Txiki Benegas: "Hemos hecho una pol¨ªtica responsable frente a oportunistas y mes¨ªas"
?Visto a posteriori, quiz¨¢ fuera un error no haber cedido al PNV las m¨¢ximas responsabilidades preauton¨®micas en Euskadi?, dijo Txiki Benegas en la parte de su discurso destinada a analizar los posibles errores de su partido entre el primer congreso del PSE (PSOE), celebrado en San Sebasti¨¢n, en marzo de 1977, y el segundo congreso, abierto ayer en Bilbao.
Para Benegas, el PNV, al sentirse desplazado de la presidencia del primer Consejo General Vasco, se ?desentendi¨® de las responsabilidades que una situaci¨®n como la vasca requer¨ªa? y ?boicote¨® casi sistem¨¢ticamente las iniciativas socialistas?, al tiempo que ?radicalizaba con buenas dosis de demagogia sus posiciones nacionalistas foralistas en el debate constitucional?. Por ello, y al precio de ?graves retrocesos electorales?, los socialistas vascos ?hemos conocido la soledad de quien se empe?a en hacer una pol¨ªtica responsable frente a la pl¨¦yade de oportunistas, demagogos y mes¨ªas que inundan nuestro pueblo?.Con todo, el balance debe considerarse positivo, ya que, ?anteponiendo la voluntad de sostener el fr¨¢gil proceso hacia la democracia a los intereses de partido?, se hizo ?la ¨²nica pol¨ªtica posible?.
El gran objetivo marcado en el primer congreso fue, por otra parte, el de ?lograr la s¨ªntesis hist¨®rica entre la defensa de las libertades nacionales vascas y los intereses de la clase trabajadora?. Este objetivo, ?no realizado plenamente?, sigue teniendo para Txiki Benegas ?plena vigencia?.
"Vasquizar el partido"
De hecho, ese tema estar¨¢ de alguna manera presente en todos los debates del segundo congreso, y tendr¨¢ probablemente repercusiones en la composici¨®n de la ejecutiva, que los 373 delegados asistentes elegir¨¢n el pr¨®ximo domingo.Las impresiones dominantes ayer en los pasillos del hotel donde se celebra el congreso daban por hecha la reelecci¨®n de Benegas para la secretar¨ªa general, pero consideraban ?bastante probable? la renovaci¨®n de una parte sustancial de la comisi¨®n ejecutiva. Benegas -hijo ¨¦l mismo de refugiados nacionalistas emigrados a Venezuela al finalizar la guerra- ha encarnado muy directamente ese objetivo de s¨ªntesis entre el sentimiento nacional y la defensa de los intereses obreros.
Sin embargo, el retroceso electoral del partido en las dos ¨²ltimas confrontaciones parece reforzar las posiciones de quienes atribuyen dicho retroceso a la ?supeditaci¨®n de los problemas de clase a las reivindicaciones nacionales?. Esta corriente, representada por el secretario de organizaci¨®n de Vizcaya, Ricardo Garc¨ªa Damborenea -a quien, medio en broma, alguien calific¨® ayer en los pasillos del Congreso como el Alfonso Guerra vasco-, parece contar con m¨¢s adeptos en Vizcaya que en cualquier otra provincia. Teniendo en cuenta que Vizcaya env¨ªa 178 delegados -m¨¢s que entre Guip¨²zcoa y Alava juntas-, no ser¨ªa extra?o, de verificarse las anteriores hip¨®tesis, que Benegas se encontrase con una ejecutiva en la que sus posiciones fueran minoritarias.
En contra, sin embargo, de la corriente encarnada por Damborenea, estar¨ªa la oposici¨®n mostrada por un sector importante de la UGT vasca, incluida su direcci¨®n actual, partidaria de mantener plenamente la autonom¨ªa sindical respecto del partido, en contra de las opiniones de dicho sector.
El otro tema que divide a los congresistas es el de Navarra. Benegas hizo hincapi¨¦ en su discurso de la necesidad de buscar v¨ªas intermedias que eviten, tanto la frustraci¨®n del amplio sector de la poblaci¨®n vasca, partidario de la integraci¨®n, como la divisi¨®n del pueblo navarro, que resultar¨ªa de una consulta realizada en las circunstancias actuales.
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