Ya que se habla de galanes

-pol¨ªticos y de los otros- conviene recordar que Robert Redford es de la misma generaci¨®n que los dos citados m¨¢s arriba. En efecto, el actor de Todos los hombres del presidente (del presidente Nixon, no del presidente Su¨¢rez, claro), cumple hoy 42 a?os, aunque no lo parezca. La suya, como la de Adolfo Su¨¢rez, es la historia de un self-made-man, aunque uno se haya hecho a s¨ª mismo en Cebreros y el otro en Santa M¨®nica (California). Redford comenz¨® haciendo pequenos papeles dram¨¢ticos, aburrido de su aprendizaje de una carrera de artes pl¨¢sticas. Entre sus pel¨ªculas figuraron la Jaur¨ªa humana, Dos hombres y un destino, El precio de un fracaso, El golpe y El gran Gatsby. Despu¨¦s de su mediocre comienzo, ahora es el actor m¨¢s cotizado entre los guapos de Hollywood. Cuarenta y dos a?os le han cundido tanto como para poderse permitir el lujo de protagonizar un bodrio tan importante como Diamante al rojo vivo.