Se perfilan favoritos para el pr¨®ximo Premio Planeta

Salvando las distancias, el Premio Planeta de Novela es capaz de despertar conjeturas y comentarios casi tanto como el Nobel de Literatura. Demasiado importante econ¨®micamente para no ser tentador, permanentemente acusado de inmoralidad y manipulaci¨®n, el propio editor, Jos¨¦ Manuel Lara, gusta de decir de este premio que ?no hay Planeta sin esc¨¢ndalo?, que se fallar¨¢ el pr¨®ximo 15 de octubre. Entre los favoritos est¨¢ el novelista peruano Mario Vargas Llosa, que podr¨ªa ser, seg¨²n esos indicios, el ganador.Mario Vargas Llosa ganar¨¢ el pr¨®ximo Premio Planeta... si le da tiempo a terminar su novela, de acuerdo con importantes indicios. El segundo ser¨¢, seg¨²n los mismos rumores, un autor de la casa, Leopoldo Azancot. Y este a?o, la eterna tercera en discordia es la verdadera inc¨®gnita, la que trae perplejo al personal, porque hasta ahora s¨®lo suenan esas dos. Y m¨¢s conjeturas: si el peruano, como se anda diciendo por ah¨ª, no alcanza -o no quiere, o, de hecho, no presenta- ning¨²n original al premio de Lara, el tavorito podr¨ªa ser Azancot, que, de su primera novela, La novia jud¨ªa, vendi¨® tres ediciones en tres meses. Y ediciones largas, de las que har¨ªan sonre¨ªr de felicidad a cualquier escritor de editorial normal.

Cuando falta poco m¨¢s de un mes para la concesi¨®n de este premio, el m¨¢s cuantioso de los que se dan en este pa¨ªs y uno de los m¨¢s importantes de Europa econ¨®micamente -este a?o los ocho millones de Lara superan ampliamente los del nobel espa?ol, el Cervantes del Ministerio de Cultura-, s¨®lo queda esperar, fuera de los despachos del editor, con la casi completa seguridad de que dentro, y aun ahora, las llamadas telef¨®nicas, los contactos top-secret y los contratos bajo cuerda, est¨¢n funcionando a tope. Dentro de pocos d¨ªas, a mediados de septiembre, se har¨¢ p¨²blica una lista de unas diecisiete novelas -seg¨²n informaron a EL PAIS miembros del gabinete editorial de Planeta, en ausencia del propio editor-, que han sido seleccionadas por el equipo asesor de la casa, y que ya est¨¢n pr¨¢cticamente todas en manos deljurado. El jurado -constituido hasta ahora por Jos¨¦ Mar¨ªa Valverde, Antonio Prieto, Carlos Pujol, Ricardo Fern¨¢ndez de la Reguera y el propio Jos¨¦ Manuel Lara, adem¨¢s de un secretario sin voto, el se?or Lombardero- leer¨¢ ¨²nicamente las novelas preseleccionadas por los asesores editoriales, y por supuesto, no tiene por qu¨¦ preguntar su procedencia. Algunas de ellas -las bases lo permiten- vendr¨¢n con pseud¨®nimo y plica; algo nos hace pensar, cada a?o, que entre las seleccionadas secretas est¨¢ la gran novela, el premio. Algunas de ellas -los premios, por ejemplo, habr¨¢n sido pactadas por el se?or Lara, y el procedimiento en s¨ª, aunque est¨¢ en los bordes del cinismo, no se puede llamar inmoral: est¨¢ en el l¨ªmite. El se?or Lara, como editor, se ha dotado de un jurado libre de toda sospecha y prestigioso, que, en realidad, votar¨¢ la novela mejor, o al menos, una buena. Sistema Goncourt corregido y abreviado, que evita que salga siempre la que todos llevan de segunda y que puede librar a ¨¦ste de la maldici¨®n de los premios inocentes: la irremediable ca¨ªda en la mediocridad.

Por otra parte, es sabida la resistencia de los escritores consagrados, buenos por principio, a acudir a los premios, y la proclividad hacia ellos del escritor nuevo, que espera comenzar su carrera literaria desde bien arriba, desde la popularidad y el dinero. La verdad es que a todos los concursos concurren siempre un mont¨®n de bienintencionadas novelas insoportables, y que muchas de ellas se publican en editoriales por ah¨ª. Que las buenas novelas, e incluso las interesantes, las vendibles, las divertidas, son rara avis... As¨ª que desde el punto de vista editorial no es raro que el editor invite a determinados escritores a concursar: las condiciones ser¨¢n casi contractuales, pero en cualquier caso, orales y secretas. La novela ir¨¢ con pseud¨®nimo, aunque se filtre por ah¨ª el tema, y, aunque no sea elegida por el jurado -esto es muy importante-, ser¨¢ publicada por el editor y pagada con la cuant¨ªa prometida... Hay que recordar el caso Delibes, tan reciente: el escritor vallisoletano rechaza el presentar su novela a los cuatro millones, cuant¨ªa del a?o pasado. ?Los perdedores?, dir¨ªa, ?son los 150 o doscientos escritores j¨®venes que concurren con su ilusi¨®n. ? Y Lara contest¨® que no se le hab¨ªa asegurado el ganarlo, y en cambio s¨ª el anonimato y la publicaci¨®n en caso de no resultar elegido. De cualquier manera, Delibes publicar¨¢ -seg¨²n Lara- la novela con Planeta, y cobrar¨¢ los cuatro millones, Aunque no pase por el jurado.

Adem¨¢s, el Planeta es lanzamiento, cifras astron¨®micas: el editor se reserva, sin ver, 220.000 ejemplares del primer premio, que es una tirada inmensa a comparar con los 3.000 de las ediciones de calidad, en un pa¨ªs donde 10.000 es ya best-seller. Y la tirada del segundo premio -dotado con dos millones- es de 27.500 ejemplares. Todo esto explica el esc¨¢ndalo, el rumor, la expectaci¨®n que existe en torno al premio, y tambi¨¦n la per plejidad de algunos lectores ante la presencia de personajes como Sempr¨²n, Mars¨¦ o el hipot¨¦tico Vargas Llosa en estas lides.