Los amarillos

Los progres del deporte espa?ol se han unido en una asociaci¨®n. Los dirigentes de las federaciones minoritarias, amparados por el laisse-faire del Consejo Superior de Dep¨®rtes, han encontrado un mecanismo de autodefensa. Pero, en primer lugar, habr¨ªa que preguntarse de qu¨¦ quieren defenderse ciertos se?ores ante los cuales, y de acuerdo con su actuaci¨®n, hay que ponerse siempre en guardia.Los presidentes de las federaciones menos propensas a la democracia han creado una especie de sindicato amarillo en el cual solamente tienen cabida quienes tienen la sart¨¦n por el mango o quienes la tuvieron. Es la asociaci¨®n m¨¢s peculiar de cuantas han sido creadas en los ¨²ltimos tiempos.

Pretender crear un grupo de presi¨®n ante un deporte cuyo camino resulta inequ¨ªvoco, en lo que concierne a su organizaci¨®n, y que es un cambio radical con respecto al existente, suena a pataleta. Si los presidentes de algunas federaciones han puesto pies en pared debe ser porque, en realidad, lo que les preocupa no es el futuro del deporte, sino sus propios privilegios.

Es m¨¢s que sospechoso que la asociaci¨®n haya nacido tras aquel SOS lanzado por Benito Castej¨®n a su estado mayor cuando estaba en peligro aquel anteproyecto de ley del Deporte que no gustaba ni a UCD. Entre los firmantes primeros de la asociaci¨®n figura el se?or Company, presidente de la vela, a quien algunos trataban de promover como futuro secretario de Estado para el Deporte. Con los compa?eros de viaje que se ha buscado tengo la impresi¨®n de que zozobrar¨¢.