Dos j¨®venes colocaron la bomba que mat¨® a un trabajador de la central nuclear de Lem¨®niz
Quince meses despu¨¦s del atentado que cost¨® la vida a dos trabajadores, un obrero de una de las contratas que por cuenta de Iberduero construyen la central nuclear de Lem¨®niz, muri¨® ayer, poco despu¨¦s de las dos de la tarde, v¨ªctima de un nuevo atentado contra dichas instalaciones, Angel Ba?os Espada, nacido en Cartagena hace 46 a?os y padre de cinco hijos. No se desaloj¨®, por causas que se desconocen, el pabell¨®n turbinas n¨²mero uno, en el que unos minutos antes un comando armado hab¨ªa colocado una bomba tras maniatar a dos empleados. Previamente, tras sendos avisos telef¨®nicos a Iberduero y a una emisora bilba¨ªna, las sirenas hab¨ªan dado la se?al establecida para proceder al desalojo de los distintos pabellones.
Sobre las dos menos diez de la tarde, cuando se proced¨ªa al cambio de turno, una llamada telef¨®nica recibida en las oficinas de Iberduero anunciaba la explosi¨®n de una bomba ?en el plazo de un cuarto de hora ?. Seg¨²n la informaci¨®n facilitada por la empresa, la telefonista intent¨® averiguar m¨¢s datos y concretamente el lugar donde se iba a producir la explosi¨®n. El comunicante se limit¨® a decir: ?Repito: en un cuarto de hora har¨¢ explosi¨®n una bomba.?Se dio la alarma
A las dos y cinco de la tarde se recibi¨® una segunda llamada, esta vez procedente de la emisora bilba¨ªna Radio Popular, comunicando a Iberduero haber recibido un aviso con el mismo contenido. Para entonces -seg¨²n fuentes de la empresa que confirmaron varios de los escasos trabajadores que permanec¨ªan en las instalaciones por la tarde- las sirenas hab¨ªan dado la alarma, mientras los altavoces daban la orden de desalojo general.
La explosi¨®n se produjo entre tres y siete minutos despu¨¦s -seg¨²n las distintas fuentes- de la segunda llamada. Angel Ba?os, que iniciaba entonces su trabajo en el turno de tarde, se encontraba en ese momento sobre una peque?a plataforma en la parte superior de un tanque de aceite destinado a la refrigeraci¨®n de la turbina. Algunos de sus compa?eros informaron a los periodistas que Angel Ba?os acostumbraba a cambiarse de ropa en dicho lugar, aunque no supieron explicar la raz¨®n de su presencia en el interior del pabell¨®n tras la orden de desalojo.
Dos j¨®venes armados
Unos minutos antes, y cuando por coincidir con el cambio de turno, el pabell¨®n estaba pr¨¢cticamente vac¨ªo, dos j¨®venes armados enca?onaron a los dos operarios encargados del tanque de refrigeraci¨®n, oblig¨¢ndoles, tras esposarlos, a abandonar el lugar. La bomba, al parecer de escasa potencia, fue instalada en la parte inferior del tanque. Este, de forma cil¨ªndrica y con un di¨¢metro de unos tres metros, no sufri¨® desperfectos visibles, aunque s¨ª algunos de los materiales auxiliares menos consistentes, situados en su entorno. El trabajador Angel Ba?os recibi¨® el impacto de la onda expansiva, cayendo por la parte trasera del tanque, entre ¨¦ste y la pared exterior del edificio.
A ra¨ªz del atentado del 17 de marzo de 1978, Iberduero extrem¨® las medidas de seguridad. Para desplazarse por el interior de la planta es preciso portar una credencial nominal, que es examinada por los servicios de seguridad cada vez que se traspasan las barreras que separan las distintas partes de la obra.
En un comunicado suscrito conjuntamente por el PNV, PSOE, PC y ESEI, hecho p¨²blico en la tarde de ayer en Bilbao, se condena duramente este nuevo ?asesinato, que expresa un absoluto desprecio a la vida y a los derechos de la persona y atenta contra los trabajadores, contra el proceso democr¨¢tico y en particular contra el Estatuto de Autorirn¨ªa?. El comunicado llama ?a la clase obrera y al pueblo en general a expresar su repulsa por el atentado?.
En parecidos t¨¦rminos se expresan las centrales sindicales UGT y CCOO. Esta ¨²ltima se pregunta si la sangre vertida en marzo del a?o pasado ?no les pareci¨® suficiente a los autores?, e interpela a ¨¦stos sobre el argumento que utilizar¨¢n para justificar su acci¨®n. ??Se dir¨¢ otra vez que no funcion¨®? ?o que se trataba de un confidente?, se pregunta CCOO, que concluye su comunicado llamando a la celebraci¨®n de ?asambleas en todas las f¨¢bricas y manifestaciones en los pueblos, en las que se exprese la repulsa de los trabajadores?.
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