Juan Pablo II anunci¨® inesperadamente su viaje, este mes, a Turqu¨ªa
Juan Pablo II, provocando la sorpresa general, anunci¨® el domingo a los peregrinos reunidos en la plaza de San Pedro que a finales de mes ir¨¢ a Turqu¨ªa. El Vaticano se ha quedado asombrado, porque se trata de un viaje que el papa Wojtyla ha decidido en estos d¨ªas, y no con una preparaci¨®n de meses, como sucedi¨® siempre con los otros viajes. El Papa saldr¨¢ de Roma el d¨ªa 28 y regresar¨¢ el d¨ªa 1 de diciembre.
Anunciando ¨¦l mismo esta nueva peregrinaci¨®n, dijo textualmente: ?Hoy os voy a dar las primicias de una gran noticia. El Papa va a ir pr¨®ximamente a Oriente. A finales de este mes ir¨¦ a Turqu¨ªa. Antes que nada ir¨¦ a Ankara, la capital de ese gran pa¨ªs, donde encontrar¨¦ a las autoridades de aquella naci¨®n y les rendir¨¦ homenaje. Despu¨¦s, a Estambul, para visitar a su santidad el patriarca Demetrio I y para participar en la celebraci¨®n de San Andr¨¦s, ap¨®stol y hermano de Pedro. ?Y a?adi¨®: ?Esta visita es importante. Muestra concretamente la decisi¨®n del Papa, ya muchas veces confirmada, de esforzarse en la consecuci¨®n de la unidad de los cristianos. Es esta una de las principales finalidades del Concilio. Es una exigencia urgente, hoy m¨¢s que nunca. Ya se han dado pasos importantes. Pero no podemos darnos a¨²n por satisfechos. Debemos realizar plenamente la voluntad de Cristo.? El Papa record¨® la primera piedra de este di¨¢logo, puesta con tanta generosidad por Pablo VI y por el ex patriarca de Constantinopla Aten¨¢goras. En realidad, los primeros pasos hacia la reconciliaci¨®n de las dos iglesias, que se separaron clamorosamente en el a?o 1054, los hab¨ªa dado Juan XXIII. Despu¨¦s, el Concilio le dio el espaldarazo, y con ¨¦l, los encuentros entre Pablo VI y Aten¨¢goras en Jerusal¨¦n en 1964; en Estambul, en 1967, y en Roma, en 1970. En este proceso de acercamiento fue fundamental un gesto formidable de humildad de Pablo VI, el cual, en la Capilla Sixtina, acerc¨¢ndose durante una ce remonia hacia el grupo de delega dos ortodoxos, se puso de rodillas ante el metropolita Melitone, re presentante del patriarcado ecum¨¦nico, y le bes¨® los pies. El ortodoxo, descompuesto, intent¨® repetir el gesto con el Papa, pero Montini no lo permiti¨®, y lo abraz¨®.
Ahora, el papa Wojtyla vuelve al Vaticano del Oriente dispuesto a preparar la ¨²ltima etapa de la reconciliaci¨®n y en v¨ªsperas del concilio panortodoxo de todas las iglesias ac¨¦falas del mundo de la ortodoxia
Pero al mismo tiempo, Juan Pablo II tiene probablemente otras finalidades bien concretas con este viaje: ¨¦l mira, como primer Papa eslavo de la Iglesia, a dar la batalla por la libertad religiosa de las iglesias ortodoxas de los pa¨ªses del Este comunista y, sobre todo, a poder entablar un di¨¢logo con el patriarcado ortodoxo de Mosc¨². Si se diera la unidad de los doscientos millones de ortodoxos con la Iglesia cat¨®lica, la penetraci¨®n del cristianismo en los pa¨ªses comunistas podr¨ªa tener un peso determinante.
Hay tambi¨¦n quien afirma que Juan Pablo II desea ir a Turqu¨ªa para ?tornar el pulso al gran mundo musulm¨¢n?, la mayor religi¨®n despu¨¦s del cristianismo y con la cual espera en un futuro poder establecer los primeros contactos.
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