Hipocres¨ªa
Me adhiero plenamente a los comentarios que el se?or Bish Lorenzo expresa en su carta, publicada con fecha 31 de octubre, sobre la edad penal a los quince a?os.Efectivamente, creo junto con ¨¦l que este tema ha sido poco meditado por la opini¨®n p¨²blica, y ello, pienso, porque tras ¨¦l hay demasiados intereses. No hay nada m¨¢s efectivo para un Gobierno que el hecho de tener una poblaci¨®n atemorizada, con psicosis sobre la propia seguridad y la de sus bienes personales. A ello le unimos la detenci¨®n peri¨®dica de peque?os rateros (los grandes delincuentes, conocidos por todos, nunca son detenidos) y ya tenemos a todo un pueblo vociferando: ? ?Justicia! ? y solicitando m¨¢s polic¨ªas. Se logr¨® el objetivo. Aumentemos el n¨²mero de polic¨ªas que puedan controlar estrechamente a toda la poblaci¨®n, delincuentes y no delincuentes; hagamos efectiva la justicia de los detentadores del poder (al fin y al cabo es la justicia que siempre se hace; por algo las leyes est¨¢n hechas por ellos) y se ha conseguido el prop¨®sito de toda ?buena sociedad? regida por los magnates econ¨®micos: una minor¨ªa sumergida en la miseria, una mayor¨ªa temerosa de perder ?sus propiedades?, aunque sea preciso perder su libertad para conservarlas, y otra peque?¨ªsima minor¨ªa jugando y abusando de su poder.
Mientras tanto, los pr¨®ceres de ciertos partidos pol¨ªticos seguir¨¢n oponi¨¦ndose al aborto, pero no tendr¨¢n el m¨¢s m¨ªnimo reparo en encerrar entre rejas a un ni?o, aunque su encierro suponga la degradaci¨®n total de esa persona. Continuar¨¢n defendiendo la ense?anza privada y poniendo obst¨¢culos a la estatal para que la incultura siga haciendo mella en ciertas clases y puedan continuar ingresando en prisi¨®n ni?os con quince a?os. Continuar¨¢n fomentando el paro y, con ello, la delincuencia para que as¨ª pidamos m¨¢s polic¨ªas y ellos se sientan m¨¢s seguros en sus poltronas. Las c¨¢rceles las tendremos llenas de ni?os y mujeres que han abortado en su tierra. Mientras, los hijos de algunos padres de la patria continuar¨¢n aprendiendo el Ripalda en alg¨²n colegio de curas, y sus hijas y amantes se marchar¨¢n a abortar un fin de semana a cualquier lugar donde su integridad no peligre.
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En Espa?a hace tiempo que se escuch¨® el grito de ??Viva la muerte! ?, grito absurdo y sin sentido. Grito que va contra la propia doctrina cristiana, que dicen defender algunos de los que lo proclaman. Por todo ello, creo que hoy ser¨ªa m¨¢s correcto sustituir dicho berrido por otro que, siendo tan absurdo como el primero, quiz¨¢ se acerque m¨¢s a la realidad de nuestra sociedad: ??Viva la hipocres¨ªa! ?
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