Mac¨ªas justificaba los asesinatos por apaleamientos como "suicidios"
En marzo de 1971, Mac¨ªas descubre un segundo complot. Alguien, al parecer, hab¨ªa escrito un panfleto en el que se exhortaba a los miembros de los servicios de seguridad a sublevarse contra el presidente. El ministro de Salud P¨²blica, Pedro Ekong Anderne, y el de Justicia, Rafael Momo Bocara, fueron detenidos y encarcelados, si bien el primero consigui¨® evadirse en 1975 y hallar refugio en Camer¨²n. Seg¨²n fuentes fidedignas, gran parte de las v¨ªctimas de esta redada se suicidaron o fueron asesinados en sus celdas. Pedro Ekong Andeme afirma que entre 1971 y 1975 asisti¨® personalmente al apaleamiento y muerte de 157 de sus compa?eros.De los doce ministros que compon¨ªan el primer Gabinete de la independencia, diez han sido ejecutados por orden del presidente.
En junio de 1974, Mac¨ªas aplasta un nuevo complot. Seg¨²n la versi¨®n oficial, m¨¢s de un centenar de presos de la c¨¢rcel de Bata habr¨ªan planeado la fuga, de acuerdo con un movimiento de oposici¨®n creado en el exilio. Al verse descubiertos, los supuestos l¨ªderes de la tentativa se suicidan, Entre los suicidas figura el ex ministro de Justicia Rafael Momo Bocara (detenido desde el complot de 1971), el ex ministro de Industria Ram¨®n Borico Toichoa y el doctor Manuel Combe, ex director de Salud P¨²blica.
"Suicidio" de Bosio
En 1975, mientras Mac¨ªas asist¨ªa a una reuni¨®n de la Uni¨®n Aduanera y Econ¨®mica de Africa Central, celebrada en Camer¨²n, recibi¨® una llamada telef¨®nica comunic¨¢ndole que uno de sus infinitos retratos pegados en las paredes de todas las ciudades y aldeas ecuatoguineanas, un re trato pegado precisamente en la puerta del domicilio del ex vicepresidente de la Rep¨²blica y ex l¨ªder de la Uni¨®n Bubi, Edmundo Bosio, hab¨ªa sido desgarrado. Inmediatamente abandon¨® la reuni¨®n de jefes de Estado y, de regreso a Malabo, convoc¨® una asamblea popular de la secci¨®n femenina del PUNT en el centro de recreo de trabajadores. Seg¨²n un testigo directo, citado por Klinteberg, el presidente apare ci¨® ante aqu¨¦lla en un estado de gran excitaci¨®n y pronunci¨® un violento e incoherente discurso: ?Me han informado de que mi retrato ha sido destruido, y ello es intolerable. Nadie tiene el derecho de rozarlo con un dedo. Y les pregunt¨®: ?Qu¨¦ debo hacer con la persona que ha destrozado mi imagen? Las mujeres gritaron: "Matarla." Poco despu¨¦s, Edmundo Bosio apareci¨® muerto. Oficialmente se trataba de un nuevo suicidio.?
El ¨²ltimo golpe fallido se remonta a noviembre de 1976, fecha en que varios miembros del Gobierno criticaron, al parecer, ante el propio presidente algunos aspectos de su pol¨ªtica. Por toda respuesta, Mac¨ªas orden¨® su detenci¨®n y encarcelamiento. Entre las v¨ªctimas del nuevo complot se halla el vicepresidente en funciones desde 1974, Miguel Eyadegue. En marzo de 1977, por ejemplo, los habitantes de la aldea de Mba y Ekoteke fueron masacrados por la Guardia Nacional en un acto de represalia colectiva. Dicha pol¨ªtica, resumida en el eslogan ?Contra la violencia reaccionaria, la violencia revolucionaria ?, fue ratificada oficialmente por Mac¨ªas con motivo del d¨¦cimo aniversario de la independencia guineana, cuando advirti¨® a la polic¨ªa y Guardia Nacional de los peligros de un nuevo complot y aconsej¨® el empleo preventivo de t¨¢cticas de tierra quemada.
Torturas nocturnas
A lo largo de su libro, Robert Klinteberg acumula pruebas irrefutables de los asesinatos y torturas cometidos al socaire del r¨¦gimen judicial de Mac¨ªas. Las c¨¢rceles de Bata y Blabich, en Malabo, son tristemente c¨¦lebres por los interrogatorios de los presos. Entre los m¨¦todos de arrancar la confesi¨®n destacan los conocidos por balanceo, colgadura, tablillas, grilletes y rombo. Gran parte de ellos fueron introducidos entre 1972-1974 por los polic¨ªas et¨ªopes encargados de la seguridad del presidente. Las torturas de los presos de Blabich se llevan a cabo en presencia de los tres hombres clave del r¨¦gimen de Mac¨ªas: el comandante Teodoro Nguema Mbasogo, jefe de la Casa Militar de su excelencia, primo de Mac¨ªas y actual presidente del Consejo Militar Revolucionario que acaba de derrocarle; el vicepresidente, Bonifacio Nguema Esono, igualmente familiar de Mac¨ªas, y el comandante de la Polic¨ªa Armada Carmelo Bico. Dichas sesiones, minuciosamente descritas por algunas de las v¨ªctimas, concluyen a menudo con la muerte del interrogado.
? La noche es el tiempo habitualmente preferido para los interrogatorios y siempre para las ejecuciones. Estas se llevan a cabo en una habitaci¨®n adjunta a las oficinas de la c¨¢rcel. Anteriormente, los presos sol¨ªan ser rematados de un disparo o por estrangulamiento, pero ahora el m¨¦todo usual consiste en aplastarles la cabeza. El prisionero, con los pies atados, es arrastrado a una habitaci¨®n interior. All¨ª se le obliga a tenderse boca abajo y su cr¨¢neo es destrozado con barras de hierro.
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