Todo fue una pantomima
En la feria de una de las m¨¢s importantes zonas ganaderas hubo corrida, pero no hubo toros. La paradoja tiene su miga. Una afici¨®n que admite los galachitos de ayer se descalifica por s¨ª sola. Esos galachitos, cuya presentaci¨®n ya dejaba mucho que desear en l¨ªneas generales, para la lidia eran una ruina. Y la gente, tan tranquila. Algunos sectores protestaron la indecorosa estampa del coloradito que le correspondi¨® en primer lugar a El Viti, la invalidez de casi todas las reses, etc¨¦tera, pero desentonaban en medio de la pasividad y la permisividad del resto de los espectadores.El m¨¦rito del torero lo da el toro -qu¨¦ perogrullada-, y como es as¨ª, resulta imposible destacar, no digamos elogiar, nada de cuanto sucedi¨® en el festejo, que sobre el papel era el de mayor expectaci¨®n del abono. S¨ª, Paula, aparte sus vacilaciones y espantadas, se estir¨® en unos derechazos; s¨ª; hubo otros de El Viti -y, sobre todo, un trincherazo de este diestro- con los rasgos propios del toreo de alta escuela; s¨ª, Paquirri cuaj¨® dos faenas mandonas y reposadas... Bueno, ?y qu¨¦ importancia tiene? Porque para unos profesionales, adem¨¢s con muchos a?os de alternativa, que militan en la zona m¨¢s alta del escalaf¨®n de matadores, eso es como torear de sal¨®n; en valores relativos, no se esfuerzan m¨¢s ni corren mayor riesgo que el ni?o que se embala en su bici por una cuesta abajo.
Plaza de Salamanca
Segunda corrida de feria. Toros de Francisco Galache, escasos de trap¨ªo, varios de ellos sospechosos de pitones, alguno impresentable, inv¨¢lidos. Al tercero se le premi¨® injustificadamente con vuelta al ruedo. Rafael de Paula: pinchazo, estocada enhebrada, otro pinchazo y estocada delantera (algunos pitos). Estocada tendida y descabello (protestas). El Viti: pinchazo y estocada tendida (oreja, que rechaza, y vuelta al ruedo). Tres pinchazos, aviso y estocada corta (aplausos, algunos pitosy saludos). Paquirri: buena estocada (dos orejas). Pinchazo y estocada (oreja).
En efecto, aquello no dejaba de ser una pantomima. La propia presidencia, que en la medida de lo posible cumple y hace cumplir el reglamento en esta plaza, incurr¨ªa en pantomima tambi¨¦n al obligar a que el sexto entrara tres veces al caballo, cuando, en realidad, ya en el primer encuentro se desmoron¨®, y eso que el picador se hab¨ªa limitado a rozarle con la puya. E incurr¨ªa en grosera caricatura cuando tuvo la ocurrencia de premiar con vuelta al ruedo al tercero, el cual acudi¨® tres veces de largo al caballo, es cierto, pero escarbaba y se doli¨® en banderillas, que son reacciones m¨¢s propias de los mansos que de los bravos.
Cualquiera pensar¨ªa que en Salamanca, capital de una zona ganadera important¨ªsima, estas cosas no podr¨ªan suceder. Pero suceden, como suceden en Sevilla. Es una l¨¢stima. De alguna manera habr¨ªa que autentificar la fiesta en estas ciudades, que son clave en el mundo taurino. Es una responsabilidad que, por supuesto, corresponde a la afici¨®n de cada lugar y a los propios criadores de reses bravas, quienes debieran ser los m¨¢s interesados en que se revalorizara la importancia real del toro de lidia.
Sin embargo, por las apariencias, se dir¨ªa que , a salvo muy honrosas excepciones, unos se conforman con que haya trofeos en las corridas, y otros con vender sus productos. Si es as¨ª, la pantomima de ayer result¨® buena. Orejas hubo y los galaches se acreditaron como g¨¦nero apropiado para no incomodar a los toreros. Tan apropiado, que hasta se tumbaban a la bartola.
Paquirri le brind¨® su ¨²ltimo toro a El Viti; es un detalle. El Viti hizo una buena faena al impresentable segundo, y nos emocion¨® tanto como si la hubiera hecho en su habitaci¨®n, delante de un espejo; es decir, nada en absoluto. Paula compon¨ªa la figura las pocas veces que no se la descompon¨ªa el torillo, a¨²n no sabemos por qu¨¦ inextricables razones. Paquirri anduvo a gorrazos con lo que le pusieron delante. En fin, si la fiesta fuera esto, ya nos habr¨ªamos borrado muchos, porque tiene m¨¢s emoci¨®n e inter¨¦s sentarse en un velador y ver pasar a la gente, pongamos por caso. Adem¨¢s, es m¨¢s barato, y te tomas un caf¨¦.
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