Homenaje a Celso Emilio Ferreiro
Ayer noche, en el madrile?o Palacio de Deportes, se celebr¨® el tan esperado homenaje musical, po¨¦tico y art¨ªstico de todos los pueblos de Espa?a en memoria del escritor Celso Emilio Ferreiro. Unas 10.000 personas asistieron al acto. Se encontraban presentes en el mismo, adem¨¢s de los numerosos participantes, la viuda del poeta homenajeado, Felipe Gonz¨¢lez, Nicol¨¢s Redondo y Tierno Galv¨¢n. An¨¦cdotas, poemas y canciones fueron sucedi¨¦ndose, como recuerdo p¨®stumo a la figura humana e intelectual del autor de Larga noche de piedra.
El numeroso p¨²blico que abarrota el Palacio de Deportes lanza pitidos para que empiece el acto. El alcalde de Madrid ha acudido temprano a la cita. Pero se espera la llegada de Felipe Gonz¨¢lez, que, cuando al fin llega, sit¨²a estrat¨¦gicamente a Nicol¨¢s Redondo entre ¨¦l y el primero. A la izquierda del l¨ªder socialista encuentra asiento la viuda del homenajeado. Pueden verse, en las cercan¨ªas, otros dirigentes del PSOE; Ignacio Sotelo y Javier Solana. Eduardo Blanco Amor, ausente por enfermedad, es el autor de las cuartillas que son le¨ªdas como introducci¨®n. Estruendoso clamor en las alturas: ??Que no se oye!?. Logra o¨ªrse, no obstante, la adhesi¨®n cari?osa al cantor que, ?contra viento y marea, entre la espada y la pared?, logr¨® crear una palabra que supo ser, a un tiempo, simb¨®lica bandera de rebeld¨ªa y fiel reflejo de soledad interna. El presidente de la Hermandad Gallega desea que los poemas de Celso Emilio Ferreiro -?hombre honrado, justo y generoso?- sean lectura obligada en las escuelas. Y a?ade: ?Los pueblos de Espa?a est¨¢n llorando hoy sobre el coraz¨®n de Celso Emilio.?
"?Que no se oye!"
Fernando Rey, Mar¨ªa Asquerino, Mar¨ªa Paz Ballesteros y Pepe Mart¨ªn act¨²an de presentadores. En las alturas laterales prosigue el griter¨ªo: ??Que no se oye, t¨ªos!? Mar¨ªa Asquerino va y pregunta: ??Se oye?? Respuesta torrencial: ?Nooooo ... ? Y ella: ?Oye, si no os call¨¢is, no os vais a enterar.? Carlos Alvarez inicia el desfile de poetas. Versos de todo tipo y condici¨®n, a menudo meramente circunstanciales, bienintencionados y directos. Los hay en castellano, en euskera, en catal¨¢n y, sobre todo, claro est¨¢, en gallego. Los que ha enviado Rafael Alberti lucen este estribillo: ?Suene por ti, / Celso Emilio Ferreiro, / suene la gaita / y, con ella, el pandeiro.?Muchas an¨¦cdotas son tambi¨¦n contadas. Asimismo, de todos los gustos y colores, con predominio de la sal gruesa. Proclamas pol¨ªticas y solidarias. Y canciones. En el cap¨ªtulo musical cabe destacar la intervenci¨®n de Mir¨® Casabella, uno de los pocos que supo aliar el testimonio con la calidad art¨ªstica.
Desde otra posici¨®n, alegre y enternecedora, un grupo de jubilados de Mejorada del Campo alcanzaba el ¨¦xito m¨¢s resonante de la velada interpretando pasacalles estudiantiles y el nost¨¢lgico Batall¨®n de modistillas. Dos buenas lecciones de que con rigor y pureza puede irse m¨¢s all¨¢ que con improvisaci¨®n huera -disfrazada de humor- y rebuscadas frases graves.
No haber entendido previamente que ese hubiera sido el camino m¨¢s acorde con el talante humano y po¨¦tico de Celso Emilio Ferreiro, constituy¨® el l¨ªmite palpable de un homenaje por lo dem¨¢s no exento de emoci¨®n y dignidad.
Una vida por Galicia
Las diapositivas proyectadas sobre una gran pantalla reflejaron el rostro del escritor, sus paisajes y sus gentes. Bajo esa atm¨®sfera tel¨²rica y humana creci¨® su credo: ?Estoy contra la injusticia, estoy por la libertad, estoy a favor de Galicia y estoy en contra de la explotaci¨®n del hombre por el hombre.? Su ronca melod¨ªa resonaba con fuerza: ?No hablo para los soberbios, no hablo para los mezquinos y poderosos, / no hablo para los fatuos, / no hablo para los est¨²pidos, / no hablo para los vanos, / sino para los que soportan a pie quieto / mentiras e injusticias de continuo; / para los que sudan y lloran / un llanto cotidiano de mariposas, / de fuego y viento sobre los ojos desnudos. / Yo no puedo distanciar mis palabras / de todos los que sufren en este mundo. / Y t¨² vives en el mundo, tierra m¨ªa, / cuna de mi estirpe, / Galicia, dulce pena de las Espa?as, / echada junto al mar, ese camino... ?Celso Emilio Ferreiro (1912-1979), aut¨¦ntico y burl¨®n entre los buenos, tal vez hubiera puesto cierre a su homenaje con las mismas palabras del viejo trovador: ?De verdad, creedme, amigo, / yo bien s¨¦ que me tuvisteis / gran amor y que estuvisteis / largo tiempo bien conmigo, / pero mirad lo que os digo: / ya pas¨®.? Y luego, dirigi¨¦ndose a los jubilados de Mejora del Campo: ?Seguid, seguid la canci¨®n ... ?
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