El ultraconservador Strauss, candidato de la oposici¨®n alemana a la canciller¨ªa
Los partidos de la coalici¨®n gubernamental han considerado como mal presagio la designaci¨®n del jefe del Gobierno b¨¢varo y l¨ªder del Partido Cristiano Social (CSU), Franz Josef Strauss, como candidato de la Uni¨®n Cristiano-Dem¨®crata para la canciller¨ªa con vistas a las elecciones generales del pr¨®ximo a?o en la RFA. El jefe de la socialdemocracia, Willy Brandt, ha enjuiciado la elecci¨®n de los conservadores como una ?derrota de las posiciones moderadas? del CDU y un indicio de que se entra en un per¨ªodo en el que ?el objetivo de todos los dem¨®cratas ser¨¢ el de frenar la polarizaci¨®n de fuerzas en torno a Franz Josef Strauss?.El l¨ªder liberal y ministro de Asuntos Exteriores, Hans Dietrich Genscher, ha interpretado tambi¨¦n la designaci¨®n como ?fracaso de los intentos en favor de una l¨ªnea liberal dentro del CDU?. Stobbe, alcalde gobernador de Berl¨ªn occidental, socialdem¨®crata, ve en la promoci¨®n de Strauss una decisi¨®n ?que traer¨¢ consecuencias peligrosas para la distensi¨®n?, una ?verdadera desgracia? que, al tiempo, muestra c¨®mo ?la Uni¨®n Cristiano Dem¨®crata se ha situado en la extrema derecha?.
La irresistible ascensi¨®n de Franz Josef Strauss, cuya ¨²ltima etapa comenz¨® simb¨®licamente el d¨ªa de la Ascensi¨®n, 24 de mayo, al anunciar el propio l¨ªder b¨¢varo que se presentar¨ªa a la canciller¨ªa, con o sin el respaldo del CDU, se ofrece al electorado alem¨¢n como un motivo m¨¢s de crisis institucional.
En una sesi¨®n de siete horas a puerta cerrada, que concluy¨® el lunes a las once y media de la noche, 153 parlamentarios democristianos dieron su voto a Strauss, mientras que solamente 102 optaron por Ernst Albrecht, el candidato apoyado por el jefe del CDU, Helmut KohI.
La figura del discutido l¨ªder b¨¢varo se ha visto relacionada con asuntos oscuros, como un registro policial en la redacci¨®n del semanario liberal Der Spiegel, los sobornos de la Lockheed, permisos de negocios de armamento sin el visto bueno del Parlamento, apoyo directo a la dictadura chilena, adem¨¢s de actividades de mentalizaci¨®n ideol¨®gica de la juventud durante el per¨ªodo nacionalsocialista.
Desde que, en febrero de 1964, Der Spiegel comentase que ?la Uni¨®n Cristiano Dem¨®crata ha dejado de ser instrumento de Strauss?, las expectativas del l¨ªder ultraconservador han ido alter¨¢ndose en su favor hasta culminar con su designaci¨®n de ayer. Su intervenci¨®n ha conseguido, en los ¨²ltimos meses, que Helmut Kohl, hasta ahora aspirante a la canciller¨ªa, declinase este cometido a la vista de la derrota sufrida en las ¨²ltimas elecciones genera les, celebradas en octubre de 1976. En intervenciones posteriores, Strauss logr¨® tambi¨¦n abrir paso a sus candidatos para los puestos de presidente de la RFA y del Parlamento, en contra de los preferidos de Kohl y del ala liberal de la oposici¨®n conservadora. El jefe del CSU b¨¢varo no se recat¨®, al conocerse los resultados de las primeras elecciones directas para el Parlamento Europeo, de presentarse como el verdadero motor de atracci¨®n de los votos derechistas alemanes.
El personalismo que rodea al nuevo candidato conservador para las pr¨®ximas elecciones traer¨¢ sin lugar a dudas nuevas crisis a la Uni¨®n Cristiano Dem¨®crata. ?Strauss es un programa?, comentaba hace unos d¨ªas un dirigente del partido b¨¢varo. El propio jefe del grupo cristianosocial del Parlamento de Bonn, Fritz Zimmermann, alter ego de Strauss, dijo ayer tarde en unas declaraciones a la emisora DeutschIand Funk que la formulaci¨®n pol¨ªtica de Strauss debe influir en el programa electoral de la Uni¨®n Cristiano Dem¨®crata, con lo que anticipaba que ahora es cuando comienza realmente la operaci¨®n de adecuaci¨®n del CDU a los esquemas mentales y pol¨ªticos del l¨ªder ultraconservador.
Strauss anticip¨® ya en la clausura en que fue elegido que debe imprimirse un nuevo dinamismo a la fracci¨®n parlamentaria, lo que significar¨ªa un intento de desbancar a Kohl tambi¨¦n como jefe de ¨¦sta. Desposeerle de la jefatura del partido ser¨ªa tarea de los prohombres democristianos, cuya tendencia ha quedado patentizada al optar 103 de ellos, junto con los cincuenta diputados del CSU, por el candidato que rivalizaba con el de Kohl.
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