"El mercado art¨ªstico languidece"
Entrevista con Fernando Vijande, director de la galer¨ªa Vandr¨¦s
Con la temporada ya pr¨¢cticamente al cierre llega el rumor de que la galer¨ªa Vandr¨¦s, de Madrid, una de las que m¨¢s ha contribuido a difundir y promocionar el arte espa?ol de vanguardia de la generaci¨®n de los setenta, atraviesa una grave crisis. Fernando, Vijande, su director, lo desmiente en una entrevista con Angel Gonz¨¢lez Garc¨ªa. Se inicia as¨ª una serie de entrevistas a los responsables de algunas de las galer¨ªas de arte m¨¢s destacadas, para hacer balance de lo que fue la temporada 1978-1979. de lo que ser¨¢ la pr¨®xima y cu¨¢l es el estado actual de nuestro arte.
En mayo de 1971, la galer¨ªa Vandr¨¦s alcanz¨® de la noche a la ma?ana una escandalosa notoriedad: la polic¨ªa clausuraba por orden gubernativa una inocente exposici¨®n de arte er¨®tico. Con tal motivo, el fiscal acusaba al director de la galer¨ªa, Fernando Vijande, de ?esc¨¢ndalo p¨²blico y atentado a la moral?, Carrero Blanco clamaba en las Cortes que los enemigos de Espa?a eran la masoner¨ªa y la pornograf¨ªa, refiri¨¦ndose expresamente a dicha exposici¨®n; un editorial de Nuevo Diario hablaba de ?pornograf¨ªa revolucionaria? y otras insensateces, etc¨¦tera.Uno se pregunta, a la vista de lo que all¨ª se expuso, c¨®mo es posible que suscitara semejante campa?a de ascetismo delirante o c¨®mo demonios se pueden detectar rastros de ?erotismo? y ?pornograf¨ªa? en una obra de car¨¢cter abstracto si no es porque al que los busca los dedos se le vuelven hu¨¦spedes. Pero lo que causa aut¨¦ntico espanto es que el motivo de todo aquello fuera exclusivamente la denuncia espont¨¢nea, pero interesada, de algunas de aquellas ?damas cruzadas? de no se sabe qu¨¦ c¨®digo moral b¨¢rbaro y cerril que se dedicaban a cazar ?pecadores? por cines, teatros y salas de arte, sirvi¨¦ndose de su ascendencia sobre tal ministro o cual director general. Al cabo de ocho a?os, Vandr¨¦s se ha convertido en una de las galer¨ªas m¨¢s prestigiosas de Madrid y, por lo que se rumorea en estos d¨ªas, en un ejemplo de las dificultades y sinsabores con que debe enfrentarse nuestro rudimentario mercado art¨ªstico.
Pregunta. ?Es cierto, como se dice, que Vandr¨¦s atraviesa una grave crisis y que incluso podr¨ªa llegar a cerrar la pr¨®xima temporada?
Respuesta. No lo es en modo alguno. La galer¨ªa contin¨²a y continuar¨¢ abierta, aunque, eso s¨ª, he considerado prudente emprender una revisi¨®n de los criterios contractuales que manten¨ªa con los artistas que represento, No existe una crisis espec¨ªfica de Vandr¨¦s, sino una crisis general de mercado que no parece tenga f¨¢cil ni pronta soluci¨®n, y ante esa situaci¨®n de crisis prefiero mantenerme a la espera, reduciendo gastos innecesarios, hasta que el mercado se reactive.
