Es peligroso asomarse al exterior
Como en los viejos avisos de la Renfe, lo mismo que en sus viajes, tambi¨¦n es peligroso asomarse al espacio exterior desde las naves espaciales, si se quiere cumplir con vida sus periplos prolongados. Cuando alguno de los protagonistas de estos ingenios, a la vez complicados y armoniosos, dice, mirando m¨¢s all¨¢ de su ventana, aquello de ??Cielos; jam¨¢s he visto cosa semejante!?, puede decirse que empieza verdaderamente la historia. El resto, hasta entonces, son preliminares. Tales secuencias iniciales son lo mejor de este filme. Una vez en la nave el octavo pasajero, todo discurre por los cauces tradicionales, ya expuestos en aventuras anteriores.La amenaza de un ser extra?o al que es preciso eliminar ha aparecido en infinidad de ?comics? cinematogr¨¢ficos y siempre viene a resultar un pretexto excelente para sacar a la luz una amplia panoplia de efectos especiales. Al temor por lo desconocido ha venido a sumarse aqu¨ª un cierto terror que se apoya en la mera repugnancia, lo que, a ratos, no impide que el p¨²blico se tome a broma el espect¨¢culo.
Alien, el octavo pasajero
Seg¨²n la historia de Dan O'Bannono. Gui¨®n de Dan O'Bannonoy Ronald Shusett. Dirigida por Ridley Scott. Int¨¦rpretes: Tom Skerritt, Sigourney Weaver, Ver¨®nica Cartwigth, Harry Stanton, Jhon Hurt, Ian Holm e Iaphet Kotto. Panavisi¨®n. Color. EEUU. Anticipaci¨®n local de estreno: Real Cinema, Luchana, Carlton.
De este modo, Alien se sit¨²a a muchos a?os luz, sideralmente hablando, de Odisea 2001 o Solaris. Lo que en estos filmes hab¨ªa de miedo metaf¨ªsico, de angustia del hombre ante las coordenadas infinitas del tiempo y el espacio, aqu¨ª acaba reduci¨¦ndose a una mutua persecuci¨®n, que acabar¨¢ con la victoria de los, en teor¨ªa, m¨¢s d¨¦biles humanos. Como en la redacci¨®n del gui¨®n han intervenido fundamentalmente especialistas en este tipo de espect¨¢culos, la an¨¦cdota sirve para su lucimiento por mucho que a la nave se la bautice con el nombre de ?Nostramus?. Ridley Scott, que en lo que se refiere a fotograf¨ªa y ambientaci¨®n ya nos dio una excelente versi¨®n de las guerras napole¨®nicas, se ha volcado esta vez exhaustivamente en el interior de su nave, generosamente dotada por ingenieros y asesores, lo cual le lleva en ocasiones a una cierta morosidad en secuencias que requer¨ªan mayor alivio de im¨¢genes puramente t¨¦cnicas.
Aun as¨ª, en conjunto, la atm¨®sfera fuera y dentro de su tren espacial se consigue plenamente, e incluso el principal escollo de este tipo de relatos: el octavo pasajero, en este caso, resulta veros¨ªmil y llega a impresionar incluso, excepto cuando en la secuencia final nos lo presentan con orejas y rabo. La narraci¨®n discurre dentro de c¨¢nones rigurosamente realistas, en los que se deja poco en sombras aunque en sombras transcurra gran parte de la pel¨ªcula. As¨ª, el robot es una m¨¢quina con aspecto humano, una trampa demasiado infantil como gran parte de los momentos clave que motivan los lances principales. Los tripulantes maldicen en un lenguaje demasiado vecino al nuestro, y el gato, en fin, aparece como s¨ªmbolo eterno de lo que fueron y ser¨¢n los gatos.
Bastante bien interpretada y con una m¨²sica que se atiene al estilo cl¨¢sico del g¨¦nero, este filme viene a inscribirse, si no entre los mejores de su escuela, s¨ª entre los mejor realizados, a lo que hay que a?adir la novedad, en estos tiempos feministas, de que precisamente sea una mujer quien se convierta en hero¨ªna principal, seguramente para que los exegetas de la ciencia-ficci¨®n, tras de traer a colaci¨®n a Conrad, busquen paralelismos con la vieja leyenda de La Bella y la Bestia.
'Alien: el octavo pasajero' (1979). Direcci¨®n: Ridley Scott. Duraci¨®n: 112 minutos. Formato: DVD.
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