Militares argentimos supuestos torturadores, acusados de actividades clandestinas en Espa?a
Tres capitanes, dos tenientes y dos suboficiales, pertenecientes a la marina argentina y a los servicios de inteligencia de su pa¨ªs, y presuntamente vinculados a pr¨¢cticas de secuestro y torturas contra opositores al r¨¦gimen militar de Buenos Aires, han realizado en Espa?a tareas de inteligencia para su pa¨ªs, seg¨²n informaron a EL PAIS fuentes de la comunidad argentina en el exilio. La cobertura que utilizaron en nuestro pa¨ªs para efectuar sus actividades clandestinas fue su ads cripci¨®n a unos cursos t¨¦cnicos navales, en algunos casos, y en el de uno de ellos, su asimilaci¨®n a la Agregaduria Naval de la embajada argentina en Madrid. Sus nombres y actividades que se les imputan fueron facilitados a la prensa internacional en una conferencia dada en Par¨ªs, a principios de este mes, por Sara Solarz de Osatinsky, Marta Alicia Milia y Ana Mar¨ªa Mart¨ª, varios a?os secuestradas en dependencias de la marina argentina y liberadas posteriormente para contribuir a mejorar la imagen de la Junta Militar.
Se trata de los capitanes de corbeta Jorge Eduardo Acosta y Jorge Perren, el capit¨¢n de fragata Paso, el teniente de nav¨ªo Schelling, el teniente de fragata Savio y los suboficiales Mazzola y Ad¨¢n. Asimismo, realizaron en Madrid distintas actividades de inteligencia y seguimiento de l¨ªderes de la oposici¨®n argentina, con nombres supuestos, los tenientes de nav¨ªo Antonio Pern¨ªa, hijo de un almirante argentino, y Miguel Angel Benazzi, los cuales viajaron a Madrid, en septiembre de 1978, con el fin de atentar contra el dirigente del Movimiento Peronista Montonero Armando Croato.Siempre seg¨²n las mismas fuentes, todos los militares argentinos mencionados realizaron secuestros y torturas en la Escuela Mec¨¢nica de la Armada, en Buenos Aires, desde marzo de 1976 hasta ahora, salvo los plazos que permanecieron fuera de su pa¨ªs en los cometidos citados. En Madrid, contaron -seg¨²n los testimonios citados- con una sede clandestina con tel¨¦fono, situada en el ¨¢rea de Clara del Rey. Con cierta periodicidad, algunos oficiales adscritos a la Escuela Mec¨¢nica de la Armada viajan a Madrid, como es el caso del oficial Favre y del mencionado teniente Benazzi, que estuvieron en nuestro pa¨ªs a primeros de junio de 1976 y se alojaron en un hotel de la calle de Alca¨¢.
EL PAIS intent¨® ponerse en comunicaci¨®n, en siete ocasiones distintas, con el gabinete de prensa de la embajada argentina y con su agregado naval, coronel Oswaldo Rub¨¦n Casal, sin obtener resultados en cuanto a la confirmaci¨®n o el desmentido de las informaciones emitidas por las dos mujeres y por las fuentes de exiliados argentinos en Madrid. Por su parte, una fuente del Ministerio espa?ol de Asuntos Exteriores indic¨® que ¨²nicamente goza de inmunidad diplom¨¢tica, dentro de la Agregadur¨ªa Naval argentina, el coronel Oswaldo Rub¨¦n Casal, sin que exista ninguna otra persona dentro de su departamento con este status diplom¨¢tico.
Creaci¨®n de imagen para la Junta
Las actividades realizadas en Espa?a formaban parte de un plan -seg¨²n las mismas fuentes argentinas- trazado, en 1977, por la c¨²pula naval argentina y orientado a la detecci¨®n de opositores al r¨¦gimen de Buenos Aires en el exterior. Asimismo, este plan inclu¨ªa una campa?a de creaci¨®n de imagen favorable a la Junta Militar argentina en general y del ex jefe de la marina argentina, en particular, almirante Emilio Eduardo Massera, que esta semana visit¨® Espa?a y realiz¨® gestiones para mantener entrevistas a alto nivel. Para realizar este cometido de creaci¨®n de imagen -refirieron las tres mujeres liberadas que dieron la conferencia de prensa en Par¨ªs-, los dise?adores del plan se sirvieron de dos periodistas del Canal II de la televisi¨®n bonaerense, H¨¦ctor Agulleiro y H¨¦ctor S¨¢yago, este ¨²ltimo residente actualmente en Madrid. En comunicaci¨®n telef¨®nica con EL PAIS, S¨¢yago calific¨® de injuriosas y calumniosas las imputaciones que se le atribuyen sobre el montaje de varias ruedas de prensa con las mujeres liberadas que, seg¨²n ¨¦stas, intent¨® realizar en Madrid, tras otra que en abril de 1977 dio un argentino de apellido Gonz¨¢lez Langarica. Neg¨® asimismo la vinculaci¨®n de Agulleiro.
Las se?oras Milia, M art¨ª y Solarz de Osatinsky afirmaron tambi¨¦n que ambos periodistas visitaron las dependencias de la Escuela Mec¨¢nica de la Armada en Buenos Aires y que vieron el tratamiento que los prisioneros secuestrados recib¨ªan en aquel lugar.