Existen dos tipos de galer¨ªa profesional. Las unas organizan exposiciones e intentan vender y promocionar lo que exponen, sin asegurar al artista su medio de vida. Otras -americanas y francesas, por lo general- le dan una especie de sueldo a cambio de una parte de su obra o de cierta exclusividad sobre ella. La galer¨ªa se ocupa de todo y el artista puede dedicarse ¨ªntegramente a su propia obra. En estos ¨²ltimos a?os Vandr¨¦s ha actuado de acuerdo con este segundo modelo, pero la crisis del mercado art¨ªstico y, en algunos casos, la propia voluntad de los artistas nos ha aconsejado rescindir ese m¨¦todo de trabajo y establecer modalidades diversas para cada artista en particular, sin renunciar, desde luego, e insisto en ello, a conservar las relaciones existentes con todos ellos, potenci¨¢ndolas si fuera preciso.
P. La crisis del mercado art¨ªstico espa?ol parece, pues, indudable.
R. Lo cierto es que se trata de una crisis mundial.
P. S¨ª, pero aqu¨ª en Espa?a se muestra con mayor agudeza. ?Por qu¨¦?
R. La cosa viene de lejos. El mercado art¨ªstico espa?ol est¨¢ depauperado por muy distintas razones. En primer lugar, por una falta total de informaci¨®n, que paraliza al comprador, inseguro de sus gustos y siempre temeroso ante la posibilidad de una mala inversi¨®n...
P. ?Qu¨¦ responsabilidad les cabe a las galer¨ªas en esa apat¨ªa generalizada?
R. Dir¨ªa que aqu¨ª tambi¨¦n existe un problema de falta de informaci¨®n; falta de informaci¨®n que repercute de inmediato en su pol¨ªtica comercial. Yo, por mi parte, me he esforzado siempre en mantener un contacto directo y vivo con el p¨²blico, en ofrecerle algo m¨¢s que unos cuadros colgados de las paredes. He organizado performances, encuentros y coloquios, he solicitado la colaboraci¨®n de los cr¨ªticos y los estudiosos, he intentado, en suma, crear un p¨²blico apasionado por el arte moderno. Claro que en esa labor de informaci¨®n y de defensa a ultranza de la libertad de expresi¨®n uno puede encontrarse ante situaciones desagradables, como el asunto del arte er¨®tico de marras.
P.?No ser¨¢, sin embargo, que la mayor¨ªa de las galer¨ªas de arte espa?olas carecen de las m¨ªnimas estructuras financieras y comerciales?
R. Las galer¨ªas de arte son muy caras y, en efecto, puede ocurrir que a veces sean pr¨¢cticamente inviables como negocio, por falta de financiaci¨®n y planificaci¨®n. No hay investigaci¨®n de mercado, aunque ciertamente no es nada f¨¢cil hacer previsiones en el del arte. Todo resulta en ¨¦l demasiado at¨ªpico y exige adem¨¢s planes a muy largo plazo. Si yo apuesto por un artista determinado, s¨¦ que su promoci¨®n exige inversiones considerables y que s¨®lo ser¨¢n rentables, si llegan a serlo, al cabo de muchos a?os. Sumemos a esto la falta de apoyo y estimulo por parte del Estado y nos encontraremos con que en Espa?a el mercado art¨ªstico est¨¢ destinado a languidecer.
P. Vandr¨¦s ha sido una de las pocas galer¨ªas que ha emprendido una promoci¨®n sistem¨¢tica de sus artistas en el exterior. ?De qu¨¦ modo y con qu¨¦ resultados?
R. Nuestras iniciativas se han encaminado no s¨®lo hacia las galer¨ªas, sino tambi¨¦n, y muy especialmente, hacia los museos. En cuanto a los resultados, no puedo decir que por ahora hayan sido econ¨®micamente rentables, considerando los gastos que semejante promoci¨®n requiere: viajes, seguros, cat¨¢logos, etc¨¦tera. Desde el punto de vista del cr¨¦dito de la galer¨ªa y de algunos de sus artistas, s¨ª. Ha sido una labor en solitario, y como tal, m¨¢s bien ruinosa. El Estado ha ignorado siempre nuestras iniciativas, sin que tampoco las tome por su cuenta. Nada tiene, pues, de extra?o que se conozca tan mal nuestro arte fuera de Espa?a.
Babelia
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