El festival nacional del cangrejo se celebr¨® a pesar del riesgo de contaminaci¨®n
M¨¢s de doscientos comensales se congregaron en el sal¨®n del colegio de las monjas de San Jos¨¦, exclusivamente para consumir cangrejos. Se lleg¨® a decir que los crust¨¢ceos, quinientos kilos, ser¨ªan tra¨ªdos de unos viveros instalados en las marismas del Guadalquivir, pero no fue necesario recurrir a tales distancias. Si los del Pisuerga est¨¢n afectados por la dichosa plaga, los del Carri¨®n a¨²n gozan de las bendiciones de Icona, y de tal procedencia fueron los consumidos. La mesonera del Mes¨®n del Cangrejo, de Lobera, cerca de Salda?a, se encarg¨® de todo, y los comensales se chuparon los dedos, sin miedo alguno a las enfermedades. ?Esto de la enfermedad no es tanto como se ha dicho?, pretende puntualizarnos Angel Carpintero, el entusiasta presidente del Centro de Iniciativas y Turismo, que lo organiza casi todo. ?Es m¨¢s la importancia que le ha dado el Icona que la realidad. De cuando en cuando sale un cangrejo enfermo, se nota en seguida, se le aparta, no se le cuece y ya est¨¢. Pero los dem¨¢s est¨¢n divinos.?No est¨¢n muy de acuerdo, naturalmente, los t¨¦cnicos del Instituto para la Conservaci¨®n de la Naturaleza: ?La epidemia aparece con cierta periodicidad. La ¨²ltima vez fue en 1975. Parece que procede del Pa¨ªs Vasco. La transmiten las aves acu¨¢ticas, y tambi¨¦n los mismos pescadores con sus reteles, por lo que se recomienda que no se pesque en otros r¨ªos con los mismos aparejos que se hayan utilizado en los que est¨¢n contaminados. De momento s¨®lo se ha detectado en el Pisuerga, y a ¨²ltimos de julio tambi¨¦n en la zona de El Bierzo, en Le¨®n. Se trata de un hongo, el aphanomices, y un helminto, el branchiobdella.
Los t¨¦cnicos est¨¢n de acuerdo en que es muy f¨¢cil identificar a los bichos enfermos: presentan una par¨¢lisis considerable y mueren r¨¢pidamente, permanecen siempre boca abajo y carecen del reflejo prensor en las pinzas. A veces, muertos desprenden un fuerte olor a amon¨ªaco. Pero, a la vista de los altos precios que el crust¨¢ceo ha alcanzado, es de temer que haya desaprensivos que pretendan venderlos, porque, una vez cocidos y bien impregnados de salsa picante, resulta casi imposible distinguirlos de los buenos. Los efectos sobre quien los consuma son la aparici¨®n de trastornos intestinales, que pueden llegar a ser graves.
Icona lleg¨® a aconsejar oficialmente que se suspendiera por este a?o el Festival del Cangrejo de Herrera de Pisuerga, pero el hecho pod¨ªa haber tenido repercusiones de orden p¨²blico importantes, y desde luego los hubiera tenido de orden econ¨®mico.
?Aqu¨ª hay once pe?as?, nos dice el se?or Carpintero, ?a cual m¨¢s festiva y simp¨¢tica. Con cangrejos o sin cangrejos, no se les pod¨ªa dejar sin fiesta.?
En el jurado del certamen figuraban importantes personalidades de la gastronom¨ªa castellana, desde el popular C¨¢ndido, de Segovia, a Cort¨¦s, del Mes¨®n del Resbal¨®n, de Cervera de Pisuerga, pasando por los tambi¨¦n segovianos Juanito el de la Rautina y Duque, Pablo el de Villasirga, Carlos Cuevas y Josefina Alba, del Lorenzo de Palencia. Tuvieron que contentarse con premiar a aquellos cangrejos vivos m¨¢s grandes conseguidos por los pescadores y decidir el concurso gastron¨®mico por la presentaci¨®n de los platos, sin catarlos, no fuera a ser que se cruzara el demonio y se acusara a la organizaci¨®n de falta de previsi¨®n.
El gran desfile de carrozas por la ma?ana, y el cap¨ªtulo de la Orden del Cangrejo, por la tarde, fueron, con la comida, los puntos culminantes de una fiesta en la que se derroch¨® el buen humor. Nadie se acord¨® del hongo dichoso, y menos a¨²n del helminto.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.