional en las operaciones de limpieza en algunos barrios, como el de Acahualinca.

Los responsables de la Cruz Roja aseguraron que disponen de pocos medios para atender y alimentar a tan alta cantidad de personas.