En el "derby" Roma-Lazio, un muerto en los grader¨ªos

Por primera vez, un aficionado de f¨²tbol, un pac¨ªfico ciudadano, fue asesinado absurdamente en el campo. Sucedi¨® el domingo en el Ol¨ªmpico de Roma, antes de empezar el partido Roma-Lazio, los dos equipos romanos eternamente rivales. La v¨ªctima fue el mec¨¢nico Vincenzo Paparelli, de 33 a?os, casado y padre de dos ni?os.
Aficionado del Lazio, pero no fan¨¢tico, esperaba que empezase el partido sentado en el campo con su esposa, Wanda del Pinto, de veintinueve a?os. Cay¨® muerto, con la cara destrozada y en un r¨ªo de sangre, a causa del impacto de un cohete lanzado por un aficionado del equipo Roma desde la parte opuesta del campo, a doscientos metros de distancia. El petardo que estall¨® en la cara de Vincenzo, despu¨¦s de haber dejado en todo el campo una estela de humo blanco, es una especie de tubo de metal de treinta cent¨ªmetros de largo y cinco de di¨¢metro. Otro cohete semejante estuvo a punto de herir al ¨¢rbitro, se?or D'Elia, mientras un tercero acab¨® fuera del campo, sin causar da?os.Mientras, en el campo de Brescia se desarrollaba casi una batalla, con un balance de dieciocho heridos. Tambi¨¦n en Mil¨¢n la polic¨ªa tuvo que usar gases lacrim¨®genos contra una serie de grupos violentos que estaban convirtiendo el partido en una especie de guerrilla, con lanzamiento de cohetes, piedras, tornillos y golpeando a los adversarios con barras de hierro y llaves inglesas. La polic¨ªa hab¨ªa encontrado en la puerta una bolsa llena de cocteles molotov y tuvo que detener a varias personas que hab¨ªan tomado al asalto, momentos antes del partido mientras se dirig¨ªan al campo, una estaci¨®n del Metro.
La muerte de Vincenzo Paparelli, un trabajador de Roma de quien todo el barrio alaba la ejemplaridad de su vida de trabajo y familiar, ha horrorizado a toda la opini¨®n p¨²blica italiana y ha monopolizado la informaci¨®n de todos los diarios del lunes, con editoriales y comentarios.
Otro de los motivos de indignaci¨®n fue el hecho de que se jugara el partido cuando una hora antes se hab¨ªa producido una muerte en el campo. Diez mil espectadores, un poco por rabia y un poco por miedo ante el clima que se hab¨ªa desencadenado, se fueron a sus casas y juraron ante los micr¨®fonos de la radio que ?no volver¨¢n a pisar un campo de f¨²tbol por protesta?.
El domingo, en el Ol¨ªmpico de Roma, al parecer, uno de los carteles que pudo hacer estallar la rabia del an¨®nimo aficionado de Roma que lanz¨® el cohete mortal era el siguiente: ?Rocca Bavoso, los muertos no resucitan.? Se refer¨ªa al jugador del Roma que volv¨ªa al campo despu¨¦s de un calvario de operaciones en la rodilla. Cuando el futbolista vio el cartel, rompi¨® a llorar y no quer¨ªa jugar. Otro cartel dec¨ªa: ?Holocausto amarillo-rojo?, refiri¨¦ndose tambi¨¦n al equipo Roma. Despu¨¦s lleg¨® la muerte de Vincenzo.
El ministro de espect¨¢culos calific¨® el hecho dram¨¢tico del domingo en el estadio del Ol¨ªmpico como ?una p¨¢gina vergonzosa de nuestro deporte?. La esposa de Vincenzo le grit¨® in¨²tilmente mientras agonizaba en sus brazos: ?No te mueras, no te mueras; tenemos dos hijos.?
Al parecer, ayer tarde la polic¨ªa pudo identificar al autor del lanzamiento del cohete. Se trata de un muchacho de veinte a?os, cuyo nombre no fue facilitado. Seg¨²n se ha podido saber, no pas¨® la noche del domingo en su domicilio y, para su localizaci¨®n, fue necesario interrogar a unas 150 personas.
Seg¨²n revel¨® la autopsia, el cohete perfor¨® a Paparelli el ojo izquierdo, le destroz¨® la zona parietal del mismo lado, rompi¨® los vasos de la zona y le afect¨® el cerebro. El lanzacohetes, de medio metro de longitud y siete cent¨ªmetros de di¨¢metro, fue introducido en el estadio sin que ning¨²n portero se apercibiera de ello.
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