Francia no pagar¨¢ m¨¢s para que Gran Breta?a reduzca su contribuci¨®n a la CEE

Tras dos d¨ªas de intensas conversaciones con su colega franc¨¦s Valery Giscar D'Estaing, la primera ministra Margaret Thatcher se ha quedado ?compuesta y sin novio? en sus pretensiones de conseguir el apoyo galo para reducir la contribuci¨®n brit¨¢nica al presupuesto comunitario.Un comunicado hecho p¨²blico en Londres, al finalizar las conversaciones anglo-francesas, pone de manifiesto el ?ambiente franco y cordial? con que ambos dirigentes pasaron revista a los temas de inter¨¦s com¨²n.

Pero ese ambiente ?franco y cordial? ha sido interpretado por fuentes diplom¨¢ticas solventes como un indicio de que arribas partes hablaron muy claramente, sin ceder un ¨¢pice en sus respectivas posiciones.

El presidente Giscard, que ofreci¨® una rueda de prensa conjunta con la se?ora Thatcher momentos antes de regresar a Par¨ªs, puso de manifiesto su ?comprensi¨®n? hacia los problemas brit¨¢nicos, pero se apresur¨® a a?adir que la soluci¨®n de estos problemas correspond¨ªa al conjunto de los pa¨ªses del Mercado Com¨²n, lo que equivale a lavarse las manos; en el asunto.

?La Comunidad?, dijo Giscard, ?ha tenido dificultades parecidas en el pasado, y, hablando en t¨¦rminos generales, puede decirse que esas dificultades han podido ser resueltas.? Contestaci¨®n diplom¨¢tica, pero sin el m¨¢s m¨ªnimo contenido pr¨¢ctico.

El tema no es de f¨¢cil soluci¨®n por sus implicaciones obvias y puede provocar una grave crisis cuando sea planteado oficialmente por Gran Breta?a en la pr¨®xima cumbre de primeros ministros de la CEE, a finales de mes, en Dubl¨ªn.

La se?ora Thatcher ha dejado bien clara la posici¨®n brit¨¢nica en la misma conferencia de prensa. Sencillamente, dijo la dirigente conservadora, este pa¨ªs no puede seguir contribuyendo con 1.000 millones de libras (unos 150.000 millones de pesetas) al presupuesto comunitario.

Y es verdad que la contribuci¨®n brit¨¢nica es absolutamente desproporcio nada a las posibilidades inglesas, pero tambi¨¦n hay que tener en cuenta que Londres ?no est¨¢ limpio de pecado? en sus relaciones con el Mercado Com¨²n. Los pa¨ªses comunitarios acusan al Gobierno brit¨¢nico de seguir una pol¨ªtica demasiado restrictiva, en materia de pesca, y no le perdonan el reciente incremento en los precios del petr¨®leo del Mar del Norte, que hace que el petr¨®leo brit¨¢nico sea tan caro -o m¨¢s- que el m¨¢s caro petr¨®leo ¨¢rabe.

Tanto la se?ora Thatcher como el ministro de Hacienda, sir Geoffrey Howe, han hecho saber que piensan ir a por todas en Dubl¨ªn, y que no aceptar¨¢n otra soluci¨®n que no suponga un equilibrio absoluto entre lo que Inglaterra paga al Mercado Com¨²n y lo que recibe, lo que significa exactamente los 1.000 millones de libras.

Sin embargo, ni los m¨¢s optimistas piensan que Gran Breta?a pueda conseguir una reducci¨®n que se aproxime a esa cifra. Alemania Federal, el pa¨ªs m¨¢s favorable a las tesis brit¨¢nicas, ha hecho saber que estar¨ªa dispuesto a hacerse cargo de entre el 40% y el 45 % de la contribuci¨®n brit¨¢nica. Pero la oferta alemana no tiene ning¨²n valor si Francia no se ofrece a incrementar su cuota, y la visita de Giscard d'Estaing ha demostrado que Par¨ªs, simplemente, ?no es partidario?.

La se?ora Thatcher tampoco ha podido conseguir que Francia acceda a levantar la prohibici¨®n que actualmente pesa sobre las exportaciones brit¨¢nicas de corderos, a pesar de una sentencia favorable a Londres del Tribunal Europeo de Justicia.