Jomeini selecciona los candidatos presidenciales
El Ministerio del Interior de la Rep¨²blica Isl¨¢mica de Ir¨¢n ha anunciado que al finalizar el per¨ªodo de inscripci¨®n de candidatos para las elecciones presidenciales del d¨ªa 25 de enero hay 124 aspirantes a la presidencia; la segunda vuelta se desarrollar¨¢ a la semana siguiente, de acuerdo con el sistema de ballotage. Pero en realidad apenas una docena de postulantes competir¨¢ en esos comicios, despu¨¦s de que el ayatollah Ruhollah Jomeini decidiese, mediante un descarte, cu¨¢les son ?los candidatos competentes?, juicio que le permite el reglamento de la Comisi¨®n de Control Electoral. (Uno de los cuatro miembros de la comisi¨®n es el hijo del ayatollah, Ahmed.)
El mismo Jomeini anticip¨® ese dr¨¢stico recorte de las candidaturas, cuando se pregunt¨® por televisi¨®n: ??Qu¨¦ significan esas 124 personas, en su mayor¨ªa desconocidas por el p¨²blico y con apenas diez rostros familiares, aspirando a la presidencia? Esa gente no quiere la presidencia; s¨®lo procura que no se elija al presidente adecuado.?La flamante Rep¨²blica Isl¨¢mica fue implantada en abril del pasado a?o, tras el refer¨¦dum que aprob¨® por enorme mayor¨ªa la Constituci¨®n que la establece. Desde entonces, ha sido administrada provisionalmente por dos centros de poder: el Consejo Revolucionario (donde coinciden figuras religiosas y representantes de los partidos pol¨ªticos opositores al sha, salvo la izquierda marxista) y el propio ayatollah Jomeini. El Consejo cesar¨¢ en sus funciones tras las elecciones, aunque la Constituci¨®n estipula la existencia de un ?consejo guardi¨¢n?, compuesto de ?musulmanes de votos?, que ser¨¢ formado, tal vez, por los miembros m¨¢s ortodoxos del actual cuerpo, cl¨¦rigos y laicos. Jomeini continuar¨¢ actuando en un cargo sui g¨¦neris, tambi¨¦n previsto por la Constituci¨®n: el de faqih, traducible como ?jurisprudente?, pero tambi¨¦n como ?hombre piadoso y sabio?. El faqih tendr¨¢ facultad de veto sobre las decisiones de Gobierno y ejercer¨¢ el mando supremo militar. De hecho, Jomeini act¨²a desde el principio de la Revoluci¨®n en esas condiciones.
Un cargo sin poder real
Diez d¨ªas antes de la elecci¨®n presidencial, la Constituci¨®n dispone la de un Majlis, o Parlamento. Pero, seg¨²n se advierte en Ir¨¢n, los nuevos mecanismos institucionales se limitar¨¢n a configurar el esquema presente, donde Jomeini aparece como figura principal de la escena pol¨ªtica y gobernante supremo. (Desde su residencia en Qom, Jomeini ha designado, por ejemplo, altos mandos militares o promulgado decretos econ¨®micos.) Ello, por otra parte, no hace m¨¢s que reflejar la indudable realidad de la adhesi¨®n popular que suscita el anciano ayatollah.
La presidencia de la Rep¨²blica Isl¨¢mica no ser¨¢ en modo alguno un cargo de poder real. Uno de los aspirantes iniciales, el ex primer ministro Mehdi Bazargan, la ha descrito ?como la bandera, un s¨ªmbolo nacional, pero sin responsabilidad concreta de Gobierno?. Se trata, sin embargo, de un cargo importante para la estabilidad del r¨¦gimen, al que proporcionar¨¢ legitimidad. De ah¨ª la complejidad de los preparativos electorales y la forma en que Jomeini los ha hecho pasar esta semana a primer plano del proceso, postergando las cuestiones de pol¨ªtica exterior, ?congeladas?, en cierto modo, en la atenci¨®n que les presta el Gabinete.
El Partido Republicano Isl¨¢mico (PRI) -en principio, el partido de Gobierno- hab¨ªa designado como candidato presidencial a Jalaleddin Farsi, prominente miembro del Consejo Revolucionario. Esa doble procedencia no significaba, sin embargo, que Farsi fuese el candidato de Jomeini, y eso se ha visto claro esta semana, cuando aqu¨¦l debi¨® renunciar a la candidatura, con motivo, seg¨²n se explic¨®, de su origen afgano.
Es posible que detr¨¢s del retiro de Farsi est¨¦ la mano de Jomeini, y no ser¨ªa dif¨ªcil que otros candidatos que integran el Consejo -como su portavoz, el doctor Hassan Habibi, o el canciller Sadegh Ghtbzadeh- tambi¨¦n renuncien a su postulaci¨®n en los pr¨®ximos d¨ªas.
En diciembre, Jomeini hab¨ªa tomado ya ciertas medidas para impedir que el Consejo pudiera colocar su considerable peso pol¨ªtico tras un candidato oficialista: el ayatollah logr¨® someter las ambiciones del alto clero musulm¨¢n, cuando los miembros del Consejo que poseen investidura religiosa aceptaron no ser candidatos presidenciales. Aunque evidentemente supeditados al carisma popular de Jomeini, tanto el Consejo como el PRI albergan tendencias de dis¨ªmil fervor revolucionario; en algunos casos, como la cuesti¨®n de los rehenes norteamericanos, varios consejeros han intentado, con discreci¨®n, disociarse del maximalismo jomeinista.
En diciembre, tambi¨¦n Jomeini consigui¨® que el ayatollah Chariat-Madari, orientador del Partido Republicano Isl¨¢mico del Pueblo Musulm¨¢n -grupo que cuestiona en la provincia de Azerbaiy¨¢n el personalismo de Jomeini, el centralismo del Gobierno y varios aspectos de la Constituci¨®n, en cuyo plebiscito de marzo se abstuvo-, se retirar¨¢ de la actividad pol¨ªtica.
Este mes, finalmente, los pasdaran-e-inqilab (guardias armados de la Revoluci¨®n), despu¨¦s de sangrientos, ocuparon el local del sangrientos ocuparon el local del PRIPM -desde ¨¦l se hab¨ªa disparado mortalmente contra jomeinistas- y clausuraron el partido, once de cuyos Miembros fueron fusilados el s¨¢bado d¨ªa 12 de enero en Tabriz, por orden de un tribunal revolucionario.
Todo lo anterior contribuir¨¢ a despejar el camino para la elecci¨®n de un presidente de la Rep¨²blica y un Majlis, encuadrados en ?la l¨ªnea del im¨¢n?; es decir, facilitar¨¢ a Jomeini la aplicaci¨®n, sin mayores discrepancias, de un programa que pueda enfrentar con ¨¦xito los graves problemas que Ir¨¢n tiene por delante.
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