Pol¨¦mica por la privatizaci¨®n de un hospital p¨²blico de Barcelona
El proceso de privatizaci¨®n que afecta al hospital del Sagrado Coraz¨®n, de Barcelona, el m¨¢s moderno de la ciudad, se produce paralelamente al ofrecimiento al Ministerio de Sanidad de la posibilidad de crear un consorcio de hospitales p¨²blicos y semip¨²blicos barceloneses. La privatizaci¨®n del centro ha originado una muy fuerte inquietud en la Consejer¨ªa de Sanidad y, m¨¢s en especial, en la direcci¨®n de los servicios sanitarios municipales. El alcalde de la ciudad ha convocado al presidente de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Barcelona para abordar el tema, mientras evitaba la publicidad de una nota oficial de los servicios de sanidad municipales, que criticaba la posible privatizaci¨®n. En la ma?ana de ayer, los m¨¦dicos del hospital, reunidos en asamblea, acordaron instar la intervenci¨®n de la Generalidad y del Ayuntamiento de Barcelona.
Barcelona, ciudad con un enorme d¨¦ficit funcional en materia sanitaria, cuenta con unas 12.000 camas hospitalarias. La mitad de las mismas son p¨²blicas o semip¨²blicas. Las p¨²blicas en sentido estricto no sobrepasan las 4.000. Entre los centros ben¨¦ficos semip¨²blicos (con concierto con la Seguridad Social), el hospital del Sagrado Coraz¨®n (m¨¢s de 350 camas) ocupa el lugar de honor, por ser el m¨¢s moderno y el mejor concebido desde el punto de vista arquitect¨®nico y de estructura b¨¢sica. Pero ello est¨¢ contrarrestado por una incre¨ªble organizaci¨®n laboral, base del actual deseo de la entidad propietaria, la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Barcelona, de vender el hospital, con lo que ¨¦ste pierde su car¨¢cter ben¨¦fico-social.Miembros de la Consejer¨ªa de Sanidad y de los servicios de sanidad municipal y los m¨¦dicos (jefes de servicio y m¨¦dicos adjuntos) del hospital act¨²an en diversas direcciones para evitar la privatizaci¨®n del centro. Por un lado, varias fuentes indicaron que el tema era demasiado escandaloso para que, una vez salido a la luz p¨²blica, pudiese formalizarse la operaci¨®n de venta. Pero, por otro lado, las fuentes tem¨ªan, en cierto modo, la intervenci¨®n personal del alcalde, Narcis Serra, que ya hab¨ªa parado una nota de la sanidad municipal, y cuya amistad personal con el presidente de la caja de ahorros vendedora, Eusebio D¨ªaz Morera, es bien conocida. Todo ello se relacionaba con las dificultades financieras del municipio.
El hospital naci¨® de una fundaci¨®n ben¨¦fica creada a finales de siglo por la beata Dorotea Chupitea. Se cre¨® un patronato con representaci¨®n de la Iglesia cat¨®lica, el Ayuntamiento y el cuerpo facultativo.
En los a?os setenta, la Iglesia renunci¨® a la presidencia del patronato en beneficio de la Caja y accedi¨® a la partici¨®n de los terrenos del hospital.
El cuadro m¨¦dico se cubri¨® de forma muy singular. El patronato consider¨® procedente contratar s¨®lo a jefes de servicio y enfermeras. Los dem¨¢s m¨¦dicos no estaban en absoluto reconocidos, sino que eran denominados m¨¦dicos ayudantes del jefe de servicio, quien, en su caso, les pagaba seg¨²n sus posibilidades y, desde luego, seg¨²n su voluntad personal.
A principios de 1978, el centenar de m¨¦dicos ayudantes -en su mayor¨ªa ya especializados plenamente-, que no estaban en absoluto reconocidos, iniciaron un movimiento para reclamar contratos laborales o civiles y una reorganizaci¨®n del hospital. Hubo dos solicitudes de huelga legal y finalmente el patronato -es decir, la citada Caja de Ahorros- acept¨® unos sorprendentes contratos.
Resulta que los m¨¦dicos ayudantes tienen ahora contratos civiles o laborales, seg¨²n los casos, pero sus sueldos proceden de las cantidades que el hospital da a cada servicio, las cuales, a su vez, son funci¨®n de los pagos efectuados por los enfermos o la Seguridad Social. Cuando los ingresos del servicio no alcanzan para pagar todos los sueldos, el jefe de servicio debe poner dinero de su propio bolsillo.
Dichos m¨¦dicos conservan su trabajo por la experiencia y prestigio que con ello obtienen y por cuanto que pueden utilizar las instalaciones, por la tarde, para visitas privadas. La base del problema se encuentra en el mal concierto establecido con la Seguridad Social: 5.000 pesetas diarias por enfermo y cama. Pero la Seguridad Social estar¨ªa dispuesta, seg¨²n todas las fuentes, a mejorar este concierto, con lo cual el hospital podr¨ªa ser rentable. Lo que sucede es que, para ello, ser¨ªa preciso hacer funcionar plenamente un servicio de urgencias del que ahora existen s¨®lo unas buenas instalaciones y una m¨ªnima e ineficaz organizaci¨®n.
Por esta raz¨®n, la Caja ha ido buscando compradores. Primero, fue la Asistencia Sanitaria Colegial, que vio el tema claro y abandon¨®. Ahora el proceso de venta y privatizaci¨®n est¨¢ ya muy avanzado. El comprador en ciernes es la entidad mutualista privada Quinta de Salud La Alianza. Las facilidades dadas a esta mutua por la Caja son enormes. Resulta que los 380.000 afiliados a la mutua, -la mayor de Catalu?a- deber¨ªan pagar tan s¨®lo una derrama de 7.300 pesetas, por una sola vez y en una fecha a elegir dentro de un plazo m¨¢ximo de diez a?os. La cantidad podr¨ªa oscilar levemente, seg¨²n el momento de pago, con unos intereses iguales a los propios de un cr¨¦dito personal de la Caja. L¨®gicamente, a los afiliados a la mutua el hecho de pagar 7.300 pesetas por un hospital les parece casi un milagro. El precio total resultante que obtendr¨ªa la Caja ser¨ªa de 2.800 millones, que convierte a la operaci¨®n de venta en un buen negocio para el vendedor. La forma de pago ser¨ªa a trav¨¦s de libretas de ahorro personales abiertas en la Caja vendedora por cada uno de los 380.000 afiliados a la mutua, lo cual representar¨ªa una enorme expansi¨®n para la citada Caja.
El Ayuntamiento contra la privatizaci¨®n
El ¨²nico problema es que, evidentemente, el hospital dejar¨ªa de ser ben¨¦fico social para pasar a ser propiedad de una mutua privada. Esta fuerte posibilidad -de hecho s¨®lo falta la aprobaci¨®n formal y, por otro lado, entusiasta, por parte del consejo de la Caja- se produce una semana despu¨¦s de que el responsable de la sanidad municipal barcelonesa, el ex senador socialista Felip Sol¨¦ Sabar¨ªs, ofreciera al ministro de Sanidad una alternativa concreta respecto a los hospitales barceloneses. La disyuntiva ofrecida consiste en la creaci¨®n por el municipio de un consorcio de hospitales semip¨²blicos de Barcelona (que implicar¨ªa la constituci¨®n de una empresa municipal de servicios comunes) o bien que dichos hospitales pasen a depender del Estado, con su abandono por parte del municipio. Lo que el Ayuntamiento no desea es una privatizaci¨®n de los mismos, ni tampoco proseguir como hasta ahora.
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