Por lo que respecta a los oficiales de la marina Acosta y Perren, les atribuyeron cargos directivos de la Escuela Mec¨¢nica de la Armada, por cuyos calabozos y c¨¢maras de tortura han pasado 4.750 argentinos hasta marzo de 1978, cuyo paradero rnayoritariamente se desconoce. Estas personas, vinculadas seg¨²n las autoridades de Buenos Aires, a actividades subversivas, permanec¨ªan encapuchadas y atadas con grilletes durante largos per¨ªodos de tiempo, en los cuales se les somet¨ªa a torturas el¨¦ctricas, interrogatorios violentos y otras pr¨¢cticas para arrancar confesiones. Posteriormente eran trasladadas de all¨ª a otros lugares o bien -seg¨²n los testimonios de Mar¨ªa Alicia Milia, Ana Mar¨ªa Mart¨ª y Ana Solarz de Osatinski que permanecieron capturadas en, conjunto varios a?os en la Esmaeran lanzadas al vac¨ªo desde av¨ªones de la marina argentina.
Secuestros de mujeres embarazadas
Entre las personas secuestradas se encontraban mujeres embarazadas, gentes de edad avanzada e incluso ni?os, que no,siempre fueron devueltos a sus familias. A todas ellas se les otorgaba un trato inhumano cotidianamente. Especialmente duro fue el trato dado a las monjas francesas Alice Duomont y Ren¨¦e Duquet, torturadas en la sede de la Escuela Mec¨¢nica de la Armada por haberse adherido al movimiento emprendido en Buenos Aires por los familiares de desaparecidos por motivos pol¨ªticos en Argentina. La suerte corrida por estas monjas, seg¨²n los testimonios de las dos liberadas, fue la muerte por inmersi¨®n en el delta del r¨ªo Paran¨¢. En esta operaci¨®n, seg¨²n las mismas fuentes, participaron, entre otros, el teniente de nav¨ªo Schelling y el tambi¨¦n teniente Pern¨ªa.
La pasada semana visit¨® Madrid un dirigente pol¨ªtico argentino, Jaime Dri, que en rueda de prensa ratific¨® los testimonios de las se?oras Milia, Mart¨ª y Solarz de Osatinsky. El se?or Dri, que se evadi¨® de su secuestro y que pas¨® varios meses en las dependencias de la Escuela Mec¨¢nica de la Armada, sometido a torturas, denunci¨® al ex jefe de la marina argentina Emilio Eduardo Massera como principal responsable de lo que durante los a?os 1976 a 1978 ha sucedido en la Escuela Mec¨¢nica de la Armada. Se refiri¨® tambi¨¦n a los planes pol¨ªticos del almirante para su medro personal en el terreno de la pol¨ªtica, tras su pase a la reserva, a trav¨¦s de los intentos por conseguir su homologaci¨®n pol¨ªtica internacional por parte de algunas formaciones pol¨ªticas espa?olas, europeas y americanas. Massera, conocido en la Esma bajo el alias de Negro -seg¨²n dijo el se?or Dri-, acudi¨® una Navidad al centro de torturas a desear buen a?o a los secuestrados, que permanec¨ªan atados con grilletes a lo largo de todo el d¨ªa.
Massera, en Madrid Asimismo, Jaime Dri refiri¨® que Massera se hallaba en un hotel madrile?o acompa?ado del oficial Segalde. Ambos, dijo, han viajado frecuentemente a Europa con el cometido de vender armas al r¨¦gimen del derrocado presidente de Nicaragua, Anastasio Somoza. Seg¨²n Dri, Massera traz¨® un plan para reeducar a un grupo de secuestrados con significaci¨®n pol¨ªtica relevante, con vistas a la realizaci¨®n de una campa?a de prensa internacional que reparara la imagen, a su juicio muy deteriorada, del r¨¦gimen militar argentino. Precisamente, Mar¨ªa Alicia Milia, Ana Mart¨ª y la se?ora de Osatinsky, esposas de dirigentes pol¨ªticos secuestrados, formaban parte de este grupo y fueron sacadas de su pa¨ªs, tras una dulcificaci¨®n de su trato en las dependencias de la Esma y una preparaci¨®n psicol¨®gica concienzuda, con el fin de que hablaran positivamente del r¨¦gimen argentino.
Una vez en Par¨ªs, las se?oras convocaron una rueda de prensa en la que denunciaron esta operaci¨®n, las condiciones espec¨ªficas de los secuestrados, las pr¨¢cticas de tortura y los m¨¦todos de secuestro utilizados por el grupo de tareas, denominado GT 3.3/2, al cual se hallan adscritos, desde su creaci¨®n, los oficiales de la marina que, seg¨²n ellas, realizan tareas de inteligencia, no s¨®lo en Madrid, sino en Par¨ªs, Londres y otras ciudades y pa¨ªses europeos. Detallaron tambi¨¦n el gmdo de complicidad de otras fuerzas militares y policiales argentinas con la c¨²pula de la marina argentina, sobre la cual destacaron el papel predominante, a¨²n hoy, del almirante Emilio Eduardo Massera.
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