Espa?a deber¨¢ aplicar la Convencion de Lome cuando se adihiera a la CEE
Los nueve pa¨ªses del Mercado Com¨²n europeo y los 57 del continente africano, Caribe y Pac¨ªfico, denominados ACP, firman hoy en la capital de Togo, Lom¨¦, la segunda convenci¨®n que une ambas partes en un original contrato de cooperaci¨®n comercial y econ¨®mica, sin precedentes en la historia por sus modalidades. Claude Cheysson, miembro de la comisi¨®n europea responsable para la pol¨ªtica de cooperaci¨®n con los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo, explica a EL PAIS las principales caracter¨ªsticas de la II Convenci¨®n de Lom¨¦, entre la CEE y los ACP.
Recuerda, por otra parte, que los futuros Estados miembros del Mercado Com¨²n (casos de Grecia, Espa?a y Portugal) deber¨¢n respetar lo estipulado en la Convenci¨®n de Lom¨¦. Se?ala, en el caso de Espa?a, el futuro refuerzo de una l¨ªnea comunitaria m¨¢s abierta hacia el Tercer Mundo, gracias a la pol¨ªtica practicada por el Gobierno de Madrid. Los compromisos ACP obligar¨¢n a Espa?a, por otra parte, a abrir fronteras para una gran cantidad de productos agr¨ªcolas de origen tropical y participar financieramente en el presupuesto com¨²n de la CEE para la ayuda a los ACP. Como ventajas, Espa?a podr¨¢ sacar las deducibles de un acceso preferente a ciertas riquezas naturales de los ACP, minerales en especial, y contar con un buen clima para la venta de productos industriales hispanos en los ACP, sin que existan, sin embargo, garant¨ªas formales en una pol¨ªtica que, ante todo, pretende colaborar al desarrollo econ¨®mico de los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo.Pregunta. ?Qu¨¦ cap¨ªtulos le parecen m¨¢s originales en la cooperaci¨®n CEE-ACP?
Respuesta. Por ejemplo, el sistema de estabilizaci¨®n de cotizaciones de materias primas (Stabex). Nunca se hab¨ªa aplicado un m¨¦todo parecido antes de la I Convenci¨®n de Lom¨¦. Funciona relativamente bien y esperamos perfeccionarlo. Otro caso particular de la convenci¨®n es la cooperaci¨®n industrial con sus inversiones financieras, que, sin dar los resultados esperados, ofrece muchas posibilidades. Hablo de realizaciones practicadas desde la primera convenci¨®n, donde todo fue montado con car¨¢cter de ensayo original en materia de cooperaci¨®n al desarrollo. Cuatro a?os despu¨¦s, cuando renegociamos las bases de la nueva convenci¨®n que hoy firmaremos, ninguno de los Estados de ?Lom¨¦ Uno? falta a la cita. Supongo que es la mejor muestra de, la eficacia. Todas nuestras posibilidades de trato directo, de discusiones, de debates parlamentarios, demuestran su eficacia al confirmar la unanimidad en las realizaciones de los acuerdos CEEACP.
P. ?En qu¨¦ medida afecta la convenci¨®n a los pa¨ªses candidatos?
R. Es evidente, est¨¢ establecido, que un pa¨ªs que ingresa en la Comunidad Europea acepta los acuerdos y las realidades de lo alcanzado por la CEE. Espa?a, como Portugal y como Grecia, saben bien, al presentar sus candidaturas, que deber¨¢n aceptar los acuerdos con los ACP. No creo que haya existido nunca ninguna duda ni en Atenas ni en Madrid o Lisboa sobre tal compromiso. Espa?a lo har¨¢ desde el momento de la adhesi¨®n, o a partir de un per¨ªodo transitorio -como lo hizo Gran Breta?a en 1973, cuando exist¨ªa la Convenci¨®n de Yaund¨¦, m¨¢s reducida que la de ?Lom¨¦ Dos?-.Es un tema a definir durante las negociaciones de adhesi¨®n con Espa?a. La CEE no propondr¨¢ la aplicaci¨®n de un per¨ªodo transitorio; falta ver cu¨¢l ser¨¢ la opini¨®n de los espa?oles.
P. ?Los espa?oles aportar¨¢n alguna cosa a los acuerdos?
R. Con toda seguridad, por diversas razones. En primer lugar, Espa?a ofrece un gran mercado, lo que representa una ampliaci¨®n para los productos ACP que tienen libre acceso al mercado comunitario para el 99,6 % de sus productos, y esto se deber¨¢ aplicar a Espa?a. En segundo lugar, por el propio conocimiento de ciertos pa¨ªses ACP, como ocurre con el caso de Guinea Ecuatorial, o incluso de ciertos pa¨ªses del ¨¢rea del Caribe, Espa?a podr¨¢ aportar elementos originales de cooperaci¨®n. En tercer lugar, y como aspecto m¨¢s importante en mi opini¨®n, no hay que olvidar la tradici¨®n bien implantada en Espa?a, que ha perdurado incluso a trav¨¦s de los reg¨ªmenes ,pol¨ªticos, tradici¨®n de apertura hacia el Tercer Mundo. Espa?a, por razones hist¨®ricas, econ¨®micas, culturales, cuenta con una trayectoria hacia el Tercer Mundo desde hace muchos siglos. Este elemento ser¨¢ muy apreciado por la convenci¨®n de Lom¨¦, que no es s¨®lo un acuerdo comercial o econ¨®mico; es una voluntad pol¨ªtica para vivir conjuntamente. En tal sentido, la posici¨®n destacada de Espa?a en las Naciones Unidas supondr¨¢ un est¨ªmulo en pro de una pol¨ªtica de cooperaci¨®n con el Tercer Mundo. cer Mundo.
Cooperaci¨®n con Latinoam¨¦rica
P. ?Hasta el punto de ampliar la Convenci¨®n de Lom¨¦ hacia el continente suramericano?
R. La CEE tiene actualmente varios acuerdos de cooperaci¨®n con ciertos pa¨ªses latinoamericanos. La pol¨ªtica comunitaria en Am¨¦rica Latina es pr¨¢cticamente inexistente. Pero no creo que vayamos m¨¢s lejos de los actuales l¨ªmites en la Convenci¨®n de Lom¨¦. Lo que no excluye la aplicaci¨®n en otras zonas de ciertos principios de la Convenci¨®n de Lom¨¦ entre la CEE y los ACP. La experiencia, el inter¨¦s propio de Espa?a y Portugal en Am¨¦rica Latina ser¨¢n, sin duda, factores decisivos para buscar nuevas f¨®rmulas de cooperaci¨®n entre europeos y latinoamericanos.
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