El pueblo yugoslavo est¨¢ siendo preparado para una sucesi¨®n de Tito sin traumas
La pierna izquierda del presidente Tito ?est¨¢ empeorando?, afirm¨® anoche un parte m¨¦dico del Centro Cardiovascular de Liubliana, y medios oficiales yugoslavos no ocultaban ayer el temor de que en la extremidad inferior operada se estuviera formando una grangrena, lo que provocar¨ªa irremisiblemente la amputaci¨®n de la pierna, a lo que se opone el anciano presidente de 87 a?os. Ante el deterioro del estado de salud de Tito, las m¨¢s altas instituciones yugoslavas mantienen constantes reuniones, donde se informa del proceso cl¨ªnico del presidente y se estudia la eventualidad de su desaparici¨®n, que sigue causando inter¨¦s en Occidente, dada la especial relaci¨®n sovi¨¦tico-yugoslava y la situaci¨®n internacional global tras la invasi¨®n de Afganist¨¢n por tropas de la URSS.
Yugoslavia est¨¢ siendo preparada para que la sucesi¨®n del mariscal Tito (87 a?os) se produzca sin sobresaltos, aunque la preocupaci¨®n de los ciudadanos por un futuro sin el ?padre? hist¨®rico de este pa¨ªs se detecta alas pocas horas de llegar a Belgrado.Todos los transistores, en los taxis y en las oficinas, funcionan continuamente a la espera del parte m¨¦dico, que se emite a la cadencia de uno diario, firmado por ocho prestigiosos doctores. El de ayer volvi¨® a poner una sombra de inquietud al confirmar, a mediod¨ªa, que el presidente Josip Broz Tito empeora en lo que se refiere a la obstrucci¨®n arterial en su pierna izquierda, aunque, oficialmente, su estado general es mejor que el del mi¨¦rcoles.
Desde el Centro Cardiovascular de Liubliana, capital de la rep¨²blica federal de Eslovenia, a m¨¢s de quinientos kil¨®metros al noroeste de Belgrado, se trataba anoche de insuflar algo de optimismo al reconocer que el pulso, temperatura y dem¨¢s constantes vitales del anciano luchador siguen siendo normales. En esta ciudad, con una capa de nieve helada de treinta cent¨ªmetros y una temperatura que no sube de tres grados bajo cero, todos los habitantes saben de memoria el ¨²ltimo comunicado m¨¦dico, lo repiten y lo interpretan. todav¨ªa con cierta esperanza de que el mariscal salga tambi¨¦n de ¨¦sta. ?Pero no olvide?. se a?ade siempre a continuaci¨®n, ?que tiene ya casi 88 a?os.?
Como se dec¨ªa en Espa?a en las cr¨®nicas semanas de octubre y noviembre de 1975: despu¨¦s de Franco, las instituciones. Salvando, por supuesto, todas las distancias de los dos casos, aqu¨ª ya est¨¢n funcionando las instituciones creadas, modificadas y luego recreadas por el propio Tito pensando en su sucesi¨®n. Un macedonio de 66 a?os. ex obrero metal¨²rgico, que tambi¨¦n luch¨® en la guerrilla partisana contra los nazis, sin una personalidad pol¨ªtica de especial relieve, act¨²a ya como presidente en funciones, dentro de un sistema colegial con otros siete hombres.
Se trata de Lazare Kolosevski, que despacha los asuntos del Estado, y ayer, por ejemplo, recibi¨® las credenciales del embajador de Sud¨¢n.
Pero Kolosevski no est¨¢ solo, y le apoyan en estos complejos, momentos Stevan Djoronski, que sustituye a Tito en la presidencia de la fuerza clave del pa¨ªs, la Liga de los Comunistas, y Dusan Dragosovac tambi¨¦n uno de los m¨¢ximos dirigentes de la Liga. As¨ª, el partido trata de galvanizar a la poblaci¨®n y su Comit¨¦ Central ha llamado a todos los yugoslavos a unirse para afrontar el futuro. Otro personaje importante, el croata VIadimir Bakarix, tambi¨¦n miembro de la presidencia colegiada -el de m¨¢s peso espec¨ªfico de la misma y, en cierta medida, un hist¨®rico- apoya a este tr¨ªo como hombre de confianza de Tito.
Vigilancia social
Tanto el Partido Comunista (Liga de los Comunistas es su nombre oficial) como el m¨¢ximo ¨®rgano colegial han provocado reuniones a todos los niveles del pa¨ªs, y en todas las rep¨²blicas. para que sus secciones y los consejos locales de defensa territorial discutan la situaci¨®n y est¨¦n preparados ante cualquier eventualidad. Una especulaci¨®n sobre detenciones de uslachis (separatistas croatas) en Belgrado. lanzada por una agencia de noticias francesa, no pudo ser confirmada aqu¨ª anoche.Por otra parte, el Ej¨¦rcito est¨¢ en un estado de vigilancia inferior al de alarma. Se han suprimido los permisos militares y, los de las fuerzas de seguridad y, al parecer, se ha dicho a los reservistas y a los ciudadanos de a pie que est¨¦n vigilantes y no viajen, salvo en caso de fuerza mayor.
La prensa contin¨²a haci¨¦ndose eco de los telegramas de apoyo que recibe Tito -ayer del secretario de Estado del Vaticano, monse?or Casaroli- Tambi¨¦n lo han hecho ya Carter, Hua Guofeng y el propio Brejnev, entre muchos otros estadistas.
Tambi¨¦n se est¨¢n celebrando reuniones en las f¨¢bricas para estudiar el momento actual en el contexto internacional, y la vigilancia en las mismas se ha redoblado.
Pero no debe entenderse que estas medidas provocan un cuadro de anormalidad callejera de excepci¨®n ciudadana. La normalidad es total y las calles c¨¦ntricas de Belgrado est¨¢n abarrotadas de paseantes y gente de compras (aqu¨ª se trabaja s¨®lo hasta las tres de la tarde. desde las siete de la ma?ana). La poblaci¨®n sigue confiando en la fortaleza vital de su presidente: mientras los m¨¢ximos responsables de las instituciones est¨¢n reunidos. noche v d¨ªa, en contacto permanente con el hospital de Liubliana, donde, a lo peor, los m¨¦dicos tendr¨¢n que acabar amputando una pierna a Tito.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.