Las barras
Las barras oblicuas en la escritura, que antes s¨®lo usaban los contables, luego pasaron a los estructuralistas, nost¨¢lgicos siempre en su frustraci¨®n de no poder hacer del idioma una ciencia exacta. Gonzalo Torrente Ballester, en plena moda estructuralilta espa?ola, titul¨® Saga/Fuga el m¨¢s famoso de sus libros, con iron¨ªa galaica y literaria de escritor espa?ol sin computadora, meti¨¦ndole una audaz garrocha al tomo. A m¨ª la barra, aunque venga de la contabilidad, siempre me ha sugerido un valor po¨¦tico -casi como la o disyuntiva de Aleixandre-, pues es el punto de refracci¨®n en que dos palabras o conceptos se miran uno en el otro, el bisel del espejo que refleja el idioma en s¨ª mismo, el motor helicoidal de las afinidades, las disimilitudes o las met¨¢foras esquematizadas. Como uso muchas barras tipogr¨¢ficas y veo que ya por ah¨ª me las empiezan a robar, como antes las barras de pan, los columnistas incapaces de alimentarse de s¨ª mismos, cual todo buen estilita o estilista, como lo que en mi es uso en otros puede empezar a ser abuso, hoy he decidido madrugar un poco, que no saben ustedes lo que est¨¢ cayendo, para colocarles el rollo tifoideo que va m¨¢s arriba y ponerles ahora algunos ejemplos a modo de juego navide?o. Las barras, a m¨¢s de militarizar las palabras como un cuadro de las lanzas o un desfile con escopetas al hombro, nos dan con su leve inclinaci¨®n las dos caras de la misma moneda conceptual o lo que hay entre el texto y el subtexto: un perrito caliente calentado por los sofistas pol¨ªticos. Veamos:?Multitudinario recibimiento a Leizaola en Bilbao? / Ausencia de Herri Batasuna, con graves reproches al lendakari, y reticencias de Euskadiko Esquerra.
?El sha abandona Estados Unidos y se instala en Panam¨¢? / Amadeo o c¨®mo quit¨¢rselo de en medio (Ionesco).
?Se enterr¨® sin disturbios a los estudiantes muertos? / Aqu¨ª, como en el Oeste, primero dispare y despu¨¦s pregunte.
?Pablo Serrano a¨²n no ha podido mejorar el Museo al Aire Libre de la Castellana? / UCD no paga Ayuntamientos traidores.
?Botella Llusi¨¢ y otro catedr¨¢tico se han dado de botellazos en unas oposiciones? / Las oposiciones, pese a la democracia, siguen siendo la otra fiesta nacional (y ahora con cornadas de pron¨®stico reservado).
?El Lute en un c¨®ctel? / El sistema penitenciario espa?ol sigue siendo el que denunciaba Victoria Kent.
?Josep Meli¨¢, finalista en un concurso de novela? / La pol¨ªtica se nutre, en Espa?a, de escritores frustrados.
?Un nieto de Churchill tuvo relaciones con la ex esposa de un traficante de armas? / Los nietos de la se?ora Thatcher traficar¨¢n en ligueros de la abuela.
?Dos lesbianas francesas se casan por la iglesia protestante? / Aqu¨ª no le divorcian a usted de su santa esposa, desocupado lector, ni siendo usted lesbiana.
?Alianza Popular excluye la expresi¨®n centro-derecha de su definici¨®n? / Para centro le sobra Fraga y para derecha le falta Pi?ar.
?Contin¨²an las negociaciones del Estatuto del Trabajador? / Ferret-Salat ha consentido que el trabajador, durante el cuarto de hora del bocata, meta un poco de mortadela entre el pan, pero reserv¨¢ndose la potestad de retirarle la mortadela por rojo. O de cambi¨¢rsela por moqueta.
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