La URSS expresa su apoyo a los nuevos dirigentes
La sustituci¨®n del presidente de Afganist¨¢n, Nur Mohamed Taraki, por el ?hombre fuerte? del r¨¦gimen, el primer ministro Hafizullah Amin, no caus¨® excesiva sorpresa en Washington y aunque aparentemente cogi¨® desprevenidos a los dirigentes sovi¨¦ticos, ¨¦stos reaccionaron con una gran rapidez, expresando a Hafizullah Amin ?la certeza de que las relaciones fraternales entre la URSS y el Afganist¨¢n revolucionario seguir¨¢n desarroll¨¢ndose favorablemente?.Tras presentar un perfil biogr¨¢fico de Taraki, la radio y la televisi¨®n sovi¨¦ticas elogiaron al nuevo presidente y dieron cuenta de la organizaci¨®n de amplias manifestaciones de apoyo al Gobierno popular de Kabul.
La hip¨®tesis que permite suponer que los acontecimientos afganos han sorprendido a los dirigentes sovi¨¦ticos se basa en que la semana pasada Le¨®nidas Brejnev recibi¨® a Taraki, honor que no ha sido compartido por el primer ministro vietnamita, Pham van Dong y el nuevo jefe de Estado de Campuchea, Heng Samrin, en sus ¨²ltimas visitas a Mosc¨². Y no es una costumbre sovi¨¦tica hacer p¨²blica su amistad con hombres que se encuentran amenazados. Esto significar¨ªa que Amin ha puesto al Kremlin ante el hecho consumado.
Pero otros observadores, esta es la segunda hip¨®tesis, opinan que los sovi¨¦ticos han propiciado el derrocamiento de Taraki. Desde hace varias semanas, se?alan, los dirigentes sovi¨¦ticos intentan buscar una salida al conflicto afgano que les permita librarse del peso que supone la ayuda al Ej¨¦rcito enfrentado con la guerrilla.
En Washington, sin embargo, fuentes pr¨®ximas al Departamento de Estado opinan que Mosc¨² no ignoraba los cambios que se estaban preparando en Afganist¨¢n y que el Kremlin dio su apoyo t¨¢cito al golpe de Amin. En c¨ªrculos pol¨ªticos norteamericanos se teme que el acceso al poder de un ?marxista intransigente?, como se le define al nuevo presidente, contribuir¨¢ a reforzar la presencia sovi¨¦tica en el pa¨ªs.
Numerosos expertos estadounidenses opinan que, aunque la URSS incremente su ayuda al r¨¦gimen afgano, no conseguir¨¢ que Kabul derrote militarmente a las tribus, que, adem¨¢s de tener una larga tradici¨®n guerrera, llevan a cabo una guerra de desgaste aprovechando todos los recursos que ofrece un territorio accidentado.
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