Incierta situaci¨®n en Bolivia tras la negativa del coronel Natusch a dimitir
Bolivia es desde ayer un pa¨ªs cerrado en sus fronteras terrestres y a¨¦reas. Mientras en La Paz prosiguen los enfrentamientos callejeros, que han ocasionado ya no menos de sesenta muertos y centenares de heridos, el Departamento de Estado norteamericano ha dicho que no reconocer¨¢ al Gobierno del coronel golpista Alberto Natusch, que se niega a dimitir.
Los vuelos a Bolivia han sido suspendidos desde los pa¨ªses vecinos. En Lima, donde m¨¢s de cuatrocientas personas, entre ellas numerosos periodistas, esperan la apertura de los aeropuertos bolivianos, se anunci¨® ayer que desde los hoteles de La Paz intentan sacar del pa¨ªs a algunos grupos de viajeros aterrorizados por el clima de violencia callejera que ha alcanzado la situaci¨®n. Helic¨®pteros militares han vuelto a ametrallar el martes a los manifestantes contrarios al r¨¦gimen militar.Seg¨²n informaciones sin confirmar, que citan ?fuentes oficiales? de la ciudad de Santa Cruz, ser¨ªan 350 los civiles muertos ya en La Paz en enfrentamientos con las tropas leales a Natusch. La Central Obrera Boliviana (COB) mantiene la huelga general. El paro en Bolivia es pr¨¢cticamente total. No funcionan los ferrocarriles ni los transportes p¨²blicos urbanos y la actividad comercial y administrativa se ha reducido a niveles m¨ªnimos.
Aunque prosiguen las negociaciones para buscar una salida a la crisis de Estado del pa¨ªs andino, el Gobierno del coronel Natusch ha multiplicado sus medidas de fuerza en las ¨²ltimas horas. Han sido prohibidas las transmisiones de noticias al exterior, ocupados militarmente los locales de las agencias AFP y UPI y declarada la ley seca.
Un portavoz del Departamento de Estado norteamericano, citado en Lima, ha calificado la situaci¨®n de ?vol¨¢til? y ?cr¨ªtica?. Tras el fracaso aparente de la mediaci¨®n del obispo de La Paz, Genaro Prata, que intent¨® arrancar la renuncia al coronel Natusch a cambio de la del presidente constitucional, Walter Guevara, es ahora el Congreso boliviano el que busca desesperadamente un tercer hombre que evite un ba?o de sangre en el pa¨ªs.
Las versiones gubernamentales, difundidas a trav¨¦s de Radio Illimani y la televisi¨®n, ¨²nicos medios informativos que se mantienen en el aire, culpan a la Central Obrera Boliviana, y en particular a su l¨ªder, Juan Lech¨ªn, de instigar la ?guerrilla urbana? en La Paz. Natusch dijo ayer por televisi¨®n que no se dejar¨¢ ?avasallar por el foquismo y el extremismo?. El comit¨¦ ejecutivo de la COB ha pasado a la clandestinidad.
Versiones fidedignas recogidas en Lima, sin embargo, se?alan que el coronel Alberto Natusch cuenta s¨®lo con el apoyo parcial de las fuerzas armadas bolivianas, y que la Polic¨ªa Nacional, ovacionada por los manifestantes en La Paz, ha dejado de obedecer las ¨®rdenes del nuevo Gobierno. A ¨²ltima hora de anoche, se especulaba con que la presidenta del Congreso boliviano, Lidia Geisler, podr¨ªa hacerse cargo interinamente del poder en las pr¨®ximas horas. En medio de la confusi¨®n y los rumores de todo signo, un hecho es todav¨ªa incontrovertible: los tanques siguen siendo los due?os de las calles de la capital de Bolivia
En el plano internacional contin¨²an produci¨¦ndose condenas por parte de Gobiernos, partidos y organizaciones sindicales de todo el mundo. Ayer se sumaron el Gobierno y varios partidos venezolanos, mientras Estados Unidos rechaz¨® una petici¨®n de las nuevas autoridades militares bolivianas para el restablecimiento de relaciones entre Washington y La Paz.
Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores de Brasil neg¨® toda vinculaci¨®n de su Gobierno al golpe del coronel Natusch. En La Paz se especulaba estos d¨ªas con la proximidad entre el coronel Natusch y el agregado militar brasile?o.
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