Parece inminente la reconciliaci¨®n de Lef¨¨bvre con Roma
En fuentes bien informadas en el Vaticano se asegura que de un momento a otro el papa Juan Pablo II podr¨ªa rehabilitar al obispo rebelde franc¨¦s Marcel Lef¨¨bvre, quit¨¢ndole la suspensi¨®n a divinis que le habla impuesto Pablo VI, en 1976, por sus desobediencias a la Iglesia y sus cr¨ªticas e insultos al Concilio y al Papa.
Aunque no ha sido confirmado oficialmente, se ha sabido que en estos d¨ªas Lef¨¨bvre ha estado en Roma secretamente y ha tenido un coloquio muy largo con el cardenal Sepper, prefecto de la Congregaci¨®n para la Doctrina de la Fe, el ex Santo Oficio. Al parecer, se trata de los ¨²ltimos retoques para un nuevo, encuentro personal con el papa Wojtyla y el abrazo de la reconciliaci¨®n.El obispo franc¨¦s que tantos quebraderos de cabeza dio al papa Montini cuenta hoy con un movimiento sacerdotal ultra en varios pa¨ªses del mundo, sobre todo en Francia, Suiza, Austria, Alemania, B¨¦lgica y Argentina. Posee un total de veinte seminarios con muchas vocaciones y m¨¢s de doscientos sacerdotes, muchos de ellos ordenados por ¨¦l, contra la voluntad del Papa.
Con Pablo VI la ruptura fue completa. La nobleza romana le organiz¨® un encuentro en Roma, en casa de la princesa Pallavicini (su palacio est¨¢ frente al d¨¦l presidente de la Rep¨²blica, en la plaza del Quirinal). Desde all¨ª, Lef¨¨bvre lanz¨® rayos y centellas contra el Concilio y contra Montini. Y se lleg¨® a la suspensi¨®n a divinis; esdecir, a la prohibici¨®n de administrar sacramentos. El obispo franc¨¦s no obedeci¨® nunca, y sigui¨® incluso ordenando nuevos sacerdotes y celebrando, en privado y en p¨²blico, la misa en lat¨ªn, seg¨²n el rito tradicional.
Pablo VI se muri¨® sin querer recibir a Lef¨¨bvre.
Con Juan Pablo II las cosas empezaron a cambiar. El primer coloquio con Wojtyla lo tuvo el obispo rebelde a las pocas semanas del nuevo pontificado, gracias a la mediaci¨®n del tradicionalista cardenal Siri, arzobispo de G¨¦nova.
Ya de aquel encuentro Lefebvre sali¨® muy contento. Despu¨¦s, de com¨²n acuerdo, el obispo franc¨¦s se sonieti¨® a un proceso id¨¦ntico al que acaba de sufrir en la Congregaci¨®n para la Doctrina de la Fe el te¨®logo belga-holand¨¦s Schillebceckx. A pesar de que Lef¨¨bvre sigui¨® actuando como antes y ordenando sacerdotes, las relaciones con el Papa actual empezaron a mejorar sensiblemente. De hecho, desde entonces, el ?obispo terrible?, como.lo llamaba Le Monde, ha sido muy moderado en sus afirmaciones; no ha vuelto a criticar al Papa; lo ¨²nico que ha hecho es defender sus propias ideas. Pero ya el hecho de que haya aceptado los interrogatorios en el ex Santo Oficio y sus contactos continuos con el cardenal Sepper demuestra que est¨¢ dispuesto a aceptar las condiciones que Wojtyla le ha puesto.
En febrero, Lef¨¨bvre volver¨¢ a Roma, como se ha afirmado en c¨ªrculos bien informados de su ambiente. Y se espera que en esta ocasi¨®n tendr¨¢ una nueva audiencia con el Papa.
En el Vaticano se insinuaba ayer que todas las delicadezas que la curia ha tenido estos d¨ªas con el te¨®logo progresista Edward Schillebeeckx, que ¨¦l mismo calific¨® de ?exageradas?, est¨¢n relacionadas con el hecho de que se est¨¢ preparando la rehabilitaci¨®n de la parte m¨¢s ultra de la Iglesia cat¨®lica.
